"Estacionarios" muestra el tránsito por el hielo
La semana pasada se inauguró la muestra Estacionarios, de la fotógrafa ecuatoriana Isadora Romero. La propuesta es también un viaje visual y sonoro por la Antártida, donde estuvo hace un año. La residencia duró casi dos meses.
La estética-mirada de Romero, llena de colores y que ha enfocado diversos escenarios y personajes, consideró esta vez un espacio recóndito, que registra la blancura y frío extremo de un territorio en el cual se encontró con animales y objetos que resultan indescriptibles. No solo paisajes.
La primeras imágenes de la exposición se hicieron con la técnica de cianotipia, pues la fotógrafa armó su propio laboratorio en la cocina de la base donde trabajan 18 personas, entre científicos (biólogos, geógrafos) de una comisión que incluye a quienes montan radares en la zona, miembros del Instituto Geográfico Militar que hacen una suerte de mapeo de la isla con aviones no tripulados y hasta un robot (“Spondylus”, de Arturo Cadena) que toma muestras en el agua.
El proceso consiste en emulsionar un papel con material fotosensible para secarlo en la oscuridad. Los colores se activan con la luz solar. Con este fin usó una cámara Uv (usada para desinfección y esterilizazión de muestras) que funciona en el laboratorio. Romero probó primero con objetos retratados, pero lo que se puede ver son partes del mar.
Daniela Cajiáo, especialista en conservación animal, investigó si la distancia de cinco metros que hay que mantener con los pingüinos es la adecuada, para eso “instaló cámaras y marcó los sitios donde estaban anidando los polluelos”, explica Isadora Romero, “lo hizo en la isla Barrientos, adonde llegan los buques de turismo”.
La fotógrafa Isadora Romero tras las muestras que tomó durante la XXIII Expedición Antártica Ecuatoriana en 2019. Algas, cuarzos, cabellos.
La fotógrafa vio dos de los cuatro tipos de focas que habitan el lugar, ballenas, aves como escúas y petreles, pues en la Isla Greenwich (en donde está la Base Pedro Vicente Maldonado) habitan los pingüinos de cuya carroña se alimentan estas últimas.
Llegó en el verano, que va desde diciembre hasta inicios de marzo, recuerda. Esos periodos suelen determinar las temporadas de trabajo en cada base. Esta vez la menor temperatura fue de menos 10 grados centígrados con sensación térmica de menos 18; pero en otras épocas del año suele bajar a menos 30.
El nombre Estacionarios se debe a que si bien los humanos no llegan a habitar ese espacio, su trabajo temporal allí depende de las estaciones. Y junto con los investigadores hay gente trabajando en su transportación, el mantener la temperatura de las bases, la alimentación. Todo en medio de un terreno que tiene sobre sí el interés de varios países.
Los símbolos religiosos, navales, militares pueblan el paisaje, también hay un retrato de Maldonado y en verano la oscuridad de la noche suele durar tan solo tres horas. La jornada de trabajo era de lunes a sábado y el clima determinaba si los domingos también eran laborables.
“Bañarse en un mar con olas de 15 metros es imposible; en Greenwich hay muchos huesos de ballenas, pingüinos y encontré una foca de Weddel agonizante, que quizá tuvo una pelea con otro animal, estaba herida y mide unos tres metros. Es imponente”, cuenta Romero, que escribió una bitácora en esta expedición, y con cuyos fragmentos están construidas las citas de la muestra en Arte Actual, de Flacso.
En el equipo habían otras personas que dibujaban y hacían sus anotaciones cada día. A una turista europea le tomó dos años de viajes llegar desde Alaska hasta la Antártida, mientras que la travesía de Isadora duró dos semanas en buque.
Además de las reflexiones de su bitácora, que ponen en contexto las escenas agrupadas con distintas ideas, recopiló muestras como lo hacen los científicos. Hay desde cuarzos, algas hasta cabellos de oceanógrafas. Y lágrimas.
En Greenwich hay incluso un cementerio, con el registro de quienes han fallecido durante su estancia en la isla. Cuando aparece el sol y hace buen clima se juega fútbol, se cocina, convive en grupo y la comisión se pone camisetas de la Selección Ecuatoriana de Fútbol, como aparece en una de las fotos expuestas.
Ahora, si se trata de lugares remotos, quizá la Luna sea el único más lejano que Isadora Romero vaya a fotografiar.
Ella sonríe al oír ese comentario. ¿Cómo es la blancura Antártica? “Permanente, total −dice−, es una reflexión de luz constante, como un caleidoscopio de magnitudes enormes”. El 14 de marzo, a las 16:00, la investigadora Tania Oña guirá la muestra. (I)