El Diario de La Pamela: Crónica de un dramatizado político
“Para que exista teatro se necesitan actores y público. Es una convención en que el actor finge una realidad y el espectador se cree esa ficción. Por eso dicen que la política es puro teatro, porque siempre hay un político que miente y un ciudadano que cree esa mentira”.
Estas frases intercaladas entre cuatro periodistas interpretados por Víctor Aráuz, Santiago Carpio, Belén Franco y Luciana Grasi, desvanecen el silencio a la espera de ver la obra de teatro, El Diario de La Pamela, montada entre La Posta y la productora Rompekabezas.
El martes 12 de noviembre, en el auditorio del piso 32, del Bankers Club, se hizo un preestreno ante un público de actores, actrices, periodistas, banqueros, políticos, académicos y empresarios, de Quito y Guayaquil.
Aráuz rompe la cuarta pared para preguntar: “Ustedes son corruptos, alguna vez han sido corruptos, han dado dinero, han recibido dinero”.
Así da inicio a la trama basada en la investigación de Fernando Villavicencio y Christian Zurita sobre el caso “Arroz verde”. La historia se centra en la revelación de los cuadernos de la exasesora de Rafael Correa, Pamela Martínez, sobre los supuestos aportes económicos a su campaña presidencial.
Los periodistas de La Posta, Luis Eduardo Vivanco y Andersson Boscán, fueron los encargados de presentar esta pieza minutos antes con el mismo sarcasmo con que llevan entrevistas, en su canal de Youtube.
Los aplausos no se hicieron esperar entre conocidos rostros de la pantalla como el de Carlos Vera, los artistas Ricardo Velasteguí, Adriana Bowen, Andrés Garzón, David Reinoso, Catherine Velasteguí, Roberto Chávez, Flor María Palomeque, Michy Zelaya y el guionista de la obra, José Rengifo, quienes se encontraban en la segunda, cuarta y quinta fila de asientos.
En este montaje, los protagonistas desarrollan una dinámica periodística que analiza este tema álgido y espinoso. Arriesgado para abordar un caso que sigue en proceso judicial, aún sin sentencia. Además, por la complejidad que resulta explicar esa cadena de situaciones y detalles que más apuntan a la culpabilidad total del exmandatario y su antiguo equipo de Gobierno.
La productora de Rompekabezas, Catrina Tala, le apostó en este caso a la creación de personajes típicos de una sociedad en constante interrogante, ya sea porque discuten en reuniones o redes sociales, a veces con fanatismo y otras, por la falta de conocimiento sobre política.
El perfil de los periodistas fue manejado con un lenguaje universal, sin tecnicismos. Son claros para desmenuzar el entramado de la supuesta corrupción que liga a Martínez con el caso Odebrecht, a través de los correos electrónicos que, según reportes en la Fiscalía, fueron recibidos y contestados por ella.
“Yo soy un eslabón en toda esta cadena de engaños y sobornos, quizás el más débil o el más importante, sea como sea estoy cumpliendo el rol de conejillo de indias mientras otros están disfrutando en países que les dieron asilo. Estoy pagando por mis errores, por mis malas decisiones. Soy Pamela Martínez y esta es mi historia”, expresa la actriz Belén Franco en el rol que por momentos tiene de Pamela. En otras partes, lo hace su colega Luciana Grasi.
Santiago Carpio caracteriza a Antonio, un personaje que siempre está en duda sobre el caso. Por eso le hacen el bullying de correísta cada vez que opina. “Yo creo que todo es persecución política. No es que sea correísta, pero dicen que el cuaderno (Pamela) lo escribió en la cárcel”, sostiene.
“A mí no me van a venir a decir que el Mashi hizo todo mal”, advierte y repasa los proyectos y compras que realizó “el Mashi” en su Gobierno como los helicópteros Druv, el edificio de la Unasur, las carreteras, las hidroeléctricas, el lanzamiento del cohete Pegaso.
Pero el antagónico colega, caracterizado por Aráuz, responde a cada una de sus anotaciones: “Los helicópteros se cayeron, el edificio fue una huevada, las carreteras tuvieron sobreprecio, las hidroeléctricas fueron adjudicadas a Odebrecht y el cohete se hizo mierda”.
De esta forma, el único personaje defensor de “los malos” tiene muy poco protagonismo. Priman los juicios de valores ante el acto de robar dinero al pueblo, como aseguran los comunicadores.
La sátira aparece en los juegos, los bailes y las interpretaciones musicales que hacen los cuatro para explicar “como a niño de diez años”, la forma en que se realizó el supuesto fraude gubernamental. En ciertas escenas utilizan máscaras con el rostro de los implicados del caso.
Por ejemplo, un retrato cómico del programa “Quién quiere ser millonario”, empuja a creer que hay un solo culpable. En este intento, Aráuz caracteriza a Don Alfonso; Franco, a la modelo que muestra los carteles; Grasi, a Pamela Martínez, entre rejas ; y Carpio, representando al pueblo que solo tiene tres respuestas para decidir como único culpable a Correa.
Otra escena más didáctica es aquella en la que usan muñecos icónicos de películas de ficción para comprender las conexiones y decisiones entre el expresidente y los Ministros de su Gobierno. En esta parte, las carcajadas del público suenan en el salón cuando identifican a Dark Vader como Correa.
“Más allá de que sea real o no haya sido obligada, yo quiero saber qué hay detrás de Pamela Martínez. Qué o quienes están detrás de ella. Porque ella fue la que pagó los platos rotos pero hay muchos quienes deberían estar en la cárcel”, manifiesta Martha, papel que tiene Grasi.
El hilo conductor se vuelve denso por momentos. Pero la comedia asoma con música. Esta vez lo hacen con un reguetón creado a partir de cada palabra anotada en la pizarra, en forma ingeniosa.
“Seamos sinceros, ya sabemos cómo es ese juego, la gente con poder se va antes con nuestro dinero del país. Es más, este país no va a cambiar hasta que la gente con poder deje de ser corrupta”, opina Franco, en el rol de Teresa.
Detalles de algunas páginas del cuaderno de Martínez son teatralizados con la revelación de datos poco difundidos. Como que ella era desordenada, que no se llevaba con Ricardo Patiño, que fue amiga de la adolescencia de Correa, cuando él era un boy scout, o que ella misma creó el examen del concurso para ser Jueza de la Corte Constitucional, en el cual sacó 100/100.
Ya entrando a la recta final, los periodistas de este dramatizado “invitan a la reflexión” para votar a conciencia en cada nueva elección política y empoderarse de las acciones ciudadanas para erradicar la violencia y la ignorancia, entre otras menciones.
Los aplausos se alargaron. Los actores se abrazaron y agradecieron al público la asistencia a esta obra que duró casi dos horas de corrido, sin pausas ni intervalos.
El Diario de La Pamela se estrena este jueves 14 de noviembre de 2019, en La Bota (Malecón del Salado), a las 20:h00. Estará en cartelera de jueves a domingo, por todo noviembre. (I)