Entrevista / lucile de calan / programadora del festival de Biarritz, en francia
“El tema recurrente del cine ecuatoriano es la diversidad del país”
Este año, Ecuador participa como país invitado en el Festival de Cine de Biarritz, en Francia. Del 28 de septiembre al 4 de octubre se proyectarán 10 películas ecuatorianas, algunas de ellas con presencia de sus directores. Lucile de Calan, programadora de esta edición, comenta sobre la cinematografía del país.
¿Cómo se inserta la cinematografía de Ecuador en la tradición que recoge este festival para visibilizar el cine latinoamericano?
Ecuador nunca fue invitado en ediciones anteriores. Desde 2012 nos esforzamos en honorar la cinematografía de un país en particular. Después de Colombia, Chile y México, quisimos destacar la producción cinematográfica de Ecuador, cinematografía poco conocida. Nos consta que el cine ecuatoriano está disfrutando de un renacimiento desde la Ley de Fomento del Cine y posterior nacimiento del CNCine en 2007. Así, pues, nos propusimos hacer descubrir al público del festival esta nueva vitalidad del cine ecuatoriano y su diversidad programando películas de ficción y documentales.
¿Qué diferencia al cine de Ecuador de otras propuestas de Latinoamérica?, ¿es frecuente que se encasille como uno solo?
El cine de Ecuador es muy distinto del cine de otros países latinoamericanos. Al contrario de Argentina, Chile, o Colombia, por ejemplo, Ecuador no puede unirse en torno a un gran drama unificador (dictadura militar sangrienta, conflicto paramilitar, narcotráfico) y además cuenta con una gran diversidad lingüística que se ve reflejada en el cine. Frente a esta gran diversidad (habría que hablar de los cines de Ecuador) es muy difícil destacar una unidad de estilo o de temática. Pero si hay un tema recurrente en las películas ecuatorianas, es precisamente la diversidad de los componentes del país.
En las recientes ediciones de festivales en Europa, como el de San Sebastián u otros, se repite que la cinematografía de América Latina es la única que está haciendo algo distinto. Tim Roth la comparó con el espíritu de la nouvelle vague francesa, ¿usted es parte de quienes afirman este hito?
Es cierto que el cine latinoamericano, un cine alentado por jóvenes directores, que vienen para presentarnos sus óperas primas en festivales internacionales y que ganan premios importantes (pienso en el reciente León de Oro en Venecia otorgado a una ópera prima de Venezuela Desde allá, de Lorenzo Vigas), es un cine distinto en el sentido de que es un cine joven, hecho con mucho atrevimiento y con mucha energía. Para algunos directores latinoamericanos, hacer una película en su país representa un real desafío. Esta energía y esta juventud están integradas en este cine.
Pero es claramente influenciado por una tradición de cine europeo...
El cine latinoamericano no está influido solamente por el cine europeo, sino también por el cine estadounidense. Varios directores invitados a Biarritz hicieron sus estudios de cine en Europa. Y es curioso, después todos regresaron a sus países de origen para hacer sus óperas primas. Las historias que cuentan de sus países son mucho más interesantes y nuevas que las historias que conocemos de la vieja Europa.
A pesar de las críticas positivas hacia el cine de la región, aún es complicada su distribución, ¿de qué forma podría incentivar su promoción este tipo de festivales?
Nuestra selección de películas ecuatorianas refleja el dinamismo del cine en Ecuador, pero también sus dificultades en relación con la producción y la distribución. El documental Más allá del Mall, de Miguel Alvear, que vamos a presentar en Biarritz en presencia de su director, es un ejemplo de estas problemáticas del cine ecuatoriano. Nuestro festival dará cuenta de estas dificultades. Cada año recibimos a muchos profesionales de cine europeos que podrán sensibilizarse a este tipo de problemas de distribución en Ecuador. Además, organizaremos una mesa redonda sobre la situación actual del cine ecuatoriano para así incentivar la promoción de la distribución en Ecuador. (I)