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El festival Sundance les da rostro a las coristas anónimas

El festival Sundance les da rostro a las coristas anónimas
19 de enero de 2013 - 00:00

Ellas cantaron con Los Rolling Stones, Elvis, Frank Sinatra, U2, Sting y Michael Jackson, a quienes a menudo superaban musicalmente, pero nunca experimentaron la gloria: Sundance da un rostro a estas excepcionales coristas en un documental. 

"Twenty Feet From Stardom", del estadounidense Morgan Neville, abrió en la noche del jueves pasado el mayor festival de cine independiente de Estados Unidos, el Sundance Filme Festival, que se extenderá hasta el 27 de enero en Park City, en las montañas de Utah (oeste).

La película relata la vida de un puñado de mujeres, negras en su mayor parte, poco o nada conocidas por el público, pero que han dejado una huella indeleble en las canciones más famosas del repertorio popular.

Algunas de ellas son Darlene Love, Lisa Fisher, Tata Vega, Claudia Lennear e incluso Merry Clayton, la voz femenina de "Gimme Shelter" de los Rolling Stones, probablemente el coro más célebre de la historia del rock. "Lo que me sorprendió de inmediato (con las coristas) es que no es sexo, drogas y rock and roll. Son personas que pasaron su existencia debiendo aceptar el hecho de que no estaban allí para ser el centro de atención", afirmó Neville.

"De alguna manera, yo hice un filme sobre adictos, adictos a la música. Ganar mucho dinero o alcanzar la fama les importa poco, la única cosa que les interesa es la música", explicó. Esto no quiere decir que estas cantantes nunca hayan acariciado el sueño de una carrera solista. Casi todas publicaron sus propios álbumes, pero ninguna ha tenido el éxito que les habría permitido convertirse en estrellas.

Lisa Fischer, principal corista durante las giras de los Rolling Stones desde 1989 y "emperatriz de las coristas", es una excepción; su álbum fue un gran éxito -incluso ganó un premio Grammy- pero ella decidió no continuar su carrera en solitario. "Para mí, cantar es compartir, nunca fue una competencia", dice en el documental.

Tata Vega, que no ha logrado abrirse camino como solista a pesar de su voz excepcional, recuerda las cosas con filosofía: "Creo que si hubiera tenido éxito, probablemente no estaría sentada aquí hablando con usted, porque estaría muerta en algún lugar por una sobredosis", confiesa en el documental.

Para Morgan Neville, los coristas forman una comunidad homogénea y tienen, tal vez incluso más que las estrellas a quienes acompañan, el gusto de compartir. "Todo el mundo no es capaz de cantar. Es un don y ese don, de alguna manera, debe ser compartido”, asegura.

“Para ellas, esto es espiritualidad", explicó. "Todas ellas comenzaron a cantar en las iglesias, son muy creyentes, y estoy seguro de que consideraban el canto como una vocación", asevera.

La película sigue a la nueva generación de coristas a través de Judith Hill, elegida por Michael Jackson como corista principal de su megaespectáculo "This is it", cuyos sueños de exposición global se vieron frustrados por la muerte del "rey del pop".

Sin embargo, ella mantiene la esperanza de realizar una carrera solista, pero aún tiene que aceptar trabajos como corista, no siempre gloriosos, para poder llegar a fin de mes. Porque ya no hay muchas oportunidades para estas voces de oro.

La década de 1990, con el advenimiento del hip hop y del grunge, más los recortes de los sellos musicales en los presupuestos de grabación, afectaron fuertemente a los coristas.

"Y los grandes artistas (...) como Adele o Florence and The Machine (nombre artístico de la cantante inglesa Florence Welch y el grupo de músicos que la acompaña) cantan los coros ellos mismos", anotó Neville. "Pero creo que los grandes coristas bien utilizados son simplemente sublimes. Aportan a la música algo incomparable", agregó.

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