El erotismo y el verso en la mujer indígena
“Habitar en tu casa, para ser uno solo, universal, cobijada por el mismo cielo”. Son las palabras de la poeta shuar Clara Sharupi, en referencia al acto sexual. Ella se ha dedicado a escribir poesía erótica desde un punto de vista más naturalista, más orgánico, libre de pudor y vergüenza, tal como lo haría una mujer de su etnia. El tema del erotismo, que ha servido para que las mujeres reflexionen sobre su sentir corporal y que antes les fue vetado por el hombre, en esta ocasión tendrá su expresión. Ella junto con otras escritoras emitirán el primer libro de poesía indígena auspiciado por el Ministerio de Patrimonio, donde escriben su relación con el cuerpo y el sexo.
Sharupi comenta no sentir vergüenza por el desnudo como se lo siente en las ciudades, ya que para ella el alma del mundo no tiene un vestido, ni un color, “sino una piel, una piel universal”. “No miro al desnudo en ningún momento como algo aberrante o vergonzoso, sino como un templo sagrado donde habita el espíritu, como la madre tierra, abundante y próspera”, comenta la poeta. El haber dedicado muchos de sus versos a su pareja revelan que la sexualidad en la mujer indígena está construyendo una nueva cultura. Al pronunciar pene o vagina no se lo siente como algo aberrante, no hay pecado, aunque se lo podría malinterpretar como pornografía, tema que a Sharupi no le interesa en lo absoluto. La poeta mira a la sexualidad como unos brazos de algodón donde descansar, una sensación de respeto y de vínculo.
“En la cultura shuar antes se hacía el amor, no en la casa, sino cuando se iba a la pesca o caza, a manera de ceremonia”, afirma y añade que muchas de esas costumbres han cambiado por la occidentalización.
Una de las poetas extranjeras que participarán en este coloquio es la chilena Graciela Huinao, heredera de la cultura Mapuche, resistente a la conquista española y a la pérdida de su principal valor: la oralidad.
Para Huinao, la sexualidad en la mujer indígena es un tema global, producto de las presiones religiosas, de ese fanatismo que acarrearon los españoles y que aún profesan en sus catedrales. “Creo que el erotismo y la sexualidad deben dividirse antes y después de la llegada de los españoles. Es cosa de reflexionar que el pudor del cuerpo no existía en la época precolombina porque no había “culpa” de la poca ropa sobre el cuerpo y que, además, era un acto lascivo”, comenta la poeta.
Frente al cuestionamiento de que en Ecuador existe un machismo aún marcado y que se reproduce en las poblaciones indígenas por herencia de los españoles, considera que se debe tratar el tema con mucha delicadeza, principalmente porque las mujeres continúan criando a los hijos. “Porque un hombre cocine, no lo hace menos macho que uno que trabaja en una mina o ara el campo, por el contrario, lo hace un hombre más integro”, afirma.
Sharupi, por su parte, no niega el machismo, e incluso comenta que la mujer shuar se somete a violaciones de patrones, y en la actualidad, que se demanda un trabajo, la mujer es vulnerable al abuso sexual.
Wary Silvia Vásquez, periodista y escritora kichwa, explica que en el mundo indígena de la Sierra es difícil traducir palabras como sexo, lujuria o hacer el amor a lengua nativa. “Eso es parte de la intimidad y solo se lo dice en pareja, no al mundo”, señala. Wary afirma que la mujer indígena aún tiene escondido el sexo y no puede ser exteriorizado ni hacerse público porque es muy reservado por la imposición colonial”. Wary ha traducido varios textos poéticos del español al kichwa y comenta que existen palabras que no pueden ser traducidas porque no existe su equivalente y se necesita de interpretación.
Asegura que en el mundo indígena hay mucha entrega total en pareja, y al traducir los versos se debe pensar en el significado del sexo y su vínculo, sobre todo con la familia.
Agrega a su vez, que la mujer indígena estuvo sometida al machismo y ha sido negada al placer, entonces una mujer no podía buscar a un hombre por deseo, sino que un hombre tomaba a la mujer para saciarse. “Ahora eso ha cambiado y la mujer está explorando otros campos, no solo el amor sino el placer, y eso se mira en la poesía que se escribe”, concluye la escritora.