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El Telégrafo
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El evento estuvo marcado por una fuerte crítica a la falta de diversidad cultural en el cine

En plena gala de lujo, Hollywood debate la crisis de inclusión

Lady Gaga interpretó Till It Happens To You, de The Hunting Ground, el documental que trata sobre personas que fueron violadas en campus universitarios.
Lady Gaga interpretó Till It Happens To You, de The Hunting Ground, el documental que trata sobre personas que fueron violadas en campus universitarios.
Foto: AFP
01 de marzo de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

En 1973, en la 45 entrega de los premios Oscar, Marlon Brando ganó como Mejor Actor por su papel de Vito Corleone, en El Padrino, de  Francis Ford Coppola. Sin embargo, en su lugar, quien pasó al podio a rechazar el premio en nombre de Brando fue una mujer apache llamada Sacheen Littlefeather, de origen nativo americano y activista por los derechos humanos de su pueblo.  

Su presencia representaba un gesto de protesta a lo que la maquinaria cinematográfica de Hollywood  hacía con la imagen de los nativos americanos y, también, por la masacre de Wounded Knee, que se había cometido semanas antes de la premiación. “Con mucho pesar vengo a decirles que Marlon Brando no puede aceptar este generoso premio y esto se debe al trato que le da la industria cinematográfica y la televisión a los indios americanos  y también por lo ocurrido recientemente en Wounded Knee”, dijo Littlefeather, cuyo nombre en español significa “Pequeña pluma”.

Al respecto, Brando declaró que cuando fue nominado por El Padrino le pareció absurdo ir a la ceremonia. “Resultaba grotesco festejar a una industria que había difamado y desfigurado sistemáticamente a los indios norteamericanos a lo largo de seis décadas, mientras en aquel momento doscientos indios se hallaban sitiados en Wounded Knee”, recalcó.

Pero este acontecimiento no ha sido el único en la historia del Oscar que ha puesto el dedo en la llaga sobre temas “incómodos” que sucedían por fuera del Teatro Dolby, anteriormente conocido como Teatro Kodak. En el 2003, por ejemplo, el cineasta Michael Moore aprovechó el triunfo de Bowling for Columbine como Mejor Película Documental para expresar su rechazo al gobierno de George W. Bush y su participación en la guerra de Irak.

O cuando el anterior año, Patricia Arquette, ganadora a Mejor Actriz Secundaria por Boyhood, interpeló a la audiencia con un discurso en el que criticaba las desiguales condiciones de trabajo entre hombres y mujeres: “A todas las mujeres que han dado a luz, que pagan sus impuestos y que son ciudadanas de esta nación, hemos luchado por los derechos de todos los demás. Ya es hora de que tengamos de una vez por todas el mismo salario (que los hombres) y los mismos derechos para las mujeres en Estados Unidos de América”.

Una gala saturada de crítica social

Los premios Oscar han servido de plataforma para amplificar el malestar de ciertos miembros de la industria hollywoodense, dependiendo de sus agendas particulares.

La última gala realizada el anterior domingo estuvo marcada por las críticas que ha recibido la industria de cine en relación a su falta de diversidad  cultural. Se argumentaba que el perfil de directivos de los estudios, pasando por los cineastas, los guionistas y hasta los actores, es el del hombre blanco y heterosexual.

“Esto no es un problema de diversidad, es una crisis de inclusión”, explicó Stacy Smith, autora del informe elaborado por la Universidad del Sur de California y añadió que de los 11.300 personajes que aparecieron en las 414 películas y series de televisión estudiadas, solo un tercio es de mujeres y un 28% pertenece a minorías, lejos del casi 40% que representa en la sociedad estadounidense.

Esto provocó que artistas como Will Smith y Spike Lee no hayan asistido a la entrega 88 de los Oscar como símbolo de rechazo ante esta situación. “No podemos respaldar esta gala. No queremos faltarle el respeto ni a su presentador, Chris Rock, ni al productor, Reginald Hudlin, ni a la presidenta de la Academia, Cheryl Boone Isaacs, pero ¿cómo es posible que por segundo año consecutivo los 20 contendientes a los premios a las mejores interpretaciones sean blancos?”, señaló  Lee. Sin embargo, Chris Rock, mediante un discurso autocrítico y lleno de sátira reconoció ese problema, pero lo planteó desde un lugar propositivo: “No queremos boicotear nada, queremos las mismas oportunidades. Queremos que los actores negros tengan las mismas oportunidades que los blancos”.

En la gala también hubo una fuerte crítica respecto a cómo las víctimas de abuso sexual son tratadas, todavía, como culpables, y fue el vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quien dijo que “debemos y podemos cambiar la cultura para que ningún hombre y ninguna mujer se pregunten ‘¿Qué hice?’. No hicieron nada”. Estas palabras las dijo previo a la presentación musical de Lady Gaga, quien junto a un grupo de jóvenes con frases inscritas en su piel (una de ellas decía “No es tu culpa”) denunció los crímenes de violación sexual que sufrieron, incluida Gaga.

Finalmente, el discurso ambientalista y crítico contra la Iglesia no faltó. Michael Sugar, uno de los productores de Spotlight, ganadora de Mejor Película de la noche, dijo que el filme le “dio voz a los supervivientes. Este Oscar amplifica su voz, lo que esperamos se convierta en un coro que resuene y llegue hasta el Vaticano. Papa Francisco: es tiempo de proteger a los niños y restaurar nuestra fe”.

Mientras que Leonardo Dicaprio, ganador del Oscar a Mejor Actor por El Renacido, señaló que “el cambio climático es real, está sucediendo ahora. Es la amenaza más urgente que enfrentan nuestras especies, necesitamos trabajar unidos y no dejar más las cosas para luego”. (I)

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Oscar a mejor corto documental

A girl in the river cambiaría la ley en Pakistán

El documental de la cineasta paquistaní-canadiense, Sharmeen Obaid-Chinoy, parte de la historia de Saba, una joven de 18 años que recibió un disparo de sus familiares, su padre y su tío, como sentencia para redimir el honor de su familia.

Fue arrojada al río en una  bolsa y sobrevivió. “Luego de ver la cinta, el primer ministro de Pakistán se ha comprometido a cambiar la ley sobre crímenes de honor”, dijo la cineasta en la edición de los Oscar, tras recibir el Premio a Mejor cortometraje documental.

Saba fue juzgada bajo la figura de ‘crimen de honor’ tras casarse con el hombre del cual estaba enamorada, sin tener el consentimiento de su familia. Casos como el de Saba suman mil asesinatos cada año, pero la mayoría no se denuncian. (I)

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