Entrevista / Adelfa Martínez Bonilla / Directora de Cinematografía del Ministerio de Cultura de Colombia
Es importante que cineastas aborden el conflicto, pero hay otras perspectivas
Tener una lengua común en gran parte de Latinoamérica ha creado en sus artistas la expectativa de trascender las fronteras culturales de la región. Y el cine -al ser una de las formas más dinámicas del arte- podría ser el leitmotiv de esa integración, una que también sirva para difundir sus contenidos y estéticas.
Por ello, 6 países (Colombia, Ecuador, México, Uruguay, Bolivia y Perú) integran la plataforma regional para la distribución audiovisual +Cinelatino, una iniciativa que, en 2012, obtuvo apoyo financiero del programa Bienes Públicos Regionales del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y sobre la cual nos habla la comunicadora que ha estado, durante 5 años, al frente de la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura colombiano.
Antes de abordar la reunión que usted mantuvo -la semana pasada, en Quito- con las autoridades de los países que integran la plataforma, hablemos del cine que se hace en su país...
Hay una producción muy nutrida hoy en día. Esa lectura de que el cine colombiano solo hablaba del conflicto, del narcotráfico, de los problemas internos, pues, es muy rebatible porque tenemos muchas nuevas miradas, con tratamientos temáticos distintos, abordando el país desde una diversidad que antes no teníamos. Es muy importante, por supuesto, que nuestros cineastas sigan hablando y poniendo en el escenario cultural la catarsis sobre nuestros problemas, nuestro conflicto -es de las cosas más importantes que hace el arte y su legado para las culturas de nuestros países- pero también hay otras perspectivas.
¿Cuáles son los resultados más relevantes del Fondo para el desarrollo cinematográfico que se creó en 2003 en Colombia?
El crecimiento de la producción: pasamos de un promedio de 3 películas -que estrenábamos hace 11 años- a las 28 que estrenamos el año pasado en salas comerciales (el doble que en Ecuador en 2014).
Han tenido una representatividad exitosa del país La Tierra y la sombra (César Augusto Acevedo) que se ganó, este año, la Cámara de oro en el Festival de Cine de Cannes; y El Abrazo de la serpiente (Ciro Guerra) que ha tenido un recorrido importante en festivales de cine, pero también una respuesta por parte del público.
Estamos implementando el programa Colombia Película, con el que estamos llegando, más allá del circuito comercial, a los escenarios regionales, en donde están haciendo un trabajo comprometido con la formación de públicos, pero son escenarios en donde no existen salas de cine comerciales, estamos hablando de las bibliotecas públicas, de casas de la cultura, de cineclubes, de programaciones comunitarias que tienen exhibición permanente, a los que proveemos, a través de las colecciones.
En +Cinelatino hablan de “activar la circulación de producciones cinematográficas y audiovisuales con valor patrimonial...” ¿A qué se refieren con ese concepto?
Es muy amplio. Vamos a tener cabida para las películas que han conformado y alimentado nuestras industrias cinematográficas nacionales, a esas, que hacen parte de nuestro legado, de nuestro patrimonio audiovisual -y que no tuvieron la suficiente circulación- les daremos la oportunidad de ser conocidas porque no pudieron llegar afuera bajo lógica comercial.
Las películas que han tenido otro comportamiento, de taquilla, exitoso, que tienen en este momento todavía copadas sus ventanas -y que tienen compromisos en su distribución- seguramente no las vamos a lograr traer en este momento a la plataforma pero lo que sí estamos garantizando es tener las grandes obras de nuestra cinematografía, que hacen parte de nuestro patrimonio, para que puedan circular en nuestra región.
En caso de que hubiera un tratado de libre comercio (TLC) entre los países involucrados, por ejemplo, ¿qué afectación habría sobre lo convenido en esta plataforma en cuanto a propiedad intelectual?
El proyecto está compuesto de voluntades políticas y va a actuar de manera diferente a las lógicas comerciales. Pero eso tendríamos que revisarlo jurídicamente. Los tratados internacionales tienen prelación sobre las legislaciones locales y nacionales. Este tipo de acuerdos, los TLC, tienen sus propias lógicas prioritarias pero de lo que se trata aquí es de respetar los derechos autorales, patrimoniales. Existen unas reglas básicas que están fortalecidas en las cláusulas de los contratos, que siguen un formato y se basan en modelos implementados en el mundo y que también dependen de las lógicas y acuerdos que tienen los productores con sus agentes de ventas, con sus distribuidores. (I)
Seguimiento de los avances
El mundo digital, una alternativa para la difusión
La plataforma regional para la distribución audiovisual +Cinelatino se reunió el jueves 22 y viernes 23 de octubre. La cita sirvió para el seguimiento de los avances que la plataforma tiene desde que, en 2012, fue seleccionada, por el BID, entre 95 proyectos postulados al fondo de financiación, con el objetivo de “promover iniciativas con un alto potencial de impacto en el desarrollo”. La integran autoridades cinematográficas de 6 países: los representantes del Consejo Nacional de Cinematografía del Ecuador (CNCine), el Ministerio de Cultura de Colombia, el Consejo Nacional de Cine de Bolivia (Conacine), el Ministerio de Cultura de Perú, el Instituto de Cine y Audiovisual de Uruguay (ICAU) y, el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine).
La plataforma se ha propuesto “activar la circulación de producciones cinematográficas y audiovisuales con valor patrimonial y dar una respuesta a los problemas en la distribución que enfrenta la producción latinoamericana”. Los criterios de la curaduría planificada en Quito apuntan a la vinculación de lo audiovisual. Juan Martín Cueva, director del CNCine, dijo que buscan “proteger la propiedad intelectual de todos los cineastas y realizadores, a través de un pago que reconozca su participación en esta ventana, sin que eso sea un impedimento para que ellos puedan exhibir su trabajo en festivales o puedan estrenarlo en pantallas de cine comercial para así recuperar su inversión”. (I)
Impulso a las producciones
La Ley de Cine en Colombia cumplirá 12 años
+Cinelatino surgió de la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura de Colombia. Este proyecto internacional es independiente de lo que hace el organismo, el cual fomenta la producción cinematográfica en ese país a través de la Ley de Cine colombiana, que lleva casi doce años de vigencia, una normativa que, en palabras de Adelfa Martínez, “nos ayudó a impulsar la producción del país, al crear unos estímulos para inversionistas y donantes, con los que hemos logrado irrigar al sector unos presupuestos”.
En el país del Premio Nobel Gabriel García Márquez, el Fondo para la producción fílmica “se alimenta con las ganancias sobre taquilla de productores, exhibidores y distribuidores”. Los últimos aportan para este fondo el 8,5% de sus ganancias y los productores, el 5%. El fondo tiene un recaudo mensual y está dirigido en Colombia por el Consejo Nacional de Cine, el cual tiene “representatividad integral” del sector: el Gobierno; el Ministerio de Cultura, la Dirección de cinematografía con representantes de cada ámbito, técnicos, creativos y consejos departamentales de cine, que hay en las 11 regiones colombianas. La asistencia al cine, en general, ha crecido exponencialmente en 2015: alrededor de 10 millones de espectadores adicionales, con relación a 2014, van a las salas y 4.330 millones de pesos ($ 1 millón y medio) se entregarán en la convocatoria de ficción en todas las modalidades, de producción de largo y cortometraje. (I)