Entre el jazz y el comunismo: Bobby Astor en Ecuador
Heinz Alfred Stern nació en 1908 en Idar-Oberstein, ciudad del suroeste alemán considerada la capital de la industria de las piedras preciosas. Criado en un hogar judío y siendo hijo de un geólogo, entre 1917 y 1924 estudió piano en el Conservatorio. Fue en 1928 que adoptó el nombre artístico de “Bobby Astor” con el que obtendría reconocimiento como músico de jazz y director de orquesta en las principales ciudades alemanas y europeas. Siendo ya un militante comunista con cada vez mayores responsabilidades políticas, a principios de los años 30 brindó una serie de recitales en la Unión Soviética, junto con otros conjuntos jazzísticos alemanes, ingleses, checoslovacos y daneses, de moda por aquel entonces en Europa y con inocultables simpatías por el régimen bolchevique.
El ascenso de Adolf Hitler al poder en 1933 significó un enorme golpe para Bobby Astor al no poder ya realizar presentaciones públicas, según decidió la Reichsmusikkamer, autoridad alemana encargada de regular (y eventualmente prohibir) la actividad musical. Más allá de esta interdicción, su popularidad aumentó al componer e interpretar, de manera clandestina, distintas canciones críticas y antifascistas. Así terminó encarcelado en dos oportunidades, por su condición de judío y de comunista y, sobre todo, por su creciente activismo en contra del nazismo.
Sin mayores posibilidades de actuación en Alemania, en 1934 se vio obligado a emigrar a Checoslovaquia para evitar una nueva detención. Pasó algún tiempo en la Unión Soviética, Luxemburgo, Holanda y finalmente Suiza realizando en cada país diversas actuaciones como solista. El avance aparentemente irrefrenable del totalitarismo nazi lo forzaría por último a emigrar a América.
Sin perder sus vínculos con el Partido Comunista alemán, Bobby Astor llegó a Ecuador en 1938. Establecido ya en Quito, se ganó la vida como fotógrafo hasta que finalmente pudo convertirse en propietario de un restaurante ubicado en las avenidas Colón y Amazonas. Pronto se hizo muy popular al divertir a sus comensales con sketches cabaretísticos y canciones animadas con su acordeón. Mientras tanto, se vinculó de manera estrecha con la comunidad germánica antifascista y con la colectividad judía local, al tiempo que trabajó para establecer relaciones políticas entre el movimiento comunista ecuatoriano y su contraparte alemana.
Convertido en un singular referente de la izquierda judía de Ecuador, a partir de noviembre de 1942, en plena guerra mundial, fue uno de los responsables de la formación del “Movimiento Alemán Pro Democracia y Libertad Ecuador” (Deutsche Demokratische Vereinigung), organización de frente único dedicado a combatir la presencia de células nazis en el país y de brindar su apoyo solidario a las redes de militantes alemanes en lucha contra el gobierno de Hitler.
Las tensiones internas entre comunistas y socialdemócratas, avivadas por la Revolución del 28 de Mayo en Ecuador, provocaron la división de esta entidad: con todo, aquellos defensores de la iniciativa soviética encontrarían su respaldo en el Movimiento Antifascista de Ecuador, dirigido desde el Partido Comunista Ecuatoriano, el que contribuyó a la formación del Comité Freies Deutschland.
Bobby Astor comenzó como secretario de la nueva organización y a partir de septiembre de 1944 fue presidente de su comité ejecutivo y editor de su revista Demokratisches Deutschland. El grupo tuvo una activa participación a nivel nacional, con representantes de Quito y Guayaquil y un énfasis manifiesto en “la unificación de todos los alemanes antinazistas y democráticos residentes en Ecuador” y “la lucha contra el fascismo nazi, el antisemitismo y el racismo”, según se establecía en sus estatutos originales.
Paralelamente, el Comité Freies Deutschland se encontraba directamente vinculado con el Comité Latinoamericano de los Alemanes Libres, también de signo marxista y radicado en la Ciudad de México, con lo que esta entidad podía servir de puente entre los partidos comunistas ecuatoriano y mexicano.
Más allá del perfil pro germánico de su militancia, Bobby Astor se involucró con el Partido Comunista local cuando en septiembre de 1944 este organizó la nueva asociación denominada “Mundo Libre” y considerada como heredera del anterior “Movimiento Antifascista”.
También en este caso el activista alemán actuó de presidente del comité ejecutivo, en tanto como secretario general se desempeñó el francés Raymond Meriguet, de intensa labor política en la denuncia de la penetración nazi en el país. Los organizadores de “Mundo Libre” se consideraban como “defensores activos de los principios democráticos”, aunque al poco tiempo se vieron perseguidos por el nuevo gobierno de José María Velasco Ibarra, el que ante la presencia masiva de militantes extranjeros y comunistas no dudó en catalogarla como una simple entidad dedicada al espionaje soviético.
Luego de una estancia de once años en Ecuador, en 1949 Bobby Astor regresó a Europa estableciéndose en Berlín, en plena Zona de Ocupación Soviética, la que a partir de ese mismo año tendría la denominación de República Democrática Alemana. Aprovechando su experiencia como artista se desempeñó en varias oficinas de carácter gubernamental, como el Departamento de Arte Popular y también en el Comité de Combatientes por la Paz. Al igual que otros miembros del Freies Deutschland pronto, sin embargo, comenzaría a tener diferencias con Walter Ullbricht, principal líder comunista en la reconstrucción alemana, y con Heinz Willmann, su hombre en materia de producción y difusión cultural.
Ya fuera del gobierno se desempeñó como docente de teatro y de música hasta que en 1953 abandonó Alemania Oriental ante la posibilidad de ser detenido, estableciéndose por un tiempo en Alemania Federal para una vez más volver a radicarse en Suiza.
Ya alejado de la política, sus últimos años los consagró a la docencia y la ejecución del órgano Hammond, de influencia creciente en el jazz en las décadas del 60 y 70. Finalmente, Bobby Astor falleció en Berna en 1988, a la edad de 80 años.