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Escritores recordaron a Nicolás Kingman, un verdadero “argonauta”

A Nicolás lo recordaron como un “intelectual completo, escritor, conversador maravilloso, inteligente, memorioso, afable, cantor de tangos”.
A Nicolás lo recordaron como un “intelectual completo, escritor, conversador maravilloso, inteligente, memorioso, afable, cantor de tangos”.
Foto: cortesía de Diario La Hora
22 de marzo de 2018 - 00:00 - Redacción Cultura

Nacido en Loja en 1918, el escritor y periodista Nicolás Kingman Riofrío falleció a los 99 años el pasado lunes. Su sepelio se realizó ayer en el  camposanto Parque de los Recuerdos de Quito.

Nicolás fue autor de obras memorables como Comida de locos, Dioses, Semidioses, y Astronautas o La escoba de la bruja; periodista incansable que trabajó en diferentes medios de comunicación nacional; intelectual comprometido que se relacionó con el Grupo de Guayaquil; hermanos del destacado pintor Eduardo Kingman; y era un aficionado del arte pero, sobre todo, del tango.

Diversos escritores y periodistas nacionales recordaron a través de las redes sociales a Nicolás Kingman, quien marcó a varias generaciones y fue parte central de la escena cultural.

Gabriela Alemán se despidió de él con un sentido mensaje publicado ayer en su página social de Facebook:  “Un argonauta viaja a un lugar peligroso, se le impone una tarea imposible, y sale victorioso gracias a la ayuda de aliados inesperados. Nicolás KINGman (como lo pronunció uno de sus nietos ayer) navegó 99 años por lugares y épocas peligrosas, llevó a cabo tareas imposibles, y salió victorioso rodeado de amigos, familia y amor”.

Javier Vásconez recordó que Nicolás fue un gran amigo de su padre, “con quien mantuvo largas charlas literarias remojadas de abundantes copas y tangos de fondo (ay, carajo, decía, no hay nada como Madame Bovary, y vaciaba el vaso de whisky), y además fue la memoria literaria de toda una época. Por Soledad Cruz me informo que murió en su ley: cantando tangos. Un gran abrazo para Simona, Santiago y Eduardo, y para toda la familia Kingman”.

El autor de Sueño de lobos, Abdón Ubidia, lo recordó como un “intelectual completo, escritor, conversador maravilloso, inteligente, memorioso, afable, cantor de tangos... tanto para hacerse querer. El muy querido Nico. Cuánta pena. Cuánto pesar”.

En la página oficial de su hermano Eduardo, remarcaban que Nicolás fue “dueño de un pensamiento lúcido, gran sentido del humor y una memoria inigualable”. (I)  

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