Al cuarteto de instrumentos que suelen tejer las melodías de rock y metal (guitarras, bajo, batería y voz) se unieron otros pertenecientes a las familias de viento, cuerdas y percusión. El ensamble actuó en dos presentaciones —ocurridas la mañana y noche del pasado viernes 24 de julio— en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura (CCE), en lo que fue el concierto local más destacado del año que termina.

La Orquesta Sinfónica Nacional del Ecuador (Osne) había ensayado junto con los grupos Lachard, Madbrain, Total Death, Anima Inside y la Orquesta Sinfónica Juvenil del Conservatorio Nacional para el show que se dio por partida doble gracias a la acogida que recibió: 4.000 espectadores en total acudieron a lo que fue la quinta jornada del festival Semana del rock —“Rock Sinfónico”— en la que 62 grupos interpretaron canciones que incluso abarcan estilos como el blues y la música coral.

Un preludio instrumental hizo que la asistencia a la CCE, compuesta por personas de todas las edades, se hiciera a la idea de que géneros como el power metal, el hardcore, el death, el doom y el rock alternativo aparecerían acompañados por los instrumentistas que dirigió el maestro venezolano Luis Alberto Castro, quien fue el encargado de poner en escena los arreglos que hicieron Marcelo Ruano y Eduardo Florencio. La difusión de la Osne fue determinante en la convocatoria al evento sinfónico que inició en 2013 —por iniciativa del maestro Julio Bueno— y que, a decir de uno de sus productores, Pablo Rodríguez, tendrá una continuidad anual, al igual que la llamada “semana mayor del rock ecuatoriano”, la cual tuvo una acogida que fue de menos a más —en San Bartolo—, desde el 20 hasta el 26 de julio.

“Asumimos un riesgo al momento de cobrar una entrada —dice Rodríguez, quien pertenece al colectivo Al Sur del Cielo—. Tuvimos un aporte estatal que fue miserable y del que se rinden cuentas con un informe en el que constan fotografías del público, lo cual no es una prueba real de la gestión que hay detrás de estos eventos”.

A excepción del concierto sinfónico, la entrada a la semana roquera tuvo un valor de $ 5 que, según los organizadores, fue una donación sugerida que serviría para cubrir “la logística”. El 30% del total recaudado será para la producción de un documental sobre la exdiscoteca Factory, donde perdieron la vida 19 personas —el 19 de abril de 2008—, mientras se realizaba un concierto de música gótica.

El viernes 16 de octubre, el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, anunció el “inicio de trabajos” para construir el auditorio en el Parque de las Diversidades Factory —en las avenidas Maldonado y Pujilí— que incluirá un memorial para las víctimas del incendio, lo cual cubriría la necesidad de un espacio para conciertos que requieren las culturas urbanas de la capital.

Los festivales de fin de año fueron los que mayor aforo tuvieron. El XVIII Rito urbano de resistencia Rockmiñawi, por ejemplo, se trasladó al parque El Arbolito, dejando su antiguo recinto, la céntrica Plaza de San Francisco. “Hicieron una gestión para que no haya requisas y la gente vivió un mejor concierto, en un espacio más propicio para los ritos tradicionales que precedían cada presentación”, dice Rodríguez, quien se reunirá, el próximo lunes, con las autoridades de la Administración Zonal Eloy Alfaro —encargados de la Concha Acústica de la Villaflora— para obtener los permisos municipales concernientes al uso del suelo, presencia de bomberos y contratación de servicios prehospitalarios, paramédicos, y elementos de seguridad pública y privada. Al histórico concierto del 31 de diciembre se podrá acceder comprando una cuponera ($ 1), a través de la cual habrá un descuento posterior, del 10% o 20%, al adquirir un producto de rock elaborado en el país, en tiendas auspiciadoras. (I)

