El único museo de acuarela y dibujo de Ecuador apuesta por la autogestión

Medio centenar de acuarelas de Oswaldo Muñoz Mariño se exhibieron el Día Internacional de los Museos –el pasado miércoles 18 de mayo– en el repositorio que el arquitecto y pintor cedió en comodato (préstamo de uso que incluye el cuidado y la obligación de restitución) al desaparecido Fondo de Salvamento de la capital (Fonsal) en 2010 y, luego, al Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, durante un período contractual de medio siglo.

La fundación Muñoz Mariño –que preside Cristina Chequer, viuda del acuarelista– es la encargada de la edificación colonial que lleva el nombre del pintor fallecido el pasado 20 de febrero –a los 92 años– y que alberga –en la calle Junín, del tradicional barrio de San Marcos– 400 pinturas cuyo resplandor permanece, desde inicios de 2015, bajo llave, como en un baúl secreto.

Hace más de 7 décadas, en 1943, el artista riobambeño había empezado una obra para la cual recorrió innumerables lugares del planeta hasta que su salud empezó a deteriorarse, en 2013, año en que dejó de humedecer sus pinceles sobre una silla de tela verde oliva apostada en el patio de su museo, en el Centro Histórico.

En 2014, luego de la transición en la Alcaldía, no se concretó la firma del convenio habitual de cooperación de la fundación con el Municipio, por lo que el documento solo se suscribió en noviembre de ese año, cuando el presupuesto del Cabildo ya había sido ejecutado.

A inicios de 2015, Muñoz Mariño padeció un derrame cerebral que le impidió salir de su domicilio, en el barrio El Batán, al norte de Quito, donde su familia atesora otra parte de su obra que incluye dibujos y grabados. Y, hace un año, la suscripción anual del convenio entre el museo y el Cabildo empezó a posponerse. Gracias al acuerdo de 2014, en el museo se realizaron 9 exposiciones y 200 talleres, pero el contrato de ese período no se ha liquidado y los costos para que las obras se exhibieran al público fueron de $ 160 mil a lo largo de ese año.

La primera administración de la Secretaría Metropolitana de Cultura no le asignó un presupuesto al museo en el Plan Operativo Anual (POA), por lo cual la familia del artista decidió cerrarlo en marzo de 2015. Para mayo de ese año, un millar de ejemplares del catálogo gráfico Muñoz Mariño y su obra fue impreso, pese a que los cuadros del museo de acuarela permanecían embodegados y este diario le preguntó al actual secretario de Cultura, Pablo Corral Vega, sobre la reapertura del repositorio.

“Ya estamos cerca de concluir el proceso para la reapertura de la fundación Muñoz Mariño –respondió Corral hace 12 meses–” y explicó: “Antes se le trataba a ese organismo como a una fundación privada y cada año había que renovar de manera muy engorrosa el convenio de cooperación. Lo que hemos hecho es definirla como una fundación municipal para que sea más sencillo continuar apoyándola. La casa es del Municipio, los fondos son municipales, lo único que faltaba es que en la administración de la fundación esté representado el Municipio. Les hemos reiterado el apoyo total del señor Alcalde, Mauricio Rodas”.

El catálogo no se ha publicado oficialmente y la familia de Muñoz Mariño acudió a la Procuraduría con el fin de restablecer un acuerdo al que no se ha llegado aún y al que asistieron un administrador del proyecto, un supervisor, un abogado y un fiscalizador designados por la Secretaría de Cultura.

Hoy se cumplen 3 meses del fallecimiento del pintor que fundó el único museo dedicado a la acuarela y al dibujo del país y, para conmemorarlo, la fundación Muñoz Mariño realizó una Jam de Dibujo el pasado miércoles, con el nombre ‘Sueños digitales compartidos’.

Mañana habrá talleres de acuarela para principiantes (10:00 a 12:00) y para pintores (de 14:00 a 16:00). Otros talleres se han planificado para junio. “No se puede perder este museo. Acá hay una obra importante, un patrimonio nacional”, dice Julio Guerrero Muñoz, sobrino del pintor y vocal del directorio de la fundación que, desde 2010, ha gestionado 423 talleres de dibujo y acuarela para unos 8.505 asistentes, muchos de quienes son vecinos de San Marcos.

Las actividades que se han programado para el segundo semestre de 2016 serían autofinanciadas por la fundación Muñoz Mariño, que ha decidido cobrar ciertos servicios del museo homónimo. “En 2014 presentamos una cifra de $ 160 mil y nos aprobaron $ 104 mil. Devolvimos $ 15 mil porque en el plan original constaban valores asignados a la seguridad de la obra que está acá. La Secretaría de Cultura no aprobó ese valor y hoy está en discusión la diferencia, $ 41 mil”, explicó Guerrero.

El contrato suscrito por la fundación y el Cabildo en diciembre de 2014 fue válido hasta el 27 de febrero de 2015. El período abarcaba dos meses, pero las actividades del museo se ejecutaron durante todo el año, según Guerrero. “No puede ser que, para la liquidación del último contrato, solo quieran tomar en cuenta dos meses. Hay una partida presupuestaria, el valor fue entregado y se han parado los aportes de 2015 y 2016”, dice Guerrero. EL TELÉGRAFO trató de comunicarse nuevamente con Pablo Corral, pero la cita fue postergada de forma indefinida por su asistente.

Martín Muñoz, hijo del acuarelista, estaría buscando cooperación en España, país en el que reside para concretar la reapertura del museo. El aporte de empresas privadas tampoco se descarta ante las dilaciones, según Guerrero.

A partir del 1 de junio, se publicarán, en la renovada página web del Museo de Acuarela y Dibujo Oswaldo Muñoz Mariño (museoacuarelaydibujo.com), las actividades del Programa de Verano, que durará 3 meses. Durante el último trimestre del año se planifican algunas muestras pictóricas y el catálogo del pintor tiene un costo de $ 40. (I)