El teatro se toma una plaza de Quito
Cuatro jóvenes montados en una camioneta en la estación de buses de la Río Coca, ubicada al norte de Quito, luchaban contra sus ropas que se resistían a salir. La más “complicada” en sacarse los atuendos era Nathaly Vargas, integrante del proyecto teatral “Urdemalas” de Pasto, Colombia.
Vargas trataba de ponerse su malla roja con la que interpreta a Cecilia en la obra que lleva el mismo nombre del grupo. Las cosas fueron más fáciles para sus compañeros de reparto Eder Aleyxo, Andrés Baraona y Andrés Cuervo. Los chicos no se complicaron en sacarse las camisetas y ponerse los atuendos que requerían para la obra.
Mientras tanto, en uno de los andenes de la estación de la Ecovía había otro grupo de jóvenes que trataba de colocar una gigantografía al ritmo de las canciones caribeñas que salían de unos parlantes. Los usuarios, que abandonaban los contenedores de buses, observaban al paso a los muchachos, y otros se detenían a ver el trabajo.
De repente una voz arengó a los usuarios a que se congregaran para participar en una de las tantas obras que presenta este año el Festival de Teatro Sudaka, que va por su quinta edición. Empezó la función.
La presentación duró cerca de una hora y durante ese tiempo hubo gente que se sentó en el piso para disfrutar la obra, otros se quedaron parados, un grupo se dejaba envolver por la puesta en escena, pero veía el reloj y se alejaba corriendo. También hubo aquellos que apenas daban un vistazo a los actores que emitían dichos en rima.
“Urdemalas es una obra de teatro callejera itinerante y su objetivo es llegar a los espacios donde el teatro no llega”, dijo Andrés Cueva, director del proyecto.
La obra se presentó en el mercado Potrerillo, en Colombia, al aire libre “pero también en salas de teatro convencional”, añadió Cueva.
Urdemalas o Pedro Urdemalas salió de una comedia de Miguel de Cervantes, en 1612, y relata la historia de un actor -precisó Cueva-. Otra particularidad de la obra es el lenguaje dramático en verso que utilizan en sus discursos.
Para culminar con su propuesta, el grupo investigó sobre la oralidad de la comunidad afrodescendiente del Litoral Pacífico de Colombia que, según Cueva, se apropió del lenguaje del conquistador en tiempos de la colonia y al final resultó lo más cercano al hablado de los actores en verso en la época del siglo de oro español.
“Una historia te vamos a contar, pero primero tenemos que calentar”, dijo uno de los personajes, y se pusieron a hacer piruetas al ritmo de “reggaetón”. Una vez calientes los cuerpos y las gargantas, Pedro Urdemalas ofreció a Clemente (otro de los personajes) y al público un remedio para todos los males, incluido el de amor.
“40 milagros tengo con quien voy y con quien vengo y alegre la vida paso como un rey que me mantengo”, expresó el actor, frente al público. “Empezamos con dos países, Ecuador y Colombia, y ahora se han unido Costa Rica, Argentina, Uruguay y Estados Unidos”, contó Pablo Roldán, director del festival.
“La propuesta de Sudaka es crear una capital cultural mediante el arte escénico, es decir, que confluya la música, la danza, el teatro, el cine, la literatura y que todo esto nos ayude a entender que estamos en una nueva dinámica, la idea es buscarle un nuevo sentido al mundo, es hacer un nuevo análisis”, manifestó.
Para el festival no se acepta financiación de monopolios, porque, a criterio de Roldán, “solo buscan sus beneficios y luego no les interesa el tema”, cuenta con 10.000 dólares para financiarse, monto que le otorgó el Ministerio de Cultura.
“Me desespero en todo el proceso de construir el Sudaka, es un año total de ‘guerrearla’ con todo para sacar el festival y que no se llenen las salas es sumamente triste”, dijo Roldán. Su sueño es llenar la Plaza de Toros y traer al grupo francés Royal de Luxe, que trabaja con marionetas gigantes. “Sería bueno que vengan dos marionetas y paseen aquí por 15 días cambiando la perspectiva”.