“Este es un país bastante tolerante”
Aunque su llegada a Surinam fue por una delegación oficial, después de dos años se ha convertido en el hogar de Guillermo Troya Rojas, pese a ser el único ecuatoriano allí.
Llegó a fines de 2010 como delegado de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) luego de haber representado a la organización en Jamaica, Panamá, Belice y Trinidad y Tobago, en los últimos 15 años.
Por temas de profesionalización, sus hijos y esposa regresaron a Ecuador y él lo hará en septiembre, aunque solo por unos días, para celebrar su cumpleaños.
Desde que llegó a Paramaribo se puso en la tarea de encontrar a algún compatriota, pero no ha tenido éxito. Aún así no pierde la esperanza.
La cordialidad de la gente y los bajos índices de violencia son aspectos que destaca mucho, pues la
principal causa de muerte en el país -indica- son las enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y coronarias, vinculadas al sobrepeso y el sedentarismo.
Además, al representar a un organismo internacional, se siente bastante cómodo con la apertura que le ha brindado el Gobierno para trabajar coordinadamente.
Al ser el único ecuatoriano en el país, para el último encuentro de Jefas y Jefes de Estado de Unasur, colaboró en la organización para la llegada de la delegación ecuatoriana. Y fue él quien la mañana del viernes acompañó al presidente Rafael Correa a conocer la ciudad, mientras llegaban las delegaciones del resto de países.
La calma con que se desarrollan los días en esa ciudad y el cuidado por el medioambiente son los aspectos que más destaca del país, pues existe mayor preferencia por la bicicleta frente al vehículo, una costumbre -comenta- quizá heredada de los holandeses.
En su oficina, ubicada junto al Ministerio de Salud, colaboran 25 personas, de las cuales solo dos son extranjeros: un holandés y un brasileño. “Este es un país absolutamente tolerante, la gente es amable y convive con respeto. Han sido bastante hospitalarios”, anota el quiteño que pronto cumplirá 60 años.
