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Ecuador, 25 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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El libro digital tiene más ventajas que amenazas

Aunque reconozco que en países como el nuestro vivimos una brecha digital, creo que el libro digital es el futuro, por muchos motivos.

En primer lugar, podríamos citar un motivo ecológico: el libro digital ahorra toneladas de papel. En segundo lugar, en la sociedad del conocimiento y del entretenimiento, la producción tanto de pensamiento como de literatura es tan amplia y la actualización tan rápida, que es necesario que el saber circule también rápidamente. Y obviamente es más fácil hacer circular ese saber y esa producción si se simplifican los procesos de edición. En tercer lugar, democratiza el acceso: el libro digital puede circular de forma gratuita o a muy bajo precio y siempre está disponible.

Por ejemplo, puedo citar mi experiencia en la educación media y universitaria, donde muchas veces hacer pedidos de libros para una gran cantidad de estudiantes es muy problemático, incluso de libros clásicos. En muchas ocasiones es necesario cambiar los pedidos, o trabajar con diferentes ediciones. Y existen libros que simplemente ya no se editan más.

Desde mi punto de vista estamos en una época en donde debe democratizarse la producción y el saber y el formato digital facilita el acceso. Más aún para países como el nuestro más alejados de los centros de producción del conocimiento o con sellos editoriales que no siempre cuentan con  presupuestos para editar, promocionar o distribuir libros de forma adecuada.

Además, para lectores con discapacidades visuales o de tercera edad, el libro digital es cómodo y se ajusta a sus necesidades. Por supuesto tiene sus problemáticas: como mencioné al inicio, aún contamos con una gran brecha digital y una parte importante de la población no cuenta aún con el acceso a la tecnología o las habilidades de búsqueda de la información y, por supuesto, la fragilidad de los sistemas de archivo digitales que cambian continuamente, es también un inconveniente que algún teórico ha relacionado con el concepto de “mal de archivo” contemporáneo.

No creo que desaparezca el libro impreso, el libro-objeto tiene su valor, incluso como archivo más confiable, allí veo una convivencia. Sin embargo, me parece que el libro digital tiene más oportunidades que amenazas. La lectura en pantalla es el futuro, por no decir el presente.

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