Ocurrió el 11 de marzo de 2015

Debut de Slash en Ecuador convocó a 3 generaciones

El músico angloestadounidense de raíces judeoafricanas —que subió a la cima del rock con el grupo Guns ‘N Roses— presentaba a Myles Kennedy and the Conspirators en el Ágora de la CCE, el pasado 11 de marzo. El cuarteto tomó protagonismo conforme se desarrollaba su puesta en escena, una nunca antes vista en el país. El bajista Todd Kerns cantó el clásico ‘Welcome to the Jungle’ y se llevó los aplausos de la asistencia, que casi llenó el recinto. Es difícil creer la edad de Saul ‘Slash’ Hudson —49 años— cuando salta por el escenario de una forma que parece acelerar el duck walk (paso de pato) de Chuck Berry. Esos movimientos se recrean en el videojuego Guitar Hero III, a través del cual Jorge Muñoz, de 14 años, conoció la música de su héroe. El joven cuencano llegó a la capital con su padre horas antes del concierto y con la expectativa de que la imagen que manejaba a través de una guitarra electrónica se convirtiera en realidad y pudiera corear sus temas preferidos. La apertura estuvo a cargo de Lachard y la soprano Tatiana Gorriti. (I)

Ocurrió el 12 de abril de 2015

Público de KISS no llenó el Parque Bicentenario

La irrupción de las 4 ‘criaturas de la noche’ por vez primera en Ecuador tuvo un desarrollo ininterrumpido a lo largo de los 90 minutos que duró su puesta en escena, la cual tuvo como apertura la actuación de los locales Anima Inside, que publicaban el disco ‘Duality’. La magia circense que convirtió a los 4 neoyorquinos en íconos del rock and roll aparecía con Paul Stanley, el glamuroso Starchild, poniéndole la voz a la portentosa ‘Detroit Rock City’. Tres pantallas gigantes —una tras la batería y dos a los costados— mostraban al bajista Gene Simmons en primer plano, elevándose hacia una rampa colgada en la parte más alta del escenario para, luego, escupir sangre y fuego sobre una espada que clavó cerca de los amplificadores, mientras interpretaba el solo de ‘War Machine’. Al despedirse —en medio de una parafernalia hecha para multitudes— desplegaron clásicos predecibles y aclamados, en lo que fue su punto más álgido junto a una pirotecnia que mostró la gratitud de ‘la mejor y más caliente banda del planeta’. (I)

A Morrisey fueron 900 espectadores

Las expectativas de la escena independiente

Los alemanes Atari Teenage Riot y A.N.I.M.A.L. de Argentina encabezaron la cartelera del XIII Quito Fest —el sábado 22 de agosto, en el parque Itchimbía—, uno de los eventos que ha sobresalido por su calidad técnica y convocatoria (30.000 espectadores en la edición de este año).

Para el gestor cultural y diseñador gráfico Edgar Castellanos Molina —quien es parte de la organización Música joven, encargada del evento—, la iniciativa de El Carpazo —que tuvo su tercera edición el pasado 25 de abril, en la quinta San Luis de Lumbisí— es un proyecto que puede tener una continuidad con “una ética consistente”. El festival puso en escena a bandas como Los Tetas, Brazilian Girls y Él Mató a un policía motorizado, con un aforo que sobrepasó el millar de escuchas.

El inglés Steven Morrisey llegó a un escenario ecuatoriano por primera vez: el Teatro Nacional. El exintegrante de The Smiths había solicitado que no haya periodistas frente al escenario ni en el backstage antes de un show que tuvo como testigos a 900 aficionados, lo cual estaba por debajo de la expectativa de la empresa organizadora que apuntaba a tener los 2.000 asistentes —que tuvo cada jornada del Rock Sinfónico—. Morrisey interpretó un repertorio compuesto un 30% por versiones de los Smiths y el resto de su producción como solista. Fue un dandy en movimiento, cuya prolijidad vocal se acompasaba con la banda, integrada por algunos latinos, que lo acompaña. El teclado y la batería, con bongo incluido, dieron color al telón de fondo de sus frontales críticas a la policía y a la industria de alimentos que ‘trata a los animales como objetos’.

A Castellanos Molina le preocupa que “las autoridades, en general, no logran entender de qué se trata un evento cultural. Es impresionante que piensen que un evento musical sirve para cosas tan simples como pasar un buen momento, sin la trascendencia que la cultura tiene”. Arche Enemy, Nervosa, Metalucifer, Blitzkrieg, Toxik, Mandrágora, Vader, Rata Blanca, Nightwish y Saratoga hicieron otros eventos que se recordarán. (I)