El liderazgo de Chávez y el país de ganadores

Por Miguel Donoso Pareja

La muerte de Hugo Chávez abre (muestra de pronto) un grave contexto en el que entran en juego el bloqueo al que viene siendo sometida la Revolución Cubana y la ayuda de Venezuela para neutralizarlo, dentro de los términos de la revolución bolivariana...

Tras su fracaso golpista contra Carlos Andrés Pérez, lo que le costó dos años de cárcel, hasta su exculpación definitiva, Hugo Chávez inició su sólida (y solidaria) formación política que consolida en Venezuela su proyecto del Socialismo del siglo XXI, firma un acuerdo con Fidel Castro y estructura el frente regional Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).

Así, el mundo capitalista aisló (bloqueó) el socialismo cubano, la Alternativa Bolivariana para las Américas de Hugo Chávez neutralizó dicho bloqueo ayudando eficaz y generosamente a Cuba, y todos contentos, dijo el tarolas “observador del más bajo nivel” del mundo libre (las comillas no enfatizan sino que ironizan).

¿Y ahora? ¿Seguirá Venezuela la línea de Chávez? Parecería que sí. Las fuerzas armadas ya se pronunciaron respaldando sus ideas y asumió la presidencia Maduro, hombre de Chávez ¿y de Cuba? Además, el enorme amor del pueblo venezolano por el comandante Chávez, su afecto y admiración indiscutibles nos permiten tener la esperanza de que Maduro y los que le sucedan resistirán. Pero habrá elecciones (Maduro es solo interino) y cualquier cosa podría suceder. Solo el tiempo nos dará una respuesta, por más que a Chávez lo hayan embalsamado y lo piensen conservar en una urna de cristal para que su pueblo lo reverencie.

Pasemos ahora al segundo tema que propone este artículo: El país de ganadores.
Veamos, dijo el ciego, y abrió sus ojazos en la oscuridad, buscando una luz que lo orientase. Fue inútil y se quedó patidifuso, porque es ciego, no cojo, y las patas le quedaron difusas, aunque usted no lo crea.

El país de ganadores está en la mitad del mundo y nunca ganó nada. Sin embargo la publicidad nos bombardea (soy ciudadano ganaoense con la cantaleta diaria) mañana, tarde y noche de que somos un país de ganadores, y no hemos ganado nada. Ni siquiera un mundial de macateta, o de cuarenta (caída para los serranos), juego de naipes que solo se practica entre nosotros.

Y nos lavan el cerecate (el mate) hasta convencernos de que somos un país de ganadores. En estos términos quedaremos siempre en el andarivel de perdedores.
¿Qué guerra hemos ganado? ¿la de Mambrú que fue a la guerra montado en una perra, pero Mambrú se cayó porque la perra se reventó?

Un recuento de lo que hemos perdido o, mejor, que nos han quitado, lo que es peor, pero decimos mejor (fíjese y verá, lo acabo de consignar y por escrito).
Sigamos.

Nos han quitado territorio, por los tres lados posibles, tanto que quedamos reducidos a la mitad y a ser el país más pequeño de América del Sur, después de Uruguay.

País de ganadores que lo han perdido todo, que sobreviven apenas y la cultura del escándalo no les permite tener el sueño hermoso de despertar con la conciencia de quienes y como son, aceptar que son perdedores para, a partir de esa conciencia, dejar de serlo y volverse realmente ganadores, no de sorteos ridículos y egoístas (para mí solito, exclama el ganador del caso).

No hay peor manera de ser que la de creer en las tergiversaciones que nos hacen tragar a mansalva. Nada de ganadores, que no lo somos. Salir de perdedores aceptándonos como tales y luchando para dejar de serlo.

Ahora unas cuantas noticias llegadas en burro desde sus lugares de origen. No son noticias, en realidad sino comentarios, pero también ajumentados. Ahí les van.
Primero. Fue bueno el primer empate (1 a 1) de nuestro Barcelona con el Toluca. ¿Por que? Simplemente porque la sede de este equipo mexicano es muy difícil; está a casi tres mil metros sobre el nivel del mar.

2. Hay grandes genios en el fútbol sudamericano. Di Stéfano, Pelé, Peruca, Pedernera, Rosi, Maradona, Garrincha, y una larga lista más. Pero de todos aquellos, Messi es la tapa del pomo, a mi parecer.

3. Ahora somos exportadores de futbolistas, a tal punto que la liga mexicana esta repleta de cracks de por acá. Cabe recordar (y agradecérselo) que el mercado mexicano lo abrió, en solitario, Ítalo Estupiñán, quien jugó en el Toluca y en el América, se aclimató en México y se quedo por allá; y 4. Aguinaga fue otro conquistador solitario, también en México, y por allá se quedó, pero tiene una relación cercana y fluida con Ecuador, lo que no se conoce que tenga Estupiñán.