Hoy la sala de cine del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo reabre y replantea su espacio. Luego de varias propuestas sobre la finalidad de la sala, el Ministerio de Cultura y Patrimonio determinó no tener más subcontrataciones.

A partir de ahora la sala será administrada directamente por la cartera de Estado y tendrá un equipo de programación dirigido por una cineasta guayaquileña cuyo nombre será oficializado en los próximos días. Además, se contará con una administradora de las salas, un operario y un grupo de personas que trabajará de forma exclusiva en el programa educativo y de promoción.

El objetivo es dinamizar el espacio y que sea “un encuentro para las diferentes artes”, explica un comunicado del Ministerio de Cultura.

Para esto, la sala pasó por un proceso de remodelación y equipamiento en el que se cambió el piso en su totalidad. Los parlantes tuvieron que ser readecuados para integrar el sistema ‘surround’. También se ajustaron todas las luces del escenario y se invirtió en el cambio del sistema de aire acondicionado de todo el lugar. Esto significó una inversión aproximada de 320 mil dólares, asumida por el Ministerio de Cultura.

La reapertura de la sala con un nuevo planteamiento para las artes escénicas y la generación de nuevos públicos había sido anunciada desde marzo.

Hoy, a partir de las 15:30 empieza la nueva etapa del espacio en la explanada, con la presentación de los grupos teatrales Sarao, Antorcha, el Grupo de danza Afro Mestizo Candente y la obra Mata Palo C.A., dirigida por la guayaquileña Mónica Cuesta.

Mañana, a partir de las 14:30 se realizará el evento formal de relanzamiento de lo que ahora se denominará Maac Cultura. En conmemoración del Día del Cine Ecuatoriano y del nuevo enfoque de promoción al trabajo cinematográfico que se realiza en el país, se proyectará la película ‘Descartes’, de Fernando Mieles. Además, varios cineastas serán parte del evento.

Para la directora artística y coreógrafa independiente de Matapalo C.A., mientras más espacios haya en la ciudad para compartir el trabajo, es mejor. “El lugar se presta muy bien para teatro y danza, pero no para todo tipo de estas actividades por las dimensiones que tiene”, dice Cuesta.

La coreógrafa y la cineasta Diana Varas coinciden en la necesidad de readecuar el espacio a las características del público.

Para Cuesta, los artistas tienen esa necesidad de comunicar su creación, “pero muchas veces tenemos que estar conscientes de la característica del público”, asegura.

Cuesta reconoce que hacer cultura en Guayaquil es una labor difícil, pues es trabajar contracorriente, no obstante ser artista en Guayaquil no es imposible.“Lo fundamental es ir reconociendo las experiencias desde la escena”.