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El Siglo XXI es un tiempo de rupturas

El Siglo XXI es un tiempo de rupturas
15 de septiembre de 2014 - 00:00 - César Garcés, Director de Sociología, Universidad Estatal

Uno de las estrofas del tango de Enrique Santos nos dice que el Siglo XX cambalache es problemático y febril. A pesar que esto fue escrito hace más de 80 años tiene plena trascendencia en nuestros días, para explicar en gran parte el quehacer de nuestra humanidad, de conductas extremas con una capacidad enorme para transformar pero también para destruir nuestra casa grande.

Hoy en el siglo XXI asistimos un tiempo de rupturas, de transiciones geopolíticas a nivel mundial, está provocando la pérdida del papel hegemónico de algunas potencias y el surgimiento de otras nuevas.

En América Latina el surgimiento de Brasil como una nueva potencia mundial y el nuevo escenario político con gobiernos con una orientación hacia la izquierda, ha obligado a Estados Unidos a compartir su hegemonía.

La fuerte recesión económica europea, con países desarrollados altamente endeudados y una destrucción acelerada del planeta son algunos de los elementos de una crisis del capitalismo mundial.

Una crisis que, como dice Antonio Gramsci, “consiste precisamente en el hecho de que lo viejo no muere y lo nuevo aún no puede nacer”.

Este estado de transición al mismo tiempo es un peligro y una oportunidad. Holderin señala que “donde crece el riesgo también crece aquello que salva” y cuando ocurre esto nuestras sociedades sufren procesos de desintegración, de autodestrucción, son sistemas colapsados pero que también son capaces de auto regenerarse. Boaventura de Sousa expresa: “Nos encontramos en un momento de transición paradigmática, donde las oportunidades están abiertas para construir otro tipo de racionalidad científica, por lo tanto es necesario una epistemología construida desde el sur”.

Ese sur de la literatura de Cortázar, de Borges, de Cabrera Infante, de Benedetti, de Fuentes, de García Márquez y como bien lo señala Gamboa “huele a tierra, a novela de campo, a esos universos en eclosión, que son las urbes enloquecidas del tercer mundo”.

A ese sur, también en la política de Chávez, de Correa, de Mujica, de Morales que huele a esperanza, justicia.

Es a ese sur, al que pertenece Fander Falconí quien desde su práctica como político, como docente, como investigador, pertenece a mi juicio a la nueva generación de escritores ecuatorianos, continuadores del pensamiento crítico, de Agustín Cueva, de Bolívar Echeverría, etc.

En su libro ‘Al sur de las decisiones: enfrentando la crisis del siglo XXI’ (Editorial El Conejo, 2014)  nos invita a “atacar la crisis civilizatoria comenzando por superar la crisis de pensamiento social y en especial del pensamiento económico”.

Aparte, esta es una oportunidad histórica para América Latina que compete a todos los universitarios, investigadores, docentes estudiantes la construcción de una pensamiento social más justo, más equitativo, solidario y sostenible, y si no lo hacemos como dice Dan Brown “mereceremos tan poco la vida como el hombre de las cavernas que muere congelado porque teme encender el fuego”.

Y así como Benedetti “entre todos lo lograremos, lo que era un imposible que todo el mundo sepa que el sur también existe”.

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