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El acuerdo pide una ordenanza municipal para regular la zona

El INPC inspecciona daños en bien patrimonial

La Casa Briz es parte de un circuito arquitectónico del área central y barrios Orellana y del Salado. José Morán / El Telégrafo
La Casa Briz es parte de un circuito arquitectónico del área central y barrios Orellana y del Salado. José Morán / El Telégrafo
05 de diciembre de 2015 - 00:00 - Redacción Cultura

A mediados de la década del 70 la Casa Briz era exaltada por el Municipio con el Premio al Ornato “por su arquitectura notable y sus jardines fastuosos que engalanaban el barrio del Salado”, su contexto geográfico. Hace dos semanas, en menos de dos días y tras un año de la muerte de su propietaria, Rosita Vera de Briz, la casa ha sido vaciada. Le sacaron las puertas, las ventanas y los pasamanos, está bordeada de basura. Los jardines se secan. Ha permanecido deshabitada el último año, como pasa con algunas viviendas con declaratoria patrimonial.

“Han convertido esta casa en fumadero”, dice uno de los guardias de los parqueos que rodean la zona, entre las calles Luque y Tulcán, donde se encuentra la Casa Briz. ¿Quiénes se llevaron las ventanas, las puertas? “supuestos chamberos”, indica el guardián.

La propiedad integra la lista de bienes inmuebles patrimoniales de la ciudad, en un circuito arquitectónico “producido entre 1911 y 1978 en 339 edificaciones del área central y barrios Orellana y del Salado con valores fundamentales; en el sentido estético: la innovación de estilos derivados de las escuelas académicas europeas así como la adaptación de la escuela racionalista”, según el acuerdo ministerial 234 del Ministerio de Cultura y el Instituto Nacional de Patrimonio.

A través de este documento, en 2011, se pidió incorporar al Régimen de la Ley de Patrimonio Cultural y su Reglamento General, los bienes inmuebles y sus áreas de influencia paisajística declaradas como Patrimonio Cultural de la Nación. Dentro del inventario, entre estos dos sectores reciben la declaratoria 118 bienes inmuebles.

Este acuerdo sostiene que tanto los bienes inmuebles como las áreas paisajísticas de los sectores en referencia deben estar protegidos con la “respectiva ordenanza municipal de la Muy Ilustre Municipalidad de Guayaquil en el plazo de 180 días, a partir de la expedición del acuerdo”.

Los habitantes del sector, en 2012 solicitaban al Municipio crear una ordenanza que mejore la imagen, considerando que la zona -según una ordenanza- es considerada comercial, con lo cual se permite la instalación de cualquier tipo de negocio y en varios casos esto es contraproducente con la imagen arquitectónica que se destaca.

La ordenanza nunca llegó. Tras la declaratoria varias viviendas del sector han corrido la misma suerte, aunque en ciertos casos no cuentan con la declaratoria, como en la calle Los Ríos entre Hurtado y Vélez, en donde funcionó el Williams Exclusive Club en la década del 80, edificación también abandonada en la que una de las rejas de las ventanas que aseguraba el lugar fue robada. Próximo a estas viviendas, en la calle Aguirre y Carchi, hay un bien con características similares a la Casa Briz.

El dirigente barrial Gustavo Rivadeneira explica que se ha propuesto que estas viviendas sean expropiadas por el Municipio para convertirse en parqueaderos “que tanta falta hacen a la ciudad, o que el Ministerio del Interior construya en estos predios nuevas unidades de la policía comunitaria, con la finalidad de que en el sector haya mayor presencia policial”, indica Rivadeneira.

Convertirse en parqueadero es otro de los riesgos que enfrenta este circuito urbano. Para Claudia Peralta, quien dirigió la ‘Investigación Patrimonial en los barrios Orellana y del Salado en Guayaquil’ es importante que se determine primero la decisión de los propietarios.

Por el momento, la Regional 5 del Instituto Nacional de Patrimonio confirmó que se inspeccionará la Casa Briz, pues es la única que cuenta con una declaratoria patrimonial de las mencionadas.

Peralta destaca de esta zona construcciones de hormigón armado que responden a un contexto arquitectónico de principios del siglo XX.

Destaca nombres de arquitectos que construyeron varias de estas casas, como Macaferri, quien diseñó la parte ornamental del Municipio de Guayaquil, o Héctor Martínez Torres.

Comenta que la propuesta de esta declaratoria fue evitar lo que parece irreversible sin el control adecuado: que las viviendas se cambien demasiado.

La arquitectura del barrio del Salado se diferencia de la del barrio Orellana por la diversidad de modelos que presenta, además de que era una zona habitada por familias de clase media, con modelos destacados, como es el caso del Museo Presley Norton o de la edificación del Consulado de España. (I)

Datos

El barrio del Salado está ubicado en el noroeste de Guayaquil y sus límites comprenden las calles 9 de Octubre, al sur Colón, al este Esmeraldas y al oeste Tungurahua.

El estudio y la propuesta de declaratoria los presentó a las instituciones respectivas, la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, dirigida por la Arq. Claudia Peralta.

Según el estudio, ‘Investigación Patrimonial en los barrios Orellana y del Salado en la ciudad de Guayaquil’, a inicios del siglo XX, el área donde en la actualidad se asientan los dos barrios estaba ocupada por manglares que bordeaban el estero Salado.

En 1934, la construcción en hormigón del puente 5 de Junio permitió la circulación hacia la otra orilla.

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