El museo del Louvre, asediado por carteristas, reabre con resguardo
El Louvre reabrió ayer patrullado por unos veinte policías a modo de refuerzo al día siguiente de que los empleados de la institución cesaran de trabajar para protestar contra las agresiones de los carteristas.
Cinco policías circulaban ayer por la mañana en el enorme hall de entrada situado debajo de la pirámide de vidrio del museo faro de la capital parisiense y el más grande del mundo.
La víspera, los agentes ejercieron su derecho a cesar de trabajar para protestar contra las agresiones de las que son víctimas por parte de los carteristas que circulan en medio de los visitantes.
Los sindicatos denunciaron que son "víctimas cada vez más de agresiones, escupitajos, amenazas, golpes e insultos de parte de ladrones en banda, a menudo menores, que roban a visitantes y que nadie detiene".