Hace 20 años los pocos sonidistas de Guayaquil eran los de Fediscos y AU-D, luego aprendió el oficio Pablo Encalada, cineasta y productor de sonido independiente, quien, en su opinión, lo dominó apenas después de 5 años.

Critica que los estudiantes de Paradox y Sonarte entren a los cursos pensando que serán productores en solo 2 clases y luego, si siguen en el oficio, sean “obreros” de mala calidad. “Imagínate una película como Titanic con mal sonido, nadie la iría a ver, pero una película mal grabada con buen sonido, pasa. El sonido es importante”, agrega el también músico y fotógrafo.

En sus cortos, a falta de la grabadora para cine, Encalada grabó con micrófonos de cámara y tuvo que utilizar todo su conocimiento en producción de sonido para hacer el diseño y edición, haciendo arreglos y mejoras en la post producción.

En su experiencia una banda y un disco se producen en 3 ó 4 meses, lo que debería tomarse en una película, pero por lo apretado del tiempo se pueden dar casos de concluir la sonorización en un mes. Encalada distingue que el sonido en vivo es como grabar un disco en tiempo real, luchando con problemas como feedback o el sonido del viento, mientras que en cine y video se puede trabajar durante días enteros, casi sin pausas haciendo la mezcla y la edición.

Lo que los sonidistas locales requieren es conocer bien las herramientas como el Pro Tools, que es para el sonidista como el Photoshop del diseñador gráfico. Para Encalada las consolas digitales Yamaha son las más usadas y el micrófono varía según se trabaje para cine, en vivo o en grabación, y los monitores para escuchar, sobre todo, son esenciales.

Él como cineasta independiente y cinéfilo considera que mundialmente al sonido se le da la misma importancia que a la fotografía o el video y ve buenos ejemplos de diseño sonoro en Rabia, Prometeo deportado y Pescador. En el campo de la música ve como problemas que al artista que aún no domina su oficio pide que lo afinen y lo pongan al compás, además de la ahora famosa guerra del volumen (querer sonar más alto que el otro).

A la par alumnos de Sonarte tienen puestos muy importantes en la radio y la TV y el cine nacionales. Manuel Larrea pide que se marquen más silencios para trabajar con timbre y entradas de sonido: distinguir qué suena bien y qué suena mal.