“En Latinoamérica, el PIB cultural es rubro mayor”
El 1x1 de la Ley de Comunicación no es solo estudiado y debatido por los artistas. Desde el Ministerio de Cultura, Javier López Narváez, director de Emprendimientos e Industria Fonográfica, también hace observaciones a cómo este proyecto no es “la solución, pero sí una necesidad para caminar hacia ella”.
Más allá de los resultados poco alentadores del estudio sobre la industria musical ecuatoriana, ¿qué lectura le merece la poca difusión de la música nacional?
Los datos al momento son poco alentadores ya que al menos en los últimos 12 años no ha existido ningún incentivo para la industria discográfica. En Ecuador, existe una cultura de violación al derecho de autor. El tema más debatido al respecto durante los últimos 10 años es el de la piratería de CD y DVD. Sin embargo, el no pago de derechos de autor y derechos conexos por parte de los medios hace de éstos últimos grandes piratas de cuello blanco.
De acuerdo con nuestro estudio, de 1.170 radios y 515 canales a nivel nacional, apenas un 15% paga estas regalías a las sociedades de gestión encargadas de recaudar el dinero para los autores, compositores y artistas (Sayce, Soprofon, Sarime). Es decir, tenemos un entorno de piratería formal de un 85%.
Las regalías por derechos de autor y derechos conexos constituyen la remuneración de los creadores y productores por su trabajo, y el circulante con el que se desarrolla y crece la industria. En ese sentido, este dato es un indicador más del porqué no existe industria en el país. Pero más allá de esto, el dato de la poca difusión de música nacional (toda la música de cualquier género que se produce en Ecuador) en medios, que revela que apenas el 9% de lo que se escucha en las radios ecuatorianas es música producida en Ecuador (versus un 18% de música proveniente de EE.UU., 13% de Puerto Rico, un 13% de México y un 10% de Colombia), significa que de las recaudaciones por derecho de autor y conexos que ingresan a la industria por rotación en medios, más del 90% se va fuera del país. (De acuerdo con los datos proporcionados por Sayce, este porcentaje estaría en el 80%).
Las radios privadas se están quedando de manera ilícita con un 85% de las regalías que le pertenecen a los autores y los músicos, y en última instancia a la industria, pues es este dinero el que debería ser reinvertido para su desarrollo. Del dinero que sí se recauda, al menos el 80% sale al exterior, es decir, existe un desequilibrio en la balanza comercial que se corregiría con normativas tales como la cuota de rotación radial o 1x1. La industria tendría en Ecuador un repunte económico importante solo con regularizar los pagos de las regalías por parte de las radios a las sociedades de gestión, y equilibrar la rotación de música nacional a través de leyes como el 1x1. Si a ello se añade una política de incremento de programación televisiva musical, estaríamos añadiendo el desarrollo del videoclip, casi en desuso en nuestro país, salvo las plataformas del ciberespacio, lo que generaría más ingresos y haría más rentable a la industria fonográfica como tal.
En la cadena de valor de la música ¿cuál es la categoría débil?
En una cadena de valor hablamos de actividades. Dentro de las actividades primarias de la cadena de valor de la industria fonográfica (de acuerdo con el modelo preliminar propuesto por nuestro diagnóstico que contempla las actividades de: creación, producción, asesoría/management, puesta en formato, difusión y distribución), en Ecuador son débiles todas excepto la creación y la producción, (fuerte solo en algunas áreas como el pop, jazz y ciertos géneros comerciales de rock; pero en la música de mayor impacto y distribución a nivel nacional, como la tecnocumbia y la chicha, la debilidad en producción es evidente).
La actividad de asesoría/management simplemente no existe en Ecuador. En toda industria existe un momento en el que se evalúa las tendencias de la demanda para direccionar la producción, lo cual hace que los productos sean competitivos. Al no existir esto en Ecuador, o se produce en función de los medios, lo cual no genera réditos de ningún tipo, ya que solo el 9% de la rotación total es de producción ecuatoriana; o se produce contra los medios, generando la llamada “música independiente”. Ninguna de las dos nace con un criterio desde la demanda, pues resulta que de la primera encuesta de consumo musical aplicada con representatividad en Quito y Guayaquil, lo que más demanda la gente no tiene nada que ver con lo que se oferta en las radios, ni con la “música independiente”.
La puesta en formato es otra gran debilidad de la industria. Hasta hace pocas semanas, en Ecuador no existía una empresa de prensaje de discos, lo que ha obligado a los productores nacionales a fabricar sus discos en el extranjero (principalmente Colombia y Perú), y tener que importarlos con un arancel del 25%, lo que además de encarecer su PVP, incentiva la piratería, pues los discos en blanco tienen un arancel mucho más bajo, por lo que resulta mejor negocio importar discos vírgenes y vender música quemada que importar discos producidos.
Hace poco supe de Main Disk, la primera prensadora ecuatoriana de discos. Al no tener una industria regular, Ecuador todavía no genera códigos ISRC (el equivalente del ISBN de los libros), ni tiene aún políticas de control sobre la producción de este tipo de empresas, por lo que si no se atiende con premura esta falencia, podríamos encontrarnos en un escenario de piratería tolerada con discos “originales”.
La debilidad en la distribución es consecuencia de la piratería. Hoy en día, desde el Ministerio de Cultura, estamos generando alternativas para fortalecer esta área, tales como el Fondo Fonográfico, que es un concurso para producciones discográficas cuyos ganadores tendrán la oportunidad de encontrar un canal de distribución a nivel nacional.
Basados en las reuniones que mantuvieron con los músicos, en Quito, ¿cabe decir que las radios se desentendieron en parte de la circulación de música nacional?
Las radios se desentendieron de la difusión de la música nacional. Esta realidad se acentuó cuando las franquicias internacionales de medios entraron en el país. Tal es el caso de Universal, Grupo Prisa, MVS, etc. La mayoría de grupos de comunicación a nivel mundial han extendido su dominio de la mera difusión de contenidos, a la producción e incluso a la premiación de dichos contenidos.
Si una productora discográfica internacional firma con 5 artistas, y quiere generar ganancia, los rotará en sus propias radios en todas sus franquicias. Eso es algo con lo que una producción ecuatoriana no puede competir. Del 54% de oferta de música en radios, el 18% es de Estados Unidos, y el 13% es de México. Tiene lógica que sean ellos quienes dominan el espectro radio eléctrico nacional, y es evidente la razón de su oposición al 1x1.
¿Cuál es la relevancia para que la música nacional se vea como un puntal de la economía nacional?
Las industrias culturales en general, y la industria fonográfica como una de las industrias culturales, son puntales de la economía mundial. En EE.UU., el 11% del PIB es de industrias culturales. Comparado con nuestro mayor ingreso del PIB, que es el 12% petrolero, se nota la magnitud que puede llegar a tener para el desarrollo económico de un país.
En Latinoamérica, el PIB cultural es mayor que el de las exportaciones de café. Eso explica por qué la artista más rotada de 2011 fue Shakira; y por qué uno de los países más rotados es Colombia, y por qué fue Juanes quien organizó el concierto “Paz sin fronteras”. Es decir que los contenidos simbólicos fuertes tienen un sustento económico detrás, y político delante. Y esto ha sido así a lo largo de toda la historia humana.
Es importante estar al día en el debate sobre el régimen de propiedad intelectual y su equilibrio con el acceso a los productos culturales. Pero también hay que cambiar la visión subsidiaria de la cultura. Porque la industria cultural puede llegar a convertirse en un puntal para la economía del país.
¿Cómo plantear una industria cultural que engorde el PIB local?
Cambiando la visión de inversión social en cultura por inversión productiva, y poniendo a la cultura como uno de los sectores económicos priorizados. Generando datos y mediciones fiables tales como las de una cuenta satélite que mida el aporte de la cultura al PIB; datos de encuestas de consumo cultural. Incentivando la creación de negocios y empresas de la cultura. Revisando los aranceles de las materias primas de las industrias culturales (como dato, los instrumentos musicales, que son el insumo de las industrias fonográfica y la del espectáculo, tienen un arancel de importación del 30%, lo que de entrada castiga a la inversión en este sector).
En esta época se habla de una especie de dominio a través de las industrias culturales. ¿Se puede decir que para mantener una identidad ecuatoriana, sus industrias deben ser promovidas?
Por supuesto. Por ejemplo, los colombianos se han dedicado a exportar sus conflictos a través de las telenovelas. Entonces, el momento en que el presidente Santos en una cumbre de presidentes reconoce que es importante revisar el método de lucha contra las drogas, coincide con el momento en que una teleserie basada en la vida de Pablo Escobar se dedica a hablar, en sus diálogos, sobre los intereses norteamericanos en la penalización de las drogas en contra de los intereses de desarrollo locales. Es decir, hablan de lo mismo desde el espacio político y el de la industria cultural, y eso fortalece una identidad de nación.
En fonografía, el ejemplo más grande es el de los puertorriqueños y cubanos de Nueva York que a través de una empresa, Fania records, crearon un estilo musical, la salsa, y le dieron identidad a toda una región, el Caribe reviviendo el folclore de esas islas a través de un proceso industrial. Lo mismo hizo Juan Luis Guerra con la bachata en República Dominicana al remozarla con el filtro de la industria, y lo hizo Carlos Vives con el vallenato, la cumbia y la champeta en Colombia. Los gringos, por cierto, lo hicieron también con su folclore; ahora lo llamamos rock.
¿Para esta promoción es el 1x1 la solución?
No, es un inicio. Quedarse con la idea de que el 1x1 es la solución sería tener una mente un poco estrecha.