A finales del 90, con la roja nariz del clown, transitaba los pasillos universitarios con una guitarra, hablaba con gestos y  contaba historias para quien tuviera oídos.

Más de 10 años después, el cuencano Carlos “Cacho” Gallegos (1978) es actor, director y pedagogo. Para muchos su celebrado papel protagónico en la película Prometeo deportado, del director Fernando Mieles, estrenada el año pasado, fue su debut. Sin embargo, su extensa carrera profesional reune más de una década de intensos estudios y numerosos proyectos experimentales en escenarios del mundo.

Gallegos fue parte de las escuelas de teatro Malayerba y Cronopio, en Ecuador, y posteriormente estudió en los centros franceses Jacques Lecoq y Le Samovar.

Sus primeras apreciaciones del trabajo actoral lo llevaron enseguida a probar  combinaciones entre elementos del teatro con recursos del circo y del teatro gestual, hasta que en enero del 2002, y durante siete años, llevó adelante el proyecto La vuelta al mundo en 80 meses, que consistió en recorrer los cinco continentes en solitario antes de volver a su patria para instalarse    desde diciembre del 2008. 

En 2009  formó El Teatro de la Vuelta, colectivo que ha sido invitado a más de 30 festivales nacionales e internacionales y que ha obtenido un sinnúmero de reconocimientos, entre ellos: su obra Plush obtuvo  los premios de Mejor Actor,   Mejor Director y Mejor Musicalización del Festival Internacional de Teatro Experimental (FITE 2009).

En  2010  fue miembro de la Casa de la Cultura  y en el mismo año, Barrio Caleidoscopio ganó el premio Fondos Concursables   del Ministerio de Cultura.

En esta obra, el “Cacho”, como lo conocen sus amigos, presenta  una historia en la que Alfonsito, el personaje, explora sus miedos a lo largo de una aventura por los espacios de su cotidianidad.
La calidad expresiva de Gallegos, los detalles en la iluminación y en el respaldo musical y de sonido, así como el cuidado en el vestuario, son los valiosos accesorios de su nueva puesta en escena.