El poeta innato que le escribió al amor en un lenguaje universal
El pasado lunes se recordó un año más del fallecimiento de un poeta innato, según los expertos nerudólogos que indagan en la obra del vate chileno, Pablo Neruda, quien murió 12 días después que su amigo Salvador Allende.
El conversatorio homenaje por los 40 años de la muerte del Nobel de Literatura 1971, Pablo Neruda, fue organizado por la Embajada de Chile en Ecuador, en la librería Mr. Books de mall El Jardín, en Quito.
El evento contó con la presencia de diplomáticos, entre ellos el embajador de Chile, Juan Pablo Lira; el embajador de Italia en Ecuador, Gianni Piccato; Abraham Quezada, diplomático, historiador chileno y primer secretario de la Embajada de Chile en el país, y Hugo Carro, periodista y escritor uruguayo, actualmente corresponsal de la BBC de Londres.
“40 años de Neruda, su vida y su poesía”, fue como se denominó al evento que convocó a seguidores, lectores y expertos nerudólogos nacionales y extranjeros que compartieron experiencias personales de Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, más conocido como Pablo Neruda, adentrándose en los resquicios menos conocidos y más importantes del poeta y del hombre eternamente enamorado.
“...el poeta tiene
que estar siempre enamorado, hasta
el último momento
de su vida...”Abraham Quezada, diplomático e historiador chileno, que actualmente reside en el país, es un experto en la vida y obra de Pablo Neruda, pero, particularmente, en la correspondencia que mantuvo el poeta a lo largo de su existencia, con diferentes personalidades.
Quezada explica que una de las características centrales de la poesía nerudiana es el enorme poderío verbal del poeta.
El manejo idiomático de Neruda floreció desde muy temprana edad, y dio cuenta de una verbalización del mundo de una manera increíble. El Poema XV por ejemplo, que es tan conocido por muchos, fue escrito cuando apenas contaba con 15 años de edad.
El libro 20 poemas de amor y una canción desesperada, del cual se han publicado dos millones de ejemplares desde su publicación en los años sesenta, sigue siendo el texto más reproducido y conocido en América Latina y en el mundo entero, siendo uno de los pocos libros que se han traducido a más de 25 idiomas. Aquel poemario fue escrito cuando el poeta apenas tenía 19 años.
Para Quezada, Neruda era una persona que tenía un talento innato para la poesía y ésto se puede evidenciar en su texto denominado El canto general, cuando señala que los españoles vinieron a buscar el oro, pero nos dejaron el idioma.
Entonces, el gran cometido poético nerudiano histórico, global y de mayor importancia, es que pudo enviar de vuelta las carabelas de Colón a España. Es decir, les devolvió a los españoles lo que ellos nos habían dado, y se los devolvió en un grado superior.
Según explica Quezada, se pueden distinguir cinco continentes nerudianos que dan cuenta de los momentos personales y de la obra del poeta. El amor, la naturaleza y la ecología, las cosas, la historia y la vida civil de Neruda son para Quezada los cinco grandes continentes que describen el sentir y el pensar del poeta y militante hasta la muerte del partido comunista de Chile.
Por su parte, el periodista y escritor Hugo Carro llevó la ponencia hacia otros ámbitos, y dedicó su intervención a Neruda el hombre, un poeta que con una “belleza particular y exótica” logró cautivar decenas de corazones alrededor del mundo entero.
Carro explicó que a pesar de que Neruda era “poco agraciado, calvo, con sobrepeso y con una voz de gárgola -citando al autor de El cartero de Neruda, el también escritor chileno Antonio Skármeta-, y con esas cualidades, su universo femenino se pudo ver sensiblemente reducido, pero resultó ser lo contrario”.
Para el periodista uruguayo, una de las fortalezas que caracterizó a Pablo Neruda fue esa sensibilidad al momento de escribirle al amor, pues como explica Carro, Neruda vivió eternamente enamorado del amor y de las todas las mujeres con las que compartió su vida.
La admiración de Neruda hacia las letras uruguayas se reflejó a través del gran afecto que el vate sentía por los poetas Carlos Sabat Ercasty y Emir Rodríguez Monegal. Ambos, ya desaparecidos, integraban la conocida generación del cuarenta y cinco, de la cual fue parte el internacional Mario Benedetti.
Carro, experto nerudólogo, afirma que su pasión por Neruda llegó luego de haber leído su poesía, “cuando aún era un jovencito”.
Al final de la velada se compartió con el público presente la lectura de varios poemas de Neruda, correspondientes al libro 20 poemas de amor y una canción desesperada, lectura en la que participaron tanto el público asistente como los ponentes, expertos nerudólogos.