En ecuador la producción se trabaja de forma más igualitaria
El cine tiene brechas de género por romper (Infografía)
La representación de la mujer en los distintos espacios mediáticos es uno de los temas que se debaten en el mundo entero desde hace varios años, bajo la premisa de que el lenguaje simbólico que se incrusta en dicha representación estaría asociado a su trato y jerarquización en la sociedad que vive.
Hace 20 años, 189 gobiernos aprobaron la Plataforma de Acción de Beijing, la hoja de ruta internacional a favor de la igualdad de género, que instaba a los medios de comunicación a evitar descripciones estereotipadas y degradantes de las mujeres.
En términos de mediatización, según el proyecto de monitoreo global de medios presentado en 2010, las noticias siguen mostrando un mundo donde los hombres aún superan en número a las mujeres en casi todas las categorías ocupacionales. Entre 25 categorías de ocupaciones, se encuentra más mujeres que hombres en solamente 2: sujetos en las noticias presentados como persona que se ocupa de la casa (72%) y estudiantes (54%). Esto, a pesar de que desde 1995, fecha en la que se inició el proyecto de monitoreo, la representación profesional femenina se ha incrementado.
En la categoría de celebridades, arte y deporte la mujer como sujeto noticioso tiene aún porcentajes similares entre 1995 y 2010, variando de 24% a 26%.
El pasado lunes 22 de septiembre, a 2 décadas de que 189 gobiernos hayan firmado la Plataforma de Acción de Beijing, la Organización de Naciones Unidas Mujeres presentó un estudio en el que se alerta sobre el largo camino que todavía debe recorrer la industria cinematográfica mundial.
Este es el primero de su tipo. En las distintas categorías que se trabajó, revela una discriminación profundamente arraigada y estereotipos generalizados de las mujeres y las jóvenes por parte de la industria cinematográfica internacional.
La investigación analiza películas populares de los países y territorios más lucrativos internacionalmente, entre ellos, Australia, Brasil, China, Francia, Alemania, India, Japón, Rusia, Corea del Sur, Estados Unidos y Reino Unido, así como colaboraciones británico-estadounidenses.
Los resultados determinan que el protagonismo, la dirección y la representación femenina en el cine de dichos países son aún distantes en relación a los hombres, con una diferencia de 4 a 1 entre hombres y mujeres en la dirección de una película. Además, dentro de las cintas desarrolladas solo el 31% de los personajes hablantes es mujer.
Irónicamente, uno de los planteamientos del estudio para trabajar en la igualdad de género dentro del desarrollo cinematográfico es incrementar el número de directoras. La razón es simple: cuando en la dirección de un filme está una mujer, existe 6,8% más de mujeres en pantalla que cuando está a cargo de un hombre.
En Ecuador, donde existe una industria cinematográfica en desarrollo, con crecimiento significativo durante los últimos 6 años, estas distancias serían menores que en los países que se consideraron en el estudio de la ONU.
Ecuador es parte de los países en los que las mujeres corresponden a la mitad de la población, porcentaje que no se refleja en el quehacer cinematográfico. Para analizar la paridad de género que existe dentro del quehacer del cine local se encuentran varios trabajos académicos y el testimonio de cineastas propios.
El rol y la representación de la mujer dentro del cine que se trabaja en el país deben tener entre sus consideraciones un criterio que comparte Paulina Simón Torres, programadora de Flacso Cine en el blog ‘Espectador imaginario’.
Según Simón, desde los inicios del desarrollo cinematográfico en Ecuador, las mujeres han encontrado en los ámbitos laborales del cine un entorno de igualdad, en el que no han sido discriminadas ni relegadas. “Las mujeres se han desempeñado en áreas creativas, técnicas, artísticas y administrativas en igualdad de condiciones con los caballeros. Y lo mismo ha sucedido en la política y la gestión cultural”, dice Simón.
En Ecuador a la mujer sí se le ha abierto el espacio cinematográfico, es el criterio de María Fernanda Restrepo, directora del documental ‘Con mi corazón en Yambo’. Restrepo considera que a pesar de que los estrenos nacionales de los últimos 2 años no reflejen una igualdad poblacional en cuanto a la dirección de películas, sí hay un trabajo que se está gestando y que se reflejará pronto en las siguientes carteleras de cine.
A esto agrega que en el medio también hay una gran cantidad de mujeres que trabajan en el género documental, y no de ficción. Dentro de la lista de cineastas que se encuentran en producción, y que además, más que apostar al estreno nacional lo hacen en festivales internacionales, están Alejandra Rivera, Gabriela Calvache, Carla Valencia o Anahí Hoeneisen.
Además, Restrepo considera que “No es cuestión de género, de si se es hombre o mujer, sino de talento, y de la calidad que se logra al final de la construcción de una película, porque sin duda hay mucho en lo cual trabajar por ser terrenos recién ganados, no solo en el escenario de la producción de cine y televisión”.
En cuanto a la representación, según una tesis de María Lorena Murillo y Diana Romero, los roles de la mujer fueron asumiendo mayor protagonismo desde la década del 2000 hasta la actualidad, pero las representaciones de sus personajes principales generalmente aluden a estratos sociales que no son la mayoría en Ecuador.
Para determinar estas conclusiones, las estudiantes analizaron 8 personajes femeninos de filmes nacionales: Dos para el camino, La Tigra, Retazos de vida y A tus espaldas. 7 de estos son mujeres pertenecientes a una clase social privilegiada. Hay personajes secundarios que son mujeres de clase baja, pero no tienen impacto dentro de las películas.
La cineasta ecuatoriana radicada en Estados Unidos, Alexandra Cuesta, considera que dentro de las ficciones que ganan terreno en el país “se sigue una jerarquía y un sistema, porque están copiando, usando lenguaje visual y estructuras que vienen de la industria de Hollywood o si no de Europa. En ese sentido, el tema del ‘género’ es como hablar de algo marginal, que ocurre de otras formas”.
Para Cuesta, fuera del terreno de la ficción, o específicamente desde el cine experimental en el que ella trabaja, no hay distinción de género porque en sí es un cine que existe en los márgenes. Considera que las distancias están en lo global. “Sí hay una jerarquía grande en número de cineastas hombres versus cineastas mujeres. A las mujeres usualmente se les relega participar en producción y no se encargan de puestos como dirección o dirección de fotografía, privando al público de otras visiones”, dice Cuesta.