Érika Sylva Charvet: “La cultura no solo se reduce al arte”
La ministra de Cultura, Érika Sylva, se reunió hace un par de semanas con la prensa para dar a conocer las actividades y logros obtenidos en su primer año de gestión al frente de la cartera.
La secretaria de Estado ha concentrado su trabajo en la integración cultural del Ecuador, la promoción y difusión de las diferentes etnias del país.
En la rendición de cuentas sobre su primer año de gestión mencionó que en la actualidad existe una mayor inclusión de los grupos culturales del país...
Definitivamente, si tomamos en cuenta cómo el Estado operaba antes con relación a los actores culturales, efectivamente establecía una relación clientelar y esporádica con unos pocos actores culturales, pero la política actual, desde la creación del Ministerio de Cultura, es de apertura hacia todos los gestores culturales, artistas y creadores sobre la base de políticas y mecanismos de acceso a recursos y de inclusión en sus proyectos. Ahora tenemos mecanismos, como el sistema de festivales, auspicios, fondos concursables, que llegan a las veinticuatro provincias del país. Eso significa que comunidades que nunca antes habían podido acceder a esos recursos del Estado, ahora lo están haciendo a través de mecanismos democráticos abiertos.
Usted hablaba sobre la creación de nuevas subsecretarías dentro del Ministerio ¿Cuál es el propósito?
Es un nuevo modelo de gestión, que reemplaza al actual y está relacionado con los campos de competencia del Ministerio de Cultura en el proceso de conformación del Sistema Nacional de Cultura. Entonces nosotros identificamos que el campo cultural, que es vasto -entendiendo a la cultura no reducida al arte y a los intelectuales, sino entendida como un modo de vida, un modo de expresarse de una sociedad- tiene varios ámbitos dentro de esa visión contemporánea, como, por ejemplo, el campo de las artes y la creatividad, que agruparía a las artes literarias, escénicas, plásticas, musicales; entonces, todo lo que tiene que ver con las artes tendría sus respectivas direcciones en estas subsecretarías y así sucedería con las demás áreas.
La producción cinematográfica está en auge en Ecuador, pero no hay muchas escuelas de cine en el país y la difusión de los filmes es complicada.
Exactamente, estos son temas importantes, el de la formación y el de la difusión. Por un lado está el tema de la formación, que está previsto en el marco de la nueva Ley Orgánica de Educación Superior y en el que se contempla crear la Universidad de las Artes.
Nosotros justamente estamos elaborando los términos de referencia para hacer una contratación de consultoría que nos cree el diseño curricular para esta universidad que se va a crear en Guayaquil. Dentro de esta institución, necesariamente, va a haber un área de producción cinematográfica que generará los recursos humanos técnicamente capacitados y con conocimientos para fortalecer más el tema del cine.
Es cierto que la producción en el Ecuador ha aumentado y lo ha hecho en un 300%. Desde 2007 hasta el 2010 se han apoyado ciento treinta y siete proyectos nuevos de largometrajes y documentales, gracias a la acción importante del CNCine. En el problema de la difusión nosotros estamos trabajando, junto con la IEPI y el CNCine, en una propuesta sobre el tema de propiedad intelectual. Nosotros como Ministerio velamos para que se respeten los derechos de autor y, en ese sentido, estamos haciendo un trabajo coordinado y esperamos a fines de este segundo semestre materializarlo en respuestas concretas junto con el CNCine.
¿Qué opina usted sobre la cláusula que prohibía la exposición de obras sexualmente explícitas en el último Salón de Julio?
Yo considero que el Estado no puede coartar la libertad de creación; tiene que garantizar la libre circulación de la creación, no puede decir esto es bueno, esto es malo, en términos del arte. Para eso existe justamente un jurado que es el que debe pronunciarse y es la ciudadanía la que tiene que dar su veredicto. El juicio no puede ser moral, debe ser estético y en ese sentido yo creo que el Estado tiene que respetar los derechos culturales de los artistas y entiendo que en este caso no se hizo.
¿Y cómo ve usted el hecho de que los artistas estén empezando a generar sus propios espacios para exhibir sus obras?
Yo considero que Guayaquil es una ciudad que tiene una vigorosa plástica y un conjunto de artistas plásticos que no encuentran un cauce en el espacio público municipal, justamente yo brindo y aprovecho este espacio para decirle a esos artistas que el Ministerio de Cultura les abre las puertas, porque consideramos que ese arte debe expresarse en su desnudez, en su capacidad contestataria, su capacidad crítica, porque el arte es un lenguaje que tiene la capacidad de mostrar de una manera específica una realidad que quizás escapa al ojo común.
Considero que, en este caso, el Municipio debió establecer ciertos dispositivos museables que permitan que la ciudadanía de distintas edades pueda acceder a través -justamente- de una mediación adecuada que la pueda guiar, interpretar y explicar el contenido de estas obras, pero de ninguna manera creo que es tarea del Estado censurar la libre creación de los artistas.