“El cine de culto lo hace un público y su perspectiva”

Entre el 3 y el 19 de octubre, Cuenca, Loja y Esmeraldas disfrutaron de una selección reducida de las treinta películas que componen la Muestra de Cine de Culto MADE IN USA, que desde el pasado miércoles y desde el viernes también se ve en las salas MAAC Cine y OchoyMedio de Guayaquil y Quito, respectivamente. Sin embargo, no se trata solo de ver cine sino de incitar debates y generar diálogos con otras artes, por ello se ha desarrollado una muestra de afiches participantes de un concurso convocado en julio, en Cuenca, Guayaquil y Quito, y ha venido el profesor estadounidense Jerry W. Carlson.

¿Hay alguna narrativa particular en el cine de culto, a pesar de que no es un género?

En cualquier caso de cualquier obra de arte hay algunas matrices. El aspecto común de cada ejemplo del cine de culto se ubica en matrices, pero de una manera excéntrica.

¿Los directores se proponen hacer filmes difíciles de comprender o raro para retar a sus posibles públicos?

Pienso que hay intentos muy diversos, en el ejemplo de un filme del cine B como el del director Ed Wood su intento era hacer algo bien hecho, pero en el caso de alguien como John Waters, el director de Flamingos Rosados, él tiene un intento irónico en cualquier momento. Hay casos excéntricos como David Lynch que va a pintar, porque es un artista muy visual, su vista del mundo.

¿Cómo abordó el cine culto en su conferencia dictada en el país?

En primer lugar creo que es importante entender que el cine norteamericano no es exclusivamente el cine hollywoodense y el cine de culto es una de las maneras de ver al cine norteamericano con nuevos ojos. Es muy interesante porque lo hacen los cineastas, pero más bien un público que tiene su perspectiva sobre el valor de algunas películas que a veces se cayeron al frente de audiencias masivas, pero un grupo de seguidores que crece cada vez más, empieza no estando de acuerdo con los críticos de los medios masivos y la respuesta del público masivo y ve valor en una película o de bajo presupuesto, o de un género no  muy prestigioso o a veces una producción hollywoodense un poco excéntrica. No se puede caracterizar por géneros, hay que investigar su público específico y entender que siempre existe, pero el de una generación no es igual al de otra, y su aspecto más interesante es que en cualquier lugar provoca un debate.

¿Es posible que los fracasos de taquilla se conviertan en cine de culto?

Todas las películas malas tienen sus propias matrices, pero los que son los éxitos del cine de culto de las películas malas, son películas malas excéntricas. Que son más malas que las otras. Es mi opinión que Plan 9 del espacio exterior es una enciclopedia brillante de los errores y como profesor organizo mis conferencias frente a los alumnos, el día del sonido presento un buen ejemplo y para lo malo, Plan 9 del espacio exterior; el día de fotografía, El ciudadano Kane por el trabajo de Toland y en el lado de lo malo, Plan 9 del espacio exterior.

¿Por qué es interesante hoy en día apreciar películas del cine de culto, que son difíciles de conseguir?

Uno de los valores importantes de la muestra en Ecuador es la diversidad de las películas. Tengo que decir que es como un buffete del cine de culto y a veces hay cine de terror que tiene mucho gore, mucha sangre, pero hay otros como documentales falsos que es el caso de This is Spinal Tap, una comedia. Las más o menos quince películas que se exhiben en Guayaquil vale la pena verlas y estudiarlas.

¿Hay un plato fuerte que deba estar en los diferentes menús del cine de culto?

La historia del cine es muy interesante porque hay siempre el impacto de la publicidad y alguien puede ser muy importante durante una época, pero 20 o 50 años después, como es el caso de la película Quiero la cabeza de Alfredo García, ser algo que vale la pena verse. Ese filme lo dirige Sam Peckinpah. Otro caso es Vanishing Point que tiene un guión de Guillermo Cabrera Infante, el escritor cubano en exilio.