El eco del candombe suena en la cárcel de mujeres (VIDEO)

La música las convoca. El sonido de los tambores poco a poco derrumba los muros que las tienen privadas de libertad. Son muros externos e internos los que caen. Eso se ve claramente en sus cuerpos. Hay una mujer negra que no para de dar vueltas sobre sí misma mientras le sonríe al sol. Parece que sus caderas se van a romper. Sus amigas la aplauden con fuerza y es como si lanzaran querosén a una fogata ya encendida. No para de bailar. No descansa. La música la envenenó para liberarla, al menos, por unos momentos.

Es la agrupación Candombe de las Tripas la que toca y baila en el patio de la cárcel de mujeres del Inca, ubicado en el norte de Quito. Están participando en la inauguración del III Festival Artístico Murales de Libertad. Tiene sentido, acaso histórico, que el candombe haya provocado esa reacción en aquella mujer negra. “Candombe es el nombre genérico que reciben diferentes danzas de origen africano en Uruguay, y nace de la conjunción de los más de veinte pueblos africanos que fueron traídos como esclavos a esta región del cono sur”, expresa el historiador Óscar Montaño.

El Festival Artístico Murales de Libertad es una propuesta de sensibilización y expresión artística implementada desde 2008 en las cárceles de la ciudad de Quito. Esta iniciativa la lleva adelante el artista plástico Alejandro Cruz, quien busca vincular el arte a los procesos de rehabilitación social. El trabajo consiste en la elaboración de murales artísticos entre los instructores de este proceso y las personas privadas de libertad de las cárceles de la capital. Hasta el momento se han sumado varios artistas a este trabajo, convirtiéndolo en una propuesta multidisciplinaria en la que convergen diferentes expresiones, como la plástica, la música, el teatro y los audiovisuales.

“Ha sido una experiencia gratificante y motivadora el poder cambiar el panorama de las cárceles a través del arte. He conocido gente valiosa que ha sacado a relucir sus talentos, sus ganas de salir adelante y que ahora están queriendo hacer las cosas de mejor manera. No ha sido un proceso sencillo. Hemos tenido que atravesar todo un aprendizaje de adaptación e identificación con esta dura realidad, pero estamos gustosos de compartir este ejercicio creativo con las personas privadas de libertad”, dice Alejandro Cruz, quien reconoce que gracias a la aceptación de la población carcelaria, las autoridades de turno y la opinión pública, el proyecto ha pasado de ser autofinanciado a contar con un apoyo institucional desde 2012. Ahora, Murales de Libertad forma parte del Sistema Nacional de Festivales con el auspicio del Ministerio de Cultura y la correspondiente autorización del Ministerio de Justicia.

Como señalan sus organizadores, el proceso de Murales de Libertad inicia con la presentación y socialización del proyecto mediante el diálogo entre los internos y los instructores, quienes además de plasmar su aporte personal también dirigen, orientan y facilitan el avance de la obra. El equipo de instructores responsables está conformado por Alejandro Cruz, Andrés Ganchala, Ra-lex, Eme Ese. Infame Tres, Francisco Dueñas. Una vez finalizado el trabajo, en cada pabellón o centro penitenciario, se realiza un evento artístico inaugural al público.

“Para mí, en especial, fue un motor de energía saber que cada mañana, al despertar, puedo poner a trabajar mi imaginación, mezclar colores, dibujar... Al tener el tiempo ocupado, olvidamos que estamos encerradas. Podemos jugar, trabajar, hablar, reír... Es algo maravilloso”, señala una interna de nacionalidad rumana de la cárcel de mujeres.

Otra mujer privada de libertad destaca que el proyecto debe continuar, pues las ayuda a llevar de mejor manera ese ‘ambiente hostil’ en el que se encuentran: “La cárcel como centro de rehabilitación no funciona por sí sola. Tienen que darnos más oportunidades. Por ejemplo, hay gente que sale y regresa inmediatamente. No duran dos días libres y regresan otra vez. Lo que pasa es que nadie les da una oportunidad afuera. Nadie. Pienso que una buena rehabilitación sería que aquí nos den cursos para trabajar”.

Además de la música y el baile que ofrecieron Candombe de las Tripas, en el acto de inauguración hubo teatro a cargo del colectivo ‘Eclipse Solar’ y, para finalizar el evento, se presentó la banda de salsa ‘La Carcelaria’, que encendió el evento. A su vez, este mismo formato de inauguración se realizó en las instalaciones del Centro de Rehabilitación Social Quito Varones Nº 3 y se tiene previsto que a mediados de este mes se estrene el proyecto Murales de Libertad en el Centro de Rehabilitación de Menores Infractores Virgilio Guerrero.

En la actualidad, la edición 2013 del proyecto está un 90% en su fase de ejecución. Las paredes de los patios de los pabellones de los centros de Rehabilitación de Varones de Quito Nº 3, así como las de Mujeres de Quito, hoy dan cuenta de los resultados del trabajo integrado de los artistas plásticos invitados con el de los internos e internas participantes.

La dinámica del proceso en la creación de los murales ha sido libre e inclusiva, y ha permitido abordar desde diferentes perspectivas pictóricas, mensajes positivos y motivadores, así como críticos y reflexivos sobre la realidad y expectativas de las personas privadas de libertad.

Datos

La inauguración del proyecto no solo se realizó en la cárcel de mujeres del Inca, sino también en las instalaciones del Centro de Rehabilitación Social Quito Varones N° 3 y está previsto que se estrene, a mediados de este mes, en el Centro de Rehabilitación de Menores Infractores Virgilio Guerrero.

Actualmente, la edición 2013 del proyecto se encuentra un 90% en su fase de ejecución.

Murales de Libertad forma parte del Sistema Nacional de Festivales con el auspicio del Ministerio de Cultura y la autorización del Ministerio de Justicia.