El proyecto del Circo de Luz Quito modificará sus talleres
En uno de los hangares del exaeropuerto de Quito se imparten clases de teatro, clown, títeres y se realizan ciclos de cine. Es la sede del Circo de Luz, cuya planta alta está en remodelación. Los talleres también tendrán modificaciones, como la reducción de cada uno (de dos años y medio a 9 meses).
Los tres primeros ciclos de cada taller duraban seis meses cada uno, y el final se cursaba en un año. Esa modalidad cambió como parte de las reformas que ha hecho el Patronato de la ciudad.
El viernes 9 de febrero, una veintena de usuarios estaba allí, recibiendo clases de acrobacia y tela. Dos profesores (que prefieren no develar su nombre) fueron citados a una reunión con autoridades del Patronato, que ese día interrumpieron sus actividades al decirles que no se les renovaría su contrato de trabajo.
Seis usuarios se iban a graduar la tercera semana de febrero, pero eso se hará en junio. Sus presentaciones también se aplazaron, contó Jenry Murillo, representante de un grupo de usuarios del Circo Social, a este diario.
Lo que cada uno de los talleristas aprendían era usado incluso fuera del programa, como una forma de trabajo artístico que les permitía sostenerse, explica otro exusuario, Stalin Rodríguez.
“No hubo una socialización del cambio de nombre, y la duración de los ciclos se alteró”, dice el artista.
Los nuevos talleres serán de nueve meses, según Freddy Lovato, director de Comunicación del Patronato San José. Este funcionario confirma que dos de los técnicos de apoyo “fueron separados (de sus cargos) porque se opusieron a la reestructuración del programa (del circo), pese a que eran socializadores”.
En la sede del Circo de Luz, Lovato indica que la intervención incluirá “reinserción estudiantil, laboral y atención psicológica. El Patronato no ha cerrado el circo, que funciona con normalidad”.
Mientras una docena de jóvenes skaters y acróbatas usaban las instalaciones del exhangar de Aerogal, este funcionario explica: “Queremos superar la fase previa, que se llamó Circo Social. El cambio de nombre se dio para vincularnos mejor con la comunidad. Uno de los usuarios asoció la labor con la frase ‘Quito, Luz de América’ y se eligió ese nombre, que presentamos en la elección de la Reina de la ciudad 2017. Hay un logotipo definido y estamos registrando la marca en el IEPI (Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual)”.
Los ciclos formativos ahora serán de tres meses cada uno e incluirán una certificación al ser finalizados, dice Lovato. La reducción del tiempo serviría para que los usuarios encuentren empleo o estudien.
Soledad Viteri, jefa de Ejecución de Proyecto de Jóvenes del Patronato, explica que el presupuesto del circo es compartido por las Casas Metro Juventudes del centro, Quitumbe y Calderón. La asignación para el circo aún no está determinada.
Gabriel Mosquera es el actual coordinador del proyecto Jóvenes del Patronato (que engloba a estas entidades); Lovato habló en su representación porque estaba con licencia de trabajo cuando se solicitó esta entrevista.
Antecedentes
El proyecto Circo Social surgió mientras Lenín Moreno Garcés –actual Presidente de la República– era vicepresidente de Ecuador, en 2011. Se trata de un programa de reinserción y capacitación para personas en estado de vulnerabilidad.
Desde 2014, la gestión del circo pasó a manos de distintos gobiernos autónomos descentralizados (GAD) y, en Quito, la Unidad Patronato Municipal San José es la encargada de su coordinación.
A fines del año pasado, el Patronato cambió el nombre del proyecto, de Circo Social Quito a Circo de Luz, como se puede ver en la valla que está afuera del hangar, sede en la que se imparten talleres y se coordinaban emprendimientos. Uno de los patios del Patronato fue la anterior sede.
Los integrantes del Circo de Luz
Durante el cambio de guardia del 19 de febrero, seis usuarios del circo fueron a la Plaza de la Independencia, llevaban carteles que mostraban su desacuerdo con las modificaciones en el proyecto.
Jenry Murillo recuerda que lo han seguido de cerca, que el proyecto ha sido estudiado por la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB) y la Fundación Círculo.
El artista –al igual que Marco López, Fabio Silva, Santiago Vega y Stalin Rodríguez– sostiene que la reducción de los ciclos hará más difícil que los profesores se involucren con los usuarios.
Los seis jóvenes entregaron una petición a la Presidencia de la República, en la cual recomiendan que “se respete la finalización de los procesos”, puesto que hay aproximadamente 50 usuarios que han visto interrumpido los suyos”.
También piden que “se realicen los actos de graduación del ciclo 4, la muestra de los demás ciclos y la entrega de los certificados a los usuarios”. Sobre este tema, Lovato indicó a EL TELÉGRAFO que esos diplomas se entregarán en junio de este año.
“Está previsto hacer una gala de cierre de cada ciclo; se aplazó, pero se hará con una productora que contrataremos, ya no de forma autogestiva”.
Rodríguez dice que “las nociones que aprendimos a implementar como emprendimientos mostraban en el avance del circo estos años”.
Él participó en la creación de un documental sobre el circo, en el cual se mostraba el montaje de sus obras.
Otra de sus demandas es que “se traslade la ejecución del Convenio Marco a entidades gubernamentales con mejor entendimiento en la materia, como el Ministerio de Cultura y Patrimonio (MCyP) o el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) a través de la Secretaría Técnica de Juventudes”.
El emprendimiento Homo Demens –al que pertenecen Murillo y Rodríguez– produjo 17 videos en el circo, además de dos documentales. También ponían la iluminación en algunas de las presentaciones.
El circo llegó a tener 450 usuarios directos (inscritos) el año pasado, según el Patronato San José.
En agosto de 2016, un convenio firmado entre el MCyP y el canadiense Cirque du Soleil (Circo del Sol) hizo que un centenar de instructores, trabajadores sociales y voluntarios de los diferentes núcleos del Circo Social sean capacitados en el ejercicio de artes y trabajo social en la capital. (I)
En el hangar que ocupaba la empresa Aerogal (exaeropuerto Mariscal Sucre, norte de Quito) funciona la actual sede del proyecto Circo de Luz. Foto: Álvaro Pérez / El Telégrafo
Circo de Luz
Registrados del año pasado
450 usuarios se inscribieron en el Circo Social en 2017. Ese año, Jóvenes Quito tuvo 2.500 inscritos (3 Casas Metro y el Circo Social). El límite de edad para los interesados en el circo es de 14 a 29 años y requieren varios documentos.
6 usuarios del Circo Social se graduarían en junio si presentan sus documentos el 30 de marzo.
Cambio de nombre y sede
María Fernanda Pacheco hizo la gestión en la Unidad Municipal Patronato Municipal San José para que el Circo Social no ocupe el patio trasero de esa entidad sino el hangar que era de Aerogal. (I)