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El Telégrafo
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Encerrar la felicidad en un museo es posible

Encerrar la felicidad en un museo es posible
31 de octubre de 2012 - 00:00

Stefan Sagmeister, de origen austriaco, viajó a Quito para dar una charla a los diseñadores gráficos de la ciudad. Además de la conferencia, el creador promocionó su más reciente trabajo, que lleva por nombre The Happy Show.

La propuesta realmente es realizar un filme en el que se retraten aquellos modos con los que la gente es feliz. Sagmeister es el coproductor de la cinta. Tiene previsto que el producto audiovisual esté listo a finales de 2013, y una vez que tenga el documental lo enviará a los festivales de cine.

El diseñador de portadas para músicos de rock como David Byrne, Lou Reed o los Rolling Stones conversó sobre su proyecto que “encierra” la felicidad, sobre el poder de las imágenes en su oficio y en los medios de comunicación y las audiencias.

¿Cuál es la propuesta con Happy Show?

Es una obra con elementos que a mi me hacen feliz y de alguna manera quería ampliar ese concepto. Cada uno está en su mundo y tiene su propia felicidad, así que busqué elementos que a todos nos hagan felices. Ahorita la muestra está en el Museo de Filadelfia.

Pero, ¿qué tipo de elementos usa para buscar esa felicidad?

Inicia desde la entrada al museo, tu pones una moneda de 25 centavos y esta navega por un tubo transparente, luego sale a la calle una representación del museo junto a una caja en donde cae la moneda. La persona que pasa por ahí  se la encuentra, entonces eso la hace feliz. También hay ciertas tareas, por ejemplo, tu aplastas un botón y te sale que tienes que cargar a tu amigo por el museo. Está demostrado científicamente que hacer cosas locas, espontáneamente, te “pone” feliz.

¿Por qué encerrar la felicidad en un museo, acaso allí reside la forma de serlo?

Me parece bueno porque el mensaje llega a más gente. En una primera propuesta llegó a 50.000 personas. El museo, además, es un elemento; pero el fin es hacer un filme del que soy coproductor. Se me hace muy complicado hacer la película, porque soy diseñador, pero prefiero el filme porque estoy dedicado a llegar a audiencias más grandes.

¿Cómo maneja el tema de la imagen en el diseño, teniendo en cuenta el boom visual de ahora?

Los cambios tecnológicos, todo boom tecnológico influye en cualquier trabajo. El primero en influir fue la imprenta, permitió que los ‘types’ sean fijos en placas y que sean infinitamente reproducibles. Pero lo más importante es que el diseño nunca se deshumanice, que nunca un diseño parezca producto de una máquina. Tiene que ser muy emotivo, tiene que haber ‘feeling’, un argumento humano.

¿Qué efecto ha creado el bombardeo de imágenes en el diseño?

He leído que estamos bombardeados por cien mil imágenes, pero estoy casi seguro de que no es así, al contrario, ignoramos cien mil imágenes. Antes, al ver pocas imágenes te detenías y las veíamos. En la red, por ejemplo, se suben millones de fotos, pero las ignoras, solo te interesas por las cercanas, las de los amigos, los familiares.

¿Qué opina sobre la proliferación de productores de imágenes, influye en su trabajo?

Al contrario de lo que muchos dicen, creo que es bueno, porque ahora hay un reconocimiento legítimo a los profesionales. Antes nadie producía imágenes y ahora todos están metidos en eso y se  interesan.

¿Qué lectura tiene sobre las imágenes que aparecen en los diarios?

Las imágenes siguen siendo negativas y malas, pero no es culpa de la prensa, sino de las audiencias, porque están más interesados en escenas violentas.

¿Cómo trabaja para que la imagen no sea fugaz y perdure en el tiempo?

Cuando quiero que dure en el imaginario de la gente uso algunos trucos; por ejemplo, tiene que ser algo nuevo e impactante, que se note que haya tenido agallas para hacerlo, es decir que si había  que lanzarse de una montaña para tener la idea o la imagen, se note. Que te recuerden cosas del pasado significativas, que se note que fue difícil de hacer, que tengan un toque sentimental, que te llegue de verdad.

¿Es complejo trabajar para audiencias, sobre todo cuando es muy amplia en edad?

Muchas veces es súper fácil, como en el caso de los Rollings Stone; pero ya cuando es más específico hay casos complicados, ahí yo soy más intuitivo. Hay mucha gente que usa grupos focales, pero son un fracaso, porque se encargan de mantener el statu quo. Steve Jobs nunca usó grupos focales, porque no sabes lo que le va a gustar a la gente en el futuro. Cómo te puede gustar el iPhone, por ejemplo, si no lo conoces; y preguntarle a la gente qué es lo que le gusta, no sirve.

Usted fue uno de los 500 artistas que protestaron por la invasión de Irak, ¿el artista debe tener una postura política?

Tiene que haber una opinión en todo lo que toque a la humanidad, desde lo familiar hasta lo que involucre a países. Como humano tengo una posición política y pertenezco a una organización que trata de quitarle el presupuesto militar a EE.UU. y pasarlo a la educación.

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