Si se considera que la mayoría de personas interesadas en la producción de material audiovisual y cinematográfico está conformada por adolescentes, las muestras, selecciones y festivales de cine que se realizan en salas comerciales y alternativas tienen un déficit con este público. La europea es precisamente una cinematografía densa, que implica un fuerte proceso de reflexión a partir de imágenes que pueden resultar, incluso, chocantes -el tan mentado caso de “Dogville”, sin dejar de lado “Swimming Pool” o la aclamada “Los 400 golpes”-; sin embargo, eso no ha impedido que sus creativos busquen llegar a audiencias más jóvenes, niños y adolescentes, dejando un poco de lado las famosas censuras para mayores de 15, 18 años y para personas de criterio formado.

Por eso, en el marco del Eurocine 2012, la organizadora corporación cultural OchoyMedio vuelve a poner al servicio de la muestra su proyecto de exhibición de cine para jóvenes y niños, Ramona. Ya instituido como sección de la tradicional muestra, en esta ocasión aparecen la animación “U” (Francia, 2006) -proyectada la tarde del 23 de junio en MAAC Cine Manta- y las innovadoras y fantasiosas “Ciencia Ficción” (Bélgica 2002) -que cerrará la sección en Quito, este 1 de julio, a las 15:15-, “El aula voladora” (Alemania, 2002) y  “Emilio y los detectives” (Alemania, 2001).
Para los cinéfilos de Quito y Manta, la presentación de estos filmes ha sido la oportunidad para que las salas de cine arte manejadas por OchoyMedio se transformen en esos amigables y familiares “teatros” de su infancia, cuando   la familia podía acudir a una sola   función sin conflicto.

Para  los niños, ver cine es un despertar de su imaginación y un abrir la puerta de la mente a múltiples posibilidades, como la escritura, la narración, la actuación, la fotografía, la pintura, la música y la danza. Así lo ven los integrantes del equipo de OchoyMedio y los representantes  culturales  de los países de la Unión Europea en Ecuador.

Por ejemplo, “El aula voladora” realmente captura el espíritu del libro homónimo en el que se basa y plantea  una historia que llega a todas las generaciones. Se trata de unos niños de un internado en Leipzig, que al montar una obra teatral poco convencional para las festividades navideñas, podrían poner en evidencia el secreto que guarda el director de la escuela.

“Emilio y los detectives” es un atrapante filme que toma un clásico infantil de los 20 y lo actualiza a la contemporánea Berlín multicultural. Cuenta con protagonistas que parecen estar entre los 8 y 12 años, edad suficiente para entender mucho del mundo: perseguir a un ladrón que robó dinero al personaje del título, viajar por las calles de la capital alemana en patinetas, rapear acerca de sus aventuras y definitivamente sin ser atentos al deber o respetuosos.

De “U” solo se puede decir que “es bueno poder despertarse y recordar que la animación no significa solo Hollywood”.
El reto de los europeos de ganar al público más joven es arduo, pero cada vez son más las producciones audiovisuales que lo intentan y, pisando fuerte,  lo van  consiguiendo.