Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948) recibió el Premio FIL de Literatura en Lengua Romance con pesimismo. “He venido a hablarles del futuro. Y está claro que, como me autoimpongo el tema, yo mismo busco complicarme la vida. Antes, al imaginar el futuro, creía que todos devendríamos artistas y poetas, pero luego las cosas se torcieron y empezaron a triunfar ‘sombras de Grey’ y ‘la corriente del aire”, dijo Vila-Matas en su discurso, durante la inauguración de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que se realiza del 28 de noviembre al 6 de diciembre con Reino Unido como invitado de honor.

“A la caída de la capacidad de atención ha contribuido una industria editorial que está erradicando de la literatura todo aquello que nos quiere hacer creer que es demasiado pesado o que va demasiado cargado de sentido, o que puede parecer intelectual. Y el panorama, desde el punto de vista literario, si es que ese punto de vista todavía existe, es desolador”, dijo el autor de ‘Bartleby y compañía’.

Vila-Matas arrancó con esa crítica al sector editorial justificando que existe un “bache” en ese sentido, en la relación entre el escritor y el lector. Su crítica llegó a contracorriente, en uno de los encuentros editoriales de literatura más grandes de las letras en castellano.

Su premio llega por considerárselo como “el prosista más creativo y veloz que ha tenido la lengua española desde Gómez de la Serna, dijo el crítico Christopher Domínguez Michael durante la presentación del Premio FIL.

Domínguez recordó la amistad a distancia que ha mantenido con el autor, pero la cercanía con sus libros y su obra, también, señaló, “es impreciso reclutarlo entre los híbridos, con perdón de los profesores”, dijo Domínguez.

Para el crítico, la obra de Vila-Matas es de las pocas que mira el presente, con animación y apetito, sin miedo, seguro como están, de que el verdadero misterio sigue ahí, en la fijeza de la letra impresa y de su lectura a través del libro.

Además, el crítico que introdujo a la premiación del autor resaltó que Vila-Matas es uno de los pocos autores a los cuales es imposible reducir a la dicotomía, lo suyo son los aeropuertos, las estaciones de trenes, las maletas olvidadas, las habitaciones de hotel, los dobles, los espías.

“Los callejones sin salida han sido el motor central de toda mi obra”, indicó Vila-Matas. Para el autor, encontrar con palabras el escape hacia un nuevo libro constituye su sentido de vivir.

Cada vez que Vila-Matas terminaba de escribir un libro y sentía que ya no había más allá, “siempre a última hora me acordaba de que la inteligencia es el arte de saber encontrar un pequeño hueco por donde escapar de la situación que nos tiene atrapados y yo siempre tenía la suerte de acabar encontrando el hueco mínimo, me escapaba y entraba en un nuevo libro”, dijo.

Una mirada a Francia

Durante la inauguración de la FIL el autor galardonado y las autoridades asistentes dieron su opinión con respecto a los atentados en París. El autor de ‘París no se acaba nunca’ declaró que su biografía va del nacimiento del rock and roll a los atentados de este noviembre, en París.

Vila-Matas dijo que piensa en los horrores que ha vivido el pueblo sirio, que después de estar en una guerra se levanta e intenta atravesar el Mediterráneo en busca de un mejor futuro. Dijo que piensa también en las víctimas de Charlie Hebdo y los recientes ataques terroristas en París.

“Al pensar en ellos he oído el eco de las voces de los supervivientes que nos hablan en el documento de Svetlana Alexievitch sobre Chernóbil (la última Premio Nobel de Literatura). El libro no trata tanto de la catástrofe general, como del mundo después de esa catástrofe. El libro habla de cómo la gente se adapta a la nueva realidad”, dijo Vila-Matas.

En ese contexto consideró que la realidad a la que aluden las historias de Alexievitch ya ha sucedido, “pero aún no se percibe del todo, pero está aquí ya, entre todos nosotros, susurra el coro trágico. Y ustedes ahora me van a perdonar, pero lo que dicen las voces de Chernóbil, el gran coro, es el futuro”. (I)

Datos

En la inauguración de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara se destacó la presencia del Premio Cervantes Fernando del Paso, quien recibiría un homenaje ayer.

En el Pabellón de Reino Unido se destaca la presencia de cerca de 300 escritores invitados.

Habrá más de 20.000 profesionales del libro provenientes de 36 países; se presentarán más de medio millar de libros y unos 650 autores dialogarán con sus lectores. Todo ello durante nueve días, en los que se espera la asistencia de más de 750.000 personas.

De Ecuador en este encuentro se destaca la mesa ‘Ciertos rostros actuales de la literatura ecuatoriana’, con Gabriela Alemán, Óscar Vela y Cecilia Ansaldo.