El periodista colombiano José Salgar, que fue director del diario El Espectador, falleció el pasado domingo, en Bogotá, a los 92 años. Salgar dedicó más de 70 años de su vida al periodismo en El Espectador, donde publicó durante décadas la columna El hombre de la calle, en la cual comentaba los más diversos asuntos bajo la óptica de un ciudadano común y solía cerrar sus artículos con una coletilla.

Los inicios de este periodista, cuyos colegas lo recuerdan como muy humano, con mucha vitalidad y con sus ojos bien abiertos siempre, empezó en el campo del periodismo fundiendo el plomo que utilizaban para imprimir el diario, era 1933. Leía todos los días las ediciones que se publicaban y, como él contaba, ahí empezó a desarrollar su olfato periodístico.  

“El Mono Salgar”, como lo llamaban cariñosamente sus amigos por sus cabellos rubios y ojos claros, escaló y probó distintos puestos, de recepcionista a encargado de los mandados, luego redactor, editor, hasta llegar a convertirse en uno de los directores del periódico, en 1998.  

Salgar fue uno de los pilares importantes para el resurgimiento y consolidación de diario El EspectadorAprendió el oficio del periodismo y fue jefe de redacción, director y columnista hasta hace pocos años, que debido a su avanzada edad dejó de escribir pero no de hablar de la profesión que lo apasionó durante su vida. “En sus días como jefe de redacción editó los textos de quien después sería su cercano amigo, Gabriel García Márquez”, el Nobel de Literatura que también fue periodista de El Espectador, según el diario.

En declaraciones que “Gabo” dio   hace un par de años a El Espectador, cuenta cómo era su relación con Salgar y qué fue lo que aprendió de él: Gabo lo recuerda así: “Fue el jefe desalmado que me ordenó como regla de oro del periodismo: ¡Tuérzale el cuello al cisne! Para un novato de provincia dispuesto a hacerse matar por la literatura, aquella orden era poco menos que un insulto. Pero tal vez su mérito mayor ha sido saber dar órdenes sin dolor, porque no las da con cara de jefe sino de subalterno”. Salgar también trabajó con reconocidos periodistas de su país como Darío Bautista, Gonzalo González, Guillermo Lanao, Luis de Castro, Rogelio Echavarría y Felipe González Toledo.

El fallecimiento de Salgar es un hecho “que entristece al mundo del periodismo, pero, que más allá de eso, deja textos, palabras y preceptos para ese oficio del que él se declaraba absolutamente enamorado”, agrega el rotativo.

Y es que luego de 77 años de haberse dedicado al “mejor oficio del mundo”, como lo denominaba “Gabo”, su hobby favorito era hablar y compartir sus experiencias.

Salgar ha estado consciente siempre de los cambios que ha habido en el periodismo con el transcurso de los años. Cuando en 2008 fue galardonado por el Círculo de Periodistas de Bogotá, afirmó: “Para destacarse en esta profesión, hay que prepararse en las diferentes ramas de los nuevos medios”.

“El periodismo hay que estar inventándoselo todos los días”, afirmaba José SalgarEn ese sentido, en una entrevista a diario El Tiempo manifestó: “El periodismo hay que estar inventándoselo todos los días. Ahora no hay periodismo. Hay comunicaciones. En mi tiempo era un apostolado, un servicio público, la gente no pensaba en ganar ni en volverse rico, sino en decir su verdad bien dicha”.

Otras anécdotas importantes de la vida de Salgar han sido los momentos en los que se ha podido palpar su compromiso con el oficio. Estuvo en el diario bogotano en dos ocasiones críticas de los 126 años de existencia del periódico: el 16 de diciembre de 1986, cuando sicarios del narcotráfico asesinaron al entonces director de El Espectador, Guillermo Cano Isaza, y el 2 de septiembre de 1989 cuando una poderosa bomba de los carteles de la droga destruyó las instalaciones del periódico. En todos esos momentos, Salgar fue uno de los pilares importantes para el resurgimiento y consolidación del diario.

En su vida personal, a Salgar siempre lo apasionó viajar de país en país, de ciudad en ciudad. Y cuando no podía hacerlo, junto con su esposa, salía todas las mañanas a realizar largas caminatas. Los alumnos de Salgar lo recuerdan como cercano y muy amigo, estuvo en la cabeza del decanato de la Universidad Sergio Arboleda, según El Espectador.

Su país lamenta la pérdida de Salgar, quien es un “paradigma del periodismo colombiano y fue un ser humano formidable”, afirma el presidente Juan Manuel Santos.