El Fiartes-G inicia desde hoy en Guayaquil

Con poco presupuesto y diferencias de duración entre la primera programación del Festival de Teatro de Guayaquil (Fiartes-G), cuando se organizó por tres meses seguidos en 1998, este encuentro inicia hoy su decimonovena edición con una agenda “diversa en su producción y uso de espacios”, dice Jorge Parra, director de Zona Escena, la corporación que gestiona el evento.

“Pese a un sinnúmero de dificultades que  enfrenta el Fiartes-G, sobre todo de carácter económico, Jorge Parra y su equipo de  Zona Escena logran que la ciudad entre en la multiplicidad que implica la escena  contemporánea”, escribió en 2013 sobre este encuentro la investigadora en artes escénicas Bertha Díaz, lo que demuestra que, desde esa fecha, las condiciones en que se realiza el Fiartes-G, uno de los festivales de más larga data en la ciudad,  no han variado demasiado.

Este año, el encuentro se inaugura hoy, a las 18:30, en la Sala de Danza del ITAE, en el sur de Guayaquil, con una muestra creativa que es el resultado de una corta residencia que impartió Parra junto con  artistas de diversas disciplinas.

El objetivo de este trabajo fue generar un proceso de composición coreográfica, en la que las experiencias individuales puedan confluir desde la diversidad experimental.

“La residencia actual -dice Parra- es una suerte de coincidencia que se genera desde un proceso multiplicador entre actores, bailarines, músicos y artistas visuales. Es un espacio fundamental en las artes escénicas, se acopla perfectamente al tiempo y a las dinámicas actuales, donde los artistas de la escena se dirigen hacia lo contemporáneo, a la experimentación de las hibridaciones de propuestas atravesadas por distintos géneros y a la búsqueda de nuevos espacios, lenguajes y la apropiación de un camino propio”.

Desde sus inicios, el Fiartes-G hace énfasis en el teatro y sus afines, por lo que desde la primera edición gestionó la movilidad de grupos nacionales e internacionales que tenían poca visibilidad en Guayaquil, entre ellos íconos latinoamericanos como Yuyachkani, de Perú , El ciervo encantado, de Cuba,  o La Candelaria, de Colombia.

“El Fiartes-G busca diversidad en su oferta escénica, pues creemos importante ofrecer al público cautivo y potencial varias opciones en función de nuestra capacidad de programar cada año”.

Una de las obras que se incorpora en esta edición es Francisco de Cariamanga, del Grupo de Teatro Malayerba, con la dramaturgia y dirección de Arístides Vargas, quien  escribió la obra hace un cuarto de siglo, como una versión libre de la pieza Woyzeck, de Georg Buchner.

Desde una reescritura del drama incompleto del autor alemán -porque había muerto- Malayerba actualiza el relato y lo sujeta a los conflictos ecuatorianos  de 1941. Las fechas en que transcurre la historia de Francisco de Cariamanga son indefinidas y, más que con la derrota de 1941 o la infructuosa victoria de 1995, tienen que ver con las alucinaciones de tener a los soldados enemigos al acecho.

La programación se extiende hasta el 2 de septiembre con grupos como Escénica Mexicana Internacional y Barro Rojo, de España. (I)