Publicidad
Entrevista / María Belén moncayo / viceministra coordinadora de talento humano
“El cambio cultural necesita diálogos”
Políticas públicas y gestión cultural fueron los temas centrales de siete exponentes de Ecuador, Chile, Cuba, Francia y España en los Diálogos UArtes, realizados el 25 y 26 de noviembre pasado. Una de las ponencias fue la de Marilin Cruz, vicerrectora de la Extensión y Comunicación Universitaria en la Universidad de las Artes de Cuba (ISA).
Cruz, expuso la solvencia que ha alcanzado el ISA como universidad de artes de manera integrada a la comunidad. A partir de ella surgen algunas preguntas sobre el modelo a seguir de la UArtes en Ecuador. Durante este período la institución ha mantenido a sus aspirantes en la fase de nivelación. Aún no existe ni un rector ni un pénsum académico de las carreras aprobadas, pero la viceministra coordinadora de Talento Humano, María Belén Moncayo, explica que esta demora se debe al proceso de asesoramiento e integración de artistas y académicos en la planta docente.
¿Traer al ISA como exponente de su modelo de educación tiene vinculación con el trabajo que se quiere hacer en la Universidad de las Artes de Ecuador?
Tenemos 2 espacios que queremos intercambiar, el de la formación artística y el espacio social. El artista ejerce su profesión, pero muchas veces vincula su gestión a la actividad pública. De Cuba y del ISA hay que rescatar como modelo de política pública en un primer momento cómo han construido una pirámide de formación artística que permite tener una gran base de ciudadanos con conocimientos importantes del arte, con ejecutoria de instrumentos que conforme se va formando llega a la cúspide piramidal donde están los artistas.
El modelo cubano nos enseña que debemos tener un sistema nacional de formación artística, que es un desafío que estamos diseñando y llevando adelante, con el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Educación, Senescyt, donde la Universidad de las Artes se convierte en la cúspide de esa pirámide. Vamos a mejorar la calidad de las artes y la condición de esa pirámide cuando tengamos mejores bachilleres, formados en arte desde que son chiquititos. El desafío de la universidad es halar hacia arriba.
El otro tema interesante con Cuba es que ellos vinculan el campo artístico con el de la formación académica, que son campos autónomos, pero que se vinculan finalmente. Me refiero a aquellos artistas que hacen docencia en universidades, porque no solo necesitamos académicos en la UArtes, necesitamos una vinculación de los artistas en la docencia.
¿Quién asesora este proceso en el modelo de la UArtes?
Las carreras están en los expedientes, estos fueron revisados y avalados por el CES y por el Ceaaces, luego por la Senescyt y Senplades y luego la Asamblea. Estamos en el marco legal. La comisión gestora se está conformando. Nos ha tomado tiempo porque necesitamos incorporar académicos que nos permitan darle muchísima excelencia al proyecto. Queremos contar con nacionales y extranjeros que tengan el compromiso de realizar el ejercicio de autoridad en la universidad, que dejen sus países y se instalen en Ecuador. Ya tenemos candidatos de varios países de Latinoamérica y de Europa. Estamos procesando con ellos las condiciones para que puedan venir a vivir al país y seguramente en pocas semanas más el Presidente podrá tomar una decisión.Con nuestros artistas estamos definiendo el contexto de las artes en el país.
María Paulina Briones resaltó que la formación en artes del país se relega como materia opcional; en ese sentido, ¿cómo es posible tener mejores bachilleres interesados en artes?
Ya tenemos una voluntad política y el Presidente lo ha dicho en varias ocasiones de instaurar el arte como posibilidad de generar procesos creativos que, incluso, van más allá del arte. Cómo puedes contribuir en la construcción del pensamiento desde chiquitos a través del arte para generar niños más creativos. Ahí hay una voluntad política. Estamos trabajando con el Ministerio de Educación y de Cultura en eso porque la creatividad no solo aplica para tener artistas, sino para generar procesos más innovadores, una forma de generar procesos, una forma de vincularse con el mundo, más riesgo, mayor capacidad de adaptación. Por eso es que la Universidad de las Artes y la Universidad de Educación tienen un gran desafío juntas, justamente la pedagogía en artes que necesita este país para poder instaurar las bases de esta formación artística para tener niños, jóvenes y adultos cada vez más creativos.
¿Cuál es el rol del Ministerio de Cultura en ese proceso?
Parte de la administración del campo y la cultura le corresponde al Estado, que cree firmemente que tiene que impulsar la transformación cultural y la valoración de todas las expresiones artísticas. Por eso crea un Ministerio de Cultura y por eso le designa recursos a la cultura y a las artes para que de esa diversidad de expresiones y la transformación cultural puedan ser posibles en un corto tiempo. Pero no es suficiente, el Estado juega el rol y lo ha jugado durante estos 8 años, pero también necesitamos el impulso de los propios artistas, de los intelectuales en la construcción de un entorno que permita el desarrollo más amplio y diversificado. El Estado ha invertido, ¿pero qué hacen los artistas y los intelectuales para poder capitalizar ese apoyo que da el Estado a las artes? No solo es la queja, hay que pensar en una propuesta. Y estos diálogos sirven para proponer para pensar que los públicos y los privados tenemos que actuar de manera conjunta.
¿Cómo va el proceso de titulación a los artistas con trayectoria que anunció el presidente Rafael Correa en la inauguración de la Universidad de las Artes?
Lo primero que hay que hacer es reconocer que en los procesos de enseñanza universitaria se deben incorporar los artistas. El ejemplo más interesante es el del ISA. Los artistas son artistas, los académicos, académicos. No podemos pretender que los académicos se conviertan en artistas porque puede que no tengan esa vocación ni que los artistas se conviertan de un día para otro en académicos. Nuestros reglamentos propuestos en el proceso de educación superior consideran que eso no tiene que ser así y permite que artistas con cierta trayectoria puedan entrar a la universidad a dar clases. Hay una norma en el régimen académico y en el escalafón de docente investigador que te permite eso sin ningún problema. Reconociendo la importancia de la vinculación de las artes con la investigación de la academia es que responde la institucionalidad y ahora tenemos que convocar a esos artistas e incorporarles en la universidad con talleres prácticos, sobre todo en distintas disciplinas.
¿Cómo pretender que cambie la enseñanza de artes y la pirámide de la que hablamos si, por ejemplo, en cuanto a las becas que entrega el Estado hay un límite en cuanto a lo que se refiere a artes?
Es cierto, no te puedo negar que hay una posición ahí. Pero no hay que descartar que el 18% de becas se han destinado al arte, pero tenemos que priorizar como país. Nosotros tenemos que desarrollar un modelo productivo que haga que nuestra economía sea sostenible en el tiempo; y si para desarrollar ese modelo productivo necesitamos generar capacidades nuevamente, y esas capacidades están en las ingenierías, debemos hacerlo, porque si lo hacemos, en algún tiempo más podremos financiar todos los campos. Ahora les toca a los ingenieros, matemáticos, pero eso no significa que no estemos invirtiendo en las artes y tenemos la Universidad de las Artes.
Pero la demanda es más grande...
Pero es como los papás en las casas, porque los recursos son limitados en todo lado, tienen que ajustarse el cinturón. En este momento las necesidades nos empujan a darle prioridad a las ciencias.
No sé si perciba que la gestión de cultura del Estado está metropolizada y, en ese sentido, que la UArtes esté en Guayaquil marca un hito...
Creo que sí, en los centros urbanos se concentra mayor posibilidad de acceso a un montón de bienes y servicios en particular. Es un fenómeno que se repite donde existen grandes concentraciones de población, estos centros importantísimos son las capitales. Y sí, yo creo que, en general, sí se ha producido una metropolización de la que habló Xavier Greffe, efectivamente. No necesariamente eso impulsa que en Guayaquil se colocara la UArtes, más bien se decide que sea así por el desarrollo que ha tenido el arte contemporáneo en Guayaquil. La ciudad tiene unas formas interesantes y nos obliga a pensar que posee un gran potencial para la producción, y que tenemos que encauzar ese potencial. Eso por una parte. También hay un reconocimiento de esa corriente cultural que Guayaquil ha tenido de todas esas expresiones. Lo tercero es porque esta polaridad de Quito-Guayaquil siempre de manera centralista y equivocada colocó que el desarrollo de las artes y de la cultura estaba en la Sierra, seguramente se equivocaron por la herencia colonial. Yo creo que para nosotros -los quiteños y los serranos- se convirtió en una jaula que no permite que nos abramos a otra forma de expresión que no sea solo el arte quiteño, el arte colonial. Guayaquil no tiene esa jaula.
¿Ya se decidió si se va a integrar el ITAE a la Universidad de las Artes?
Con el ITAE hay que tener un proceso colaborativo. Absorción no suena ni como para vender políticamente. Hay una posibilidad de colaboración que permita recuperar ese bagaje y experiencia del ITAE de manera colaborativa y aprehendida y aprovechada en positivo. No podemos perder el tiempo y tenemos que reconocer que hay experiencia de formación artística que está vigente y es importante para la ciudad.
¿Qué tan posible es?
Muy conversado hasta ahora. Lo único que hay que hacer es concretar, lo que seguramente se dará en las próximas semanas, seguro antes de fin de año.