El violín, una “escultura sonora” y obra de arte
“Un violín no es solo un instrumento, es también una obra de arte”, afirma Lionnel Genovart, luthier argentino, que lleva 22 años dedicado a este oficio.
Genovart ha traído a Guayaquil su colección privada, y ha montado la I Exhibición de Luthería Argentina de Violines de Colección, que se expone desde el pasado martes en el Museo Nahim Isaías y estará abierta al público hasta el 3 de agosto.
DATOS
Lionnel Genovart nació en Argentina en 1976 y estudió luthería con el maestro italiano Franco Ponzo. En 2008 estudió restauración de alto nivel con el maestro Horario Piñeiro, en Nueva York. Desde 2005 tiene un propio taller en Buenos Aires.
Hoy se realizará una conferencia dictada por Lionnel Genovart, en la que tocará el tema de la historia y recorrido de la luthería argentina. Se llevará a cabo en el Museo Nahim Isaías, a las 19:00. La entrada es gratuita.
Mañana Estelina Quinatoa dictará la charla El violín en las ceremonias ancestrales andinas, a las 19:00, en el Nahim IsaíasUno de los objetivos de esta muestra es realzar la figura de este instrumento y que el público reconozca el valor que tiene su realización y el producto acabado. “No sé si aburro un poco, pero para la realización de un violín lo más importante es involucrarse con lo que se está haciendo. Podés enseñarle a cualquier persona a hacer un instrumento, pero debe haber compromiso, si no, no puedes hacer un mueble”, manifiesta Lionnel, quien también explica que el trabajo con la madera y escoger la adecuada es importante, además del barniz.
Por ejemplo, una de las que se utiliza proviene del pino abeto, ya que “transmite el sonido y las vibraciones muy velozmente”. Además, se usa el arce y el pino, por los acabados estéticos del violín.
En la exposición se muestran alrededor de 10 violines de distintos autores como Francisco Militello, Alfredo del Lungo, Daniel Karintanta, Stelio Maglia y más. También consta un instrumento realizado por Lionnel Genovart, que forma parte de la colección de Jorge Saade, violinista ecuatoriano y Director Cultural en Guayaquil del Ministerio de Cultura y Patrimonio.
En promedio, el costo de estos violines, explica Genovart, es de $8.000. “Lo que le va dando el valor es la trayectoria del luthier, es como un artista, a medida que se lo reconoce, el precio sigue creciendo”, afirma Lionnel.
Jorge Saade, por su lado, explica que “el violín no vale solo por cómo suena, sí, es una de las características que determina el precio, pero no es la más importante”.
Según el violinista, son cuatro las condiciones para determinar el valor de un violín: “Primero, vale por quién lo hizo. Segundo, por la condición en la que se encuentra; tercero, por quiénes fueron sus dueños y, por último, por cómo suena. Cuando encuentras un violín que cubre las cuatro condiciones, como un Stradivarius, tienes 10 millones de dólares”.
Saade añade que es como una obra: “Yo puedo tener un cuadro como un Picasso, pero no es un Picasso, digamos que lo hizo Juan Sánchez. Lo mismo pasa con un violín, podrá ser fabuloso, pero todo depende de su autor”.
Es por eso que, explica Genovart, “de todos los instrumentos, el violín es el único coleccionable, porque los luthiers no solo son artesanos, son artistas”. Saade opina lo mismo: “El instrumento se impregna de la energía del artista, su talento y aura”.
Una de las particularidades de los luthiers es que no necesariamente tienen estudios musicales o saben tocar el violín. Genovart comenta que puede tocar de manera “tosca” y así tiene una idea de cómo sonará. “El trabajo se termina con el músico, el violín está listo cuando el intérprete está feliz con él”, agrega Lionnel.
Además, afirma que “no hay escuela para comprar violines”. Jorge Saade, como músico, explica que “con la experiencia se desarrolla un ojo crítico para saber cuál instrumento y modelo comprar”.
“El riesgo es grande, perdiendo dinero se aprende”, bromea, pues comenta que muchas veces los violinistas compran los instrumentos por Internet y tan solo con ver una foto pueden determinar cómo sonarían. Y afirma: “La única forma de aprender sobre violines es viéndolos y leyendo sobre ellos”.
Por otro lado, Lionnel Genovart comenta las razones esenciales por las que ha decidido dedicarse a la luthería y a coleccionar violines: “Los instrumentos nos trascienden, el artista hace sus obras porque no comprende la idea de la muerte, porque sabe que lo que hace va a trascender. Además, puedo pertenecer a estas obras, por eso el coleccionismo”.