El “detective salvaje” que no deja de actualizarse

¿Cómo recuerda un periodista, una librera y un literato a Roberto Bolaño? En el primer caso, con la nostalgia de haberle querido hacer una gran entrevista, pues de las pocas que concedió, ninguna estuvo a la altura de su escritura. La segunda, desde lo anecdótico, pero no menos profundo de su ser, mientras que el tercero, como uno de los grandes narradores del siglo XX, cuya obra no deja de actualizarse para las nuevas generaciones de escritores latinoamericanos.

Así fue como Orlando Pérez, director de Diario EL TELÉGRAFO; Ana Fernández, librera de la Librería Española; y Paúl Hermann, escritor ecuatoriano, recordaron al autor chileno, quien falleció tempranamente hace diez años. El conversatorio se realizó el domingo pasado, como parte de las actividades de clausura de la Feria Internacional del Libro Quito 2013.

“Bolaño tuvo una fuerte relación con las librerías. A los tres años aprendió a leer y, desde ahí, nunca más dejó ese hábito. Su relación con las librerías no fue tan positiva siempre, ya que una época en México se dedicó a robar libros. Así también, en otra época, fue un asiduo visitante de las bibliotecas de México, pasaba horas leyendo obras de todo tipo”, destacó Ana Fernández.

Por otra parte, Orlando Pérez lanzó al público una pregunta que él tampoco pudo responder, pero que hubiera querido hacerla: “¿Por qué escribía Roberto Bolaño? No he encontrado esa respuesta. Le han preguntado de todo, pero no tenemos esa certeza. Los entrevistadores de Bolaño dejaron muchos vacíos”.

“Roberto Bolaño dedicó su vida y salud a la literatura. Tenía una fuerte relación con su natal Chile en su literatura. Tras su muerte, nos regaló un libro que nos volcó a todos los escritores del mundo hacia él: 2666”, enfatizó Paúl Hermann.

También, en el conversatorio se destacó que, si bien Roberto Bolaño fue un gran narrador y poeta chileno, su genio radicaba en su labor como cuentista.