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“El arte contemporáneo no puede romper con la moral”

“El arte contemporáneo no puede romper con la moral”
04 de junio de 2013 - 00:00

04-06-13-cultura-Melvin-HoyosUsted informó que se crearán nuevos museos. ¿A dónde apuntarán?

Lo que queremos con estos museos  es darle a Guayaquil un matiz  cultural que nunca debió perderlo, pero lo ha recuperado en los últimos años. Tenemos en la ciudad algunos museos de importancia como es el Museo Municipal. También se cuenta con espacios como el MAAC y otros regentados por el Ministerio de Cultura, y si sumamos esto a los otros, como el de la Casa de la Cultura, podrían ser los elementos que formen un interesantísimo circuito en el que se puedan conocer un sinnúmero de cosas relacionadas con nuestra cultura y ciencia.

¿QUIÉN ES?

Nombre Completo: Melvin Hoyos Galarza

Cargo:
Director de Cultura y Cívica de la Municipalidad de Guayaquil

Estudios:
Arquitectura
en la Universidad de Guayaquil. También estudió Historia del Arte en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Sorbona en París.
Si incorporamos un Museo del cacao, uno  de Historia Natural, un Museo de Arte Contemporáneo y otro museo que se llamará el Museo de los Presidentes, vamos a tener en Guayaquil un abanico muy amplio. El proyecto de dotar a Guayaquil con temáticas específicas complementa un panorama cultural lo suficientemente amplio, no solamente para efectos de esparcimiento cultural sino también para efectos educativos.

¿Cómo se está llevando a cabo la gestión para levantar estos nuevos museos?
La primera instancia fue por medio de la expropiación de edificaciones patrimoniales, con el fin de que en éstas pudiesen  montarse cada uno de los museos. Escogimos estos espacios porque si nosotros podemos matar dos pájaros de un tiro por qué no hacerlo.

Pretendemos montar el Museo de Historia Natural en la parte que está detrás del Hotel Ramada, el Museo del Cacao estará al frente. Y por último el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo se construiría en  Loja y Rocafuerte, en una edificación que está ligeramente inclinada, y nosotros vamos a acentuarlo  con la finalidad de que se perciba que es un museo que rompe con paradigmas y lo establecido.
 
¿Qué otras entidades colaborarán con la creación de estos museos?
En cuanto al Museo de Historia Natural tenemos varias colecciones ya entregadas, como la del colegio San José La Salle. El Museo de Arte Contemporáneo tendría salas de exposiciones permanentes de todos los ganadores del Salón de Julio, otra sala permanente de colecciones como la de escultura del Dr. José Manrique Izquieta.

También habría un espacio permanente para los ganadores del FAAL. Además dos salas temporales. También se darán charlas, cursos sobre arte moderno y contemporáneo, que es algo que realmente no existe en la ciudad porque si en su momento el MAAC fue creado para la arqueología y arte contemporáneo, realmente no ha cubierto estas cosas.
 
Hablaba sobre la necesidad de recuperar la cultura en Guayaquil...
No “recuperar”, porque eso es decir que se ha perdido. Nosotros venimos trabajando con la finalidad de consolidar la cultura guayaquileña desde hace 20 años. Lo que queremos es ampliar la cobertura, con la finalidad de beneficiar a la comunidad creando más museos. Por ejemplo, el cacao es parte de la historia de la ciudad. Que no exista un museo de historia natural en un país tan biodiverso como este no tiene sentido. Y el de arte contemporáneo  es una necesidad imperiosa.

En una entrevista publicada por este Diario, Ramón Barranco, del Teatro Sánchez Aguilar, decía que se tiene la percepción de que en Quito la gestión municipal en cultura es más eficiente, ¿qué piensa sobre eso?
Yo creo que el señor Barranco solo se dedica al teatro y cree que el teatro es sinónimo de cultura. Yo francamente no tengo idea de cómo hay gente que se toma la libertad de hacer este tipo de apreciaciones y decir estos conceptos si nunca ha estado en ninguno de los lugares en los que se desarrolla la cultura.

Pero no solo él lo dice, sino otros gestores. Hablan sobre el letargo que hay en la gestión cultural de Guayaquil...
El letargo será de ellos porque la gestión cultural en Guayaquil es tan intensa que hasta los quiteños se sorprenden de todo esto. Basta con abrir cualquier periódico de esta ciudad y compararlo con uno de hace diez años; el cambio es tan sustancial que se nota.     

Sin embargo también se tiene la percepción de un freno por los impuestos que se incluyen en los eventos culturales...  
Eso es para traer artistas de afuera, pero no para promocionar lo nuestro. Y el impuesto es un poquito mayor que en otras ciudades. Pero si se ve del otro lado, esto da apoyo a artistas nacionales porque permite que se les dé mucha más  difusión. Es más fácil, en ese sentido, hacer y promover espectáculos nacionales que internacionales.

¿De qué manera la gratuidad de los eventos garantiza la formación de públicos?
Ninguna. Francamente creo que lo que forma públicos es una promoción adecuada de los eventos y un trabajo entre la entidad que organiza el evento y la entidad que tiene capturado el público potencial. La gratuidad no es garantía de éxito.


¿Cómo concibe la Dirección de Cultura del Municipio la idea de cultura?
Como el cultivar todas las actividades del intelecto humano. Cultura no es solamente ciencias sociales, no es solamente arte, es ciencia también. Aquí hay actividades de tipo artístico entendiéndose como pintura, escultura, música, danza, fotografía, cine, teatro, pero también estamos hablando de la historia, etnología, etc., aristas que conforman todo el espectro de la cultura, y también podemos hablar de cultura cuando hablamos de ciencias.

¿Cómo se está llevando la relación turismo-cultura? Esa relación se percibe inexistente...   
Hay programas en conjunto con la Dirección de Turismo como la creación de los planos turísticos, las rutas turísticas, el mejoramiento de la actividad dentro de cada uno de los espacios de nuestra competencia para promocionarlos como destinos turísticos. También entregamos las actividades que se realizan en carteleras culturales, para ser colocadas en lugares de destinos turísticos específicos; tenemos estas agendas cerca de áreas hoteleras, o puntos como Las Peñas. El destino de Guayaquil como destino cultural, además de comercial en el campo del turismo, es un hecho real.

¿De qué forma se está manejando en la Dirección Cultural del Municipio la relación empresa privada y lo público, en cuanto a la gestión cultural?
Hay algunos eventos desde el Municipio que no se hubieran podido hacer nunca si no hubiese sido por esta relación con la empresa privada. Pongo como ejemplo el Festival de Artes al Aire Libre (FAAL). Este  es un trabajo cultural difícil de replicar, son diez las manifestaciones artísticas que se realizan,  desarrolladas en octubre en todas las áreas regeneradas de la ciudad, pero si solo utilizáramos lo que el Municipio nos destina no podríamos hacerlo, sin embargo tenemos doce empresas privadas que están muy sensibles al trabajo cultural que se hace. El Salón de Julio Internacional es otro ejemplo.


Ahora que hablamos de lo público, ¿de qué manera se piensa vincular los nuevos museos con la Red de Museos del Ministerio de Cultura? ¿Cómo se maneja esa relación actualmente?
Una vez que sean conformados estarán dentro de la red. Y sobre la relación, la última experiencia fue hace pocos días con la mesa redonda que se efectuó por el Día Internacional de los Museos. Todos los museos de Guayaquil nos reunimos para dar a conocer lo que se hace. Yo particularmente dije que me era súper gratificante ver que todos halamos el carro en la misma dirección, y pienso que eso no debe variar. El campo de la cultura debería de divorciarse totalmente del aspecto político. El campo de la cultura es otra cosa y debe beneficiar a la comunidad, indistintamente de su ideología.   

¿Cómo va a hacer la Dirección de Cultura del Municipio para engranar con el nuevo Sistema Nacional de Cultural? ¿Cómo sintonizar con la nueva matriz productiva que propone la generación de industrias culturales?
Francamente no lo puedo contestar. Yo creo que la centralización de la cultura es uno de los más absurdos que hay.  No conozco a profundidad del tema para emitir juicio. Pero si es positivo, que venga.

En otras ciudades puerto hay una relación mucho más grande con otras áreas de la cultura. Se dice que el apoyo de la Dirección de Guayaquil, por ejemplo, al cine es poco visible...
Nosotros somos la entidad cultural que más ha apoyado al desarrollo de largometrajes y cortometrajes en la ciudad. Gracias a los aportes económicos del Municipio se han podido hacer largometrajes como “Narcisa de Jesús” o la película sobre Olmedo, también hubo aportes a algunas de las películas que se han hecho en los últimos años.

¿Qