El Centro Cultural Kirchner reinaugura un espacio simbólico de Buenos Aires

Los números impresionan. 9 pisos y 3 subsuelos, una sala de música de cámara, una Gran Sala de Conciertos, 44 salas de exposición, 6 auditorios, una cúpula de usos múltiples, una terraza mirador, 14 salas de ensayo, 28 vestíbulos, 3 restaurantes. Todo en 110.000 metros cuadrados. Argentina acaba de inaugurar el Centro Cultural Kirchner, considerado el más grande de América Latina, en honor al fallecido expresidente Néstor Kirchner.

El imponente centro cultural está ubicado a solo 300 metros de la  Casa Rosada, sede de gobierno. Está levantado en la antigua sede del Correo Central, un edificio clásico de la arquitectura del academicismo francés inaugurado en 1928 y que hasta hace unos años funcionó como oficina postal.

El Correo Central llegó a tener 10.000 empleados en un edificio que ocupa toda una manzana en terrenos ganados al Río de la Plata. La mitad del edificio estaba dedicada a la atención al público y a oficinas internas, donde llegó a tener su despacho, durante algunos meses, la mítica Eva Perón. Hoy ese salón donde trabajó la segunda esposa de Juan Domingo Perón  puede ser visitado en el marco de citas guiadas.

El Correo era un símbolo de la Buenos Aires de  principios del siglo XX, donde los inmigrantes europeos eran mayoría. Era tal el peso de esa pujante inmigración que el correo tenía una oficina de “descifradores”, un ejército de empleados encargado de descifrar las direcciones hacia dónde debían dirigirse las cartas escritas en decenas de idiomas distintos.

EL TELÉGRAFO realizó una visita guiada especial para periodistas en el nuevo centro cultural. La entrada al edificio permite vislumbrar un amplio salón central con deslumbrantes vitrales y mármoles característicos del estilo clasicista francés del diseño original. Hoy todo este sector –que mira hacia el sur- conserva su mobiliario original y alberga distintas salas y auditorios.

A través de escaleras mecánicas o ascensores –originales, pero restaurados- se accede a amplios salones ocupados antiguamente por la gerencia del correo, algunos de los cuales serán piezas de museo y otros funcionarán como salas de ensayo para músicos y bailarines. Seis de estas salas fueron remodeladas y están “encapsuladas” en cajas de madera aislante para optimizar el sonido. Allí se presentarán obras de teatro y películas.

La visita siguió hasta un enorme salón, en el cuarto piso, bautizado Eva Perón, precisamente porque allí funcionó la oficina de la “Abanderada de los humildes”, como es llamada en su país Evita. Desde sus ventanales es posible observar la Casa Rosada. El salón fue la primera sede de la Fundación Eva Perón durante tres meses en 1946. Allí se exhiben hoy los escritorios originales y objetos de la época.

La otra área del centro cultural era el antiguo sector industrial del Correo, desde donde se procesaban los envíos hacia su destino y estacionaban los vehículos que se llevaban las sacas repletas de cartas. Esta área fue totalmente renovada. Solo se conservó la estructura exterior del edificio, declarado monumento histórico nacional.

En ese sector se erigió la “estrella” del nuevo centro cultural, la llamada “Ballena Azul”, una sala sinfónica para 120 músicos, 1.750 butacas en platea y 2 bandejas de pulman. La sala posee 3 pisos, un escenario de 250 metros cuadrados y 5 paneles acústicos. En el fondo se levanta un órgano imponente con 3.500 tubos y 35 toneladas de peso de la firma alemana Klals, el más grande de Sudamérica. Debajo se erige un espacio para el coro.

La “Ballena Azul” ocupa todo el centro de este sector y su estructura es visible desde los pasillos laterales. A simple vista parece “colgar” de la nada ya que está levantada sobre una estructura de hormigón en 3 patas pintadas de azul.  La sala será sede de la Orquesta Sinfónica Nacional. Su exterior también está pintado de azul, pero una malla permite que cambie de color.

Pero hay más atracciones. Del techo cuelga la llamada Gran Lámpara, una obra de arquitectura en dos niveles y en forma de cubos. Allí se realizarán exposiciones de artes plásticas. Además, la llamada “Colmena” es la estructructura de concreto que sostiene estos espacios artísticos. Los cubos están construidos con paneles que varían su transparencia con efectos de luz y se “suspenden” en el aire desde cientos de vigas a través de tensores de acero. En lo alto del edificio se levanta la “Cúpula”, una estructura vidriada de 500 metros cuadrados y luces LED que la iluminan y representan las banderas de todo el mundo. Desde allí la vista abre un panorama impresionante del Río de la Plata. En el subsuelo se construye una futura sala de música de cámara construida con capacidad para 540 espectadores.

El centro cultural fue inaugurado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en medio de fuertes críticas de la oposición y un sector de la prensa. El conservador diario La Nación escribió, por ejemplo, que “la falta de transparencia en materia presupuestaria y el culto a la personalidad del expresidente (al que se le dedica una muestra permanente) son los rasgos salientes de esta obra faraónica” que tuvo un costo de 2.100 millones de pesos (233 millones de dólares al cambio oficial). “Si tanto les molesta –replicó la mandataria-, ¿por qué no hacen uno mejor y le ponen el nombre que quieran?”. (I)