“Señoras y señores, el concierto dará comienzo en cinco minutos”. El anuncio ha sido como el que precede los eventos habituales, pero el “Concierto del Bioceno” ha tenido un público inuasual: 2.292 plantas, en los asientos del Gran Teatre del Liceu, en Barcelona.

Esta acción artística es obra de Eugenio Ampudia, e incluso se ha pedido a través de los altavoces que, “por respeto al público y a los artistas”, se apaguen los celulares, se eviten los ruidos y no se hagan fotografías “que puedan alterar el disfrute de la ópera”.

El UceLi Quartet subió al escenario, y “las plantas han demostrado ser el más agradecido de los públicos”, reseñó la periodista Maricel Chavarría, en el periódico La Vanguardia. “Probablemente la sensible música de Puccini, Crisantemi (...) las ha emocionado igualmente.

El happening ha sido narrado en medios diversos, como Europa Press, The Ney York Times o The Guardian. Y Ampudia grabó el sonido de las plantas al moverse mientras eran situadas en sus localidades. Lo interpretó como un aplauso para los cuatro integrantes de la Orquestra Simfònica del Liceu, que saludó a la audiencia varias veces, claro.

La intervención busca situar al mundo vegetal en un plano de igualdad con los seres humanos y contó con el apoyo del auditorio, mientras Cataluña –al igual que muchas otras partes de Europa– aún estudia la forma de retomar los espectáculos.

Incluyó un streaming que está pensado no para disfrute de humanos, sino para que la gente les ponga el concierto a sus plantas en su casa, le dijo Ampudia a Chavarría. De distintos viveros provienen las 40 especies distintas de plantas presentes.

Para Víctor Garcia de Gomar, director artístico del teatro e impulsor de la propuesta, “la ópera es el paradigma de lo artificial, de la recreación, y en este lugar dejamos entrar al reino vegetal, el mundo salvaje de lo natural” a través de este concierto.

Ampudia lo explica así: “No vivimos en el mismo mundo que hace 90 días nos confinó. Soy de los partidarios de cambiar absolutamente las cosas y soy partidario de que seamos los artistas y la cultura los que, si nos dejan, lideremos este proceso”.

La producción editará una serie de fotografías y un vídeo, que se pondrá a disposición de coleccionistas, pero solo será media docena de ejemplares. Cada planta tendrá un certificado por haber formado parte de esta obra de arte y, luego, será donada a 2.292 profesionales de la salud, que trabajan en el Hospital Clínic de Barcelona. (I)