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Ecuador, 01 de Febrero de 2025
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El Telégrafo
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Falleció el pasado sábado tras una complicación en una operación médica

El legado del sacerdote Fernando Cardenal perdurará tras su muerte

El sacerdote y teólogo de la liberación fue ministro de Educación y dirigió la campaña de alfabetización en el gobierno revolucionario sandinista de 1980.
El sacerdote y teólogo de la liberación fue ministro de Educación y dirigió la campaña de alfabetización en el gobierno revolucionario sandinista de 1980.
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El pasado domingo cientos de personas dieron su último adiós al sacerdote jesuita Fernando Cardenal, fallecido el sábado, quien fue uno de los 6 religiosos nicaragüenses sancionados por el Vaticano en 1984 y hermano del también sacerdote y poeta Ernesto Cardenal.

Con cantos y flores su familia, amigos y seguidores, la mayoría era de sandinistas dentro y fuera de las filas partidarias, se juntaron en las honras fúnebres al padre Cardenal, cuya entrega a la causa de los pobres fue exaltada por políticos, religiosos e intelectuales. Cardenal, de 82 años, falleció tras complicarse una operación por una hernia umbilical, que lo tuvo varios días recluido en un hospital de Managua.

Los cantautores Luis Enrique Mejía Godoy, Norma Elena Gadea y Katia Cardenal entonaron cantos como la ‘misa campesina’, una interacción de la teología de la liberación y la música de folclore nacional, aunque todavía no es aceptada por la Iglesia Católica. Cientos de exbrigadistas que participaron en la Cruzada Nacional de Alfabetización, que dirigió Cardenal en la década de 1980, asistieron a su sepelio con los emblemas y consignas de su máxima obra educadora.

“Oremos por el eterno descanso del padre Fernando Cardenal, sacerdote jesuita, que fue gastando su vida en la educación, de manera especial en los sencillos, a través de estas escuelas, Fe y Alegría, para que el señor lo reciba en su regazo”, dijo el cardenal Leopoldo Brenes, en la misa oficiada en la catedral de Managua.

El sacerdote y teólogo de la liberación fue ministro de Educación y dirigió la campaña de alfabetización en el gobierno revolucionario sandinista de 1980, que redujo el analfabetismo de 50% a 13%. Este hecho le valió al país el reconocimiento de la Unesco. En 1984, Cardenal fue suspendido de su orden, la Compañía de Jesús, junto a otros sacerdotes, entre ellos su hermano Ernesto.

El jesuita practicaba la teología de la liberación y se unió a los rebeldes sandinistas después de que derrocaron al dictador Anastasio Somoza, en 1979, primero encabezando una campaña literaria y luego como ministro de Educación.

El 4 de febrero de 1984 el papa Juan Pablo II suspendió a divinis del ejercicio del sacerdocio a los sacerdotes Ernesto Cardenal, Fernando Cardenal, Miguel d’Escoto y Edgard Parrales. Treinta años después, el 4 de agosto de 2014, el papa Francisco levantó esa suspensión. El Gobierno de Nicaragua lamentó la muerte de Cardenal en un comunicado, a quien reconoció “su gran labor al frente de la Cruzada Nacional de Alfabetización”. Mientras que el escritor Sergio Ramírez, vicepresidente del país en el 80, recordó que Cardenal fue “todo un símbolo de entrega y humanidad”.
Por primera vez, desde la división del Frente Sandinista (FSLN, izquierda) a mediados de la década de 1990, militantes y disidentes de ese partido coincidieron en las honras fúnebres de Cardenal, quien tras la derrota sandinista de 1990 se refugió en la labor educativa.

Su entrega fue total a la educación y, en las últimas décadas, había dedicado sus esfuerzos a Fe y Alegría, una organización educativa que cuenta en Nicaragua con 22 escuelas y 11.600 estudiantes desde preescolar hasta técnicos.

Cardenal, en un escrito que denominó su testamento e hizo público en el año 2007, expuso que al irse de esta vida “lo haré muy feliz y agradecido (....) pero también me iré con grandes tristezas” porque aún hay pobreza en Nicaragua. (I)

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