El impulso al cine nacional debe venir de productores, área privada y Estado

Las cosas no andan bien con el cine nacional, pero tal vez sirva de algo compartir sobre lo que podríamos mejorar en 2015 y que sea un mejor año para nuestro cine.

Desde los productores: Es momento de hacer un mea culpa y plantearse ser más rigurosos con la forma y el fondo de los productos cinematográficos que se presentan al público y a los festivales. Destaco 3 filmes que se han exhibido este año que me parecen muy buenos (Feriado, Ochentaysiete y Silencio en la tierra de los sueños), pero no encontraron gran aceptación del público. Esto se debe en gran parte a una pérdida de confianza en la marca “cine ecuatoriano”, más que justificada debido a la poca calidad de la oferta general.

Haría un llamado a todos los profesionales del medio a plantearse seriamente lo que requiere hacer un filme competitivo antes de estrenarlo; pensar más en el público, no para entretenerlo de forma vacía pero sí para contarle una historia de forma cautivadora y llamativa; no subvalorar al espectador pensando que solo la broma fácil y las explosiones atraen. Es importante escribir papeles dignos para los actores que tenemos, que son excelentes, y establecer un vínculo entre teatro, televisión y cine, armar un cuerpo actoral cinematográfico fuerte, que sea conocido y estimado por el público y que este tenga la necesidad de ver un cine ecuatoriano que sea reflejo de nuestras idiosincrasias particulares y un semillero de historias universales a la vez.

Desde el Estado: Con la creación de la Ley de Cine y el Consejo Nacional de Cinematografía, las cosas en la industria del cine ecuatoriano han avanzado a pasos agigantados pero no hemos llegado al mínimo necesario para realmente potenciar el sector. Necesitamos más presencia en festivales, difusión del trabajo, énfasis en los contenidos y profesionales especializados en cine trabajando desde el Estado; que nuestra presencia sea sentida por el público global, que los colegas de la industria del cine mundial sientan curiosidad por Ecuador y sus historias, que sepan que existimos. Para eso necesitamos más recursos, filmes, intercambio con los gigantes del cine mundial, ser grandes anfitriones e invitar a la crítica y a la gente a conocer Ecuador a través de su cine.

Desde el sector privado: Que las empresas encuentren formas creativas para que las marcas sean parte del universo de un filme. Creo que es posible ir de la mano e incentivar el necesario consumo de bienes locales a través de su exposición (si es adecuada y orgánica) a través de las historias locales. Nada seduce más que la narrativa, por eso seguimos contando cuentos desde el principio de los tiempos. Hay que reconciliarse con la empresa privada pero manteniendo el principio de que la narrativa y la visión autoral son las que darán coherencia al resultado final.

Estos pensamientos los comparto como alguien que quiere seguir trabajando en cine en este país y tiene fe en el sector y los profesionales, pero siente la necesidad de un cambio y quiere ser parte de ello.