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Fue filmado con bajo presupuesto, en una sola locación y con una temática ‘virgen’

‘El secreto de Magdalena’ experimenta con el cine erótico

Patricia Guillén (izquierda) y Celeste Santillán (derecha) son las protagonistas del filme. Foto: Cortesía Josué Miranda
Patricia Guillén (izquierda) y Celeste Santillán (derecha) son las protagonistas del filme. Foto: Cortesía Josué Miranda
08 de julio de 2015 - 00:00 - Redacción Cultura

Para Josué Miranda, ‘La Tigra’ de Camilo Luzuriaga ha sido una de las pocas películas capaces de romper esquemas en el cine ecuatoriano.

Él y las productoras Michelle Prendes y Karla Morán intentan hacer lo mismo más de 2 décadas después con ‘El secreto de Magdalena’, una película erótica donde en un solo escenario 2 mujeres tienen un romance.

Hace un año, cuando inició el casting, llegaron los primeros problemas del filme. Durante 35 días los productores se empeñaron en conseguir 2 actrices que interpreten a Miranda y Magdalena. Varias pasaron la prueba hasta que escucharon que tendrían que hacer escenas de desnudos.

“El cine erótico y la temática lésbica en el país se desarrollan muy someramente. No sé si por algún aspecto cultural o económico, pero nunca se ha tomado como un tema central”, dice Josué Miranda, que además de productor es el director y guionista del filme que se estrena este viernes 10 de julio en Quito, y el próximo mes en Guayaquil.

A nivel mundial el cine con temática GLBTI (Gays, Lesbianas, Bisexuales, Transgéneros, Transexuales, Travestis e Intersex) ha ido ganando fuerza mientras varios derechos de esta población se reconocen a nivel legislativo, en distintos Estados.

En Ecuador existe un festival anual dedicado a este tipo de cinematografía -‘El lugar sin límites’- y eventualmente se realizan muestras, pero las producciones trabajadas a nivel local tienen muy poco eco en las salas comerciales.

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Tal es el caso de ‘Mentalmente’, un cortometraje dirigido por Marlon Freire que tuvo su estreno en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, de La Habana, pero cuya proyección en Ecuador se realizó en la sala de cine del Museo de Arte Antropológico y Contemporáneo (MAAC) a finales de 2014, con poca exposición mediática.

En el filme ‘El secreto de Magdalena’, la propuesta inicial era hacer cine de bajo presupuesto -inferior a $ 20 mil-, y con el dinero de los bolsillos de los productores.

El director decidió conjugar varias variables: una temática casi ‘virgen’ en el cine local con escenas lésbicas, el financiamiento independiente y las posibilidades de manejar un bajo presupuesto con una sola locación.

Miranda explica que una de las formas de romper con el manejo superficial que hasta ahora ha tenido el cine ‘gay’ se logra con los diálogos; en ellos las protagonistas Miranda (interpretada por Patricia Guillén) y Magdalena (Celeste Santillán) se descubren.

De a poco Magdalena identifica su sexualidad. A pesar del nombre, Miranda es la protagonista principal, pues es el hilo conductor de la historia.

Las posibilidades eróticas del largometraje se manejaron bajo la idea de contar con dos mujeres reales: sin cirugías estéticas y con las proporciones femeninas de una mujer ecuatoriana promedio.

Cuando inició el rodaje Celeste Santillán acababa de cumplir 18 años. Estudiaba actuación con Maribel Solines y ahora continúa sus estudios con Andrea Garzón, en La Fábrica.

Dice que lo más complicado de actuar en el filme no fue besar a una mujer, sino representar al personaje, pues Magdalena es una chica muy bipolar, “en un momento está feliz y de la nada triste”.

La decisión de Celeste para actuar en la película parte de que es un guion que se aleja de lo que denomina la “típica historia romántica en la que la chica sufre porque no está con el hombre que quiere”.

En el proceso de rodaje, actrices, productores y el director se ponían de acuerdo en el trabajo a realizar. El límite de las escenas es también el límite de las actrices y la línea temática que buscaban con esta película.

Hasta ahora su director ha reconocido 18 errores en el filme, que se grabó en 5 días y 10 noches. Cree que es la suerte del cine independiente, término que le “genera risa” pues considera que la mayor parte de lo que se hace de cine en Ecuador “es totalmente dependiente del Estado”.

En su historia, Miranda decide asumir sus errores y arriesgarse a proponer desde las salas comerciales otro tipo de temática para el cine nacional. (I)

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