Luego de la gala inaugural del pasado miércoles -en la que intervinieron varios músicos y cantantes locales-, el teatro Sánchez Aguilar recibió, la noche del  jueves, la obra “Estado de ira”, propuesta escénica del director argentino Ciro Zorzoli.       

En una sala que progresivamente iba siendo ocupada hasta alcanzar el noventa por ciento de su capacidad -952 personas-, los espectadores fueron sorprendidos porque antes del inicio formal de la función, dos artistas deambulaban por un escenario donde los elementos que conformaban la escenografía estaban colocados como si de una bodega de trastes se tratara, pero que fueron utilizados con excelente sincronización a medida que las escenas transcurrieron.

La obra era una propuesta lúdica de teatro dentro del teatro: Un grupo de actores burócratas que trabajan para una institución pública tienen entre sus funciones, además de otras tareas como iluminación, escenografía, sonido, la preparación de actores que reemplazan a otros en obras que están en escena.

La pieza abrió con la llegada de una reconocida actriz, saludada con respeto por los artistas trabajadores, pero que al avanzar la obra empezó a “complicar” la relación entre los distintos personajes. Y fue en este transcurrir cuando ocurrieron todas las acciones hilarantes que provocaron risas y sonrisas entre una parte del público, muy conectado con lo que ocurría en el escenario.

En ese espacio se marcaron las dos historias representadas: un círculo central donde ocurría el ensayo de la actriz protagonista de la obra “Hedda Gabler”, del dramaturgo noruego Henrik Ibsen -una versión libre puesta por el director para el avance de Estado de ira-; y el espacio circundante, ocupado por los “artistas” devenidos burócratas, que solamente se preocupaban por cumplir horarios y mantener la rutina de sus actividades; con lo que el director intentaba plantear la dicotomía entre el artista que arriesga y trabaja genuinamente, y aquel que se “acomoda” en los esquemas burocráticos.

Las actuaciones estuvieron parejas; todos los personajes estaban resueltos con solvencia por un trabajo que denotaba escuela y mucho profesionalismo.

Sin embargo, una espectadora se quejaba porque se habían perdido la mayoría de los diálogos, no obstante estar sentada en la mitad de la sala. Al parecer se generó un problema estructural de acústica, lo que deberá preocupar a los técnicos.  

El talento del director radica en crear una obra para iniciados y no iniciados. La propuesta que pretende situar a la ciudad en el circuito teatral latinoamericano estará en cartelera hoy, a las 20:30, y mañana, a las 19:30.