Desde el sábado 24 de mayo los cinéfilos del puerto principal tuvieron la oportunidad de reincorporarse a la visión del otro cine con el inicio de la programación del Festival EDOC que se realiza hasta hoy.

A pesar de que las funciones estaban programadas hasta ayer se extendieron un día más por la acogida que tuvo la película de inauguración, El Grill de César -del ecuatoriano radicado desde los 20 años en Alemania, Darío Aguirre-.

Otra de las razones es la afluencia inesperada de público al melodrama The Galápagos Affair: Satan came to Eden -de los estadounidenses Daniel Geller y Dayna Goldfine- donde al menos 100 personas no pudieron ingresar a la sala del MAAC Cine el lunes pasado pues el límite de su capacidad estaba copado y los organizadores tenían prevista la asistencia de un máximo de 150 personas. Ambos documentales serán proyectados nuevamente hoy, a partir de las 18:00.    

Con solo una sede y una cantidad reducida de directores invitados, así como la proyección de un mínimo de 49 documentales de los 120 que se vieron en la capital, los saldos del EDOC en Guayaquil fueron positivos. Así lo comenta Valeria Suárez, una de las integrantes de la organización de la corporación Cinememoria para los EDOC.

Según un informe de la asistencia al Festival en Guayaquil, hasta el domingo se registraron 1.800 asistentes en el conteo oficial, y según Suárez estos datos con el público del lunes superaría los 2.200 asistentes.

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El documentalista Pedro Villegas, uno de los asistentes frecuentes a este festival, destaca que este año una de las características de la programación de los EDOC ha sido la selección diversa de los filmes y las distintas temáticas que se manejaron. Villegas reflexiona sobre lo icónica que se ha tornado durante estos trece años la realización de los EDOC, sobre todo para quienes admiran el cine documental.

Sin embargo, critica que no lleguen todos los documentales que se proyectan en Quito por la falta de financiamiento local y con ello las pocas sedes con las que se cuenta.   

Según Villegas, otro de los puntos a destacar es que “se entiende que es un festival internacional de cine documental y por eso no hay tantos filmes ecuatorianos, pero sería buena idea proponer un evento del mismo tipo en el que las miradas se anclen en el cine documental que se hace en el país”.

Sarah Carrozzini, otra aficionada, cree que en Guayaquil cada año se espera más del Festival. “Ha sido difícil para todos los que nos gusta ir al MAAC ya que ha permanecido casi todo este año cerrado, así que mis expectativas en los EDOC eran altas. Comenzaron con unos documentales excelentes, incluyendo el muy comentado ‘Cesar’s Grill’, que dejó lágrimas y aplausos en la sala. Por lo general, veo que cada vez se suman más personas a este encuentro, y que la necesidad de estos festivales en la ciudad existe”, dice Carrozzini.   

El MAACCine no solo es la única sede de los EDOC en Guayaquil, sino que también es el único espacio adecuado para la proyección de cine independiente en la ciudad, la cantidad de personas que se dieron cita para comentar y ser parte de este Festival es una evidencia de que es un nicho que necesita espacio. “Con la masiva concurrencia a los EDOC, Guayaquil ha demostrado que el cine no comercial tiene un nicho por crecer y posicionarse”, comenta Paola Martínez, técnica del Ministerio de Cultura y Patrimonio.

Por ahora, una de las dudas más frecuentes que queda para quienes disfrutan de este tipo de eventos es qué pasará con el MAAC Cine que desde el 31 de diciembre entró en fase de mantenimiento por parte del Ministerio de Cultura.

Durante este festival varios asistentes frecuentes de la sala, durante los 10 años que tiene, han aprovechado no solo para cuestionarlo, sino también para recoger firmas y hacerlas llegar al Ministerio encargado de reabrirla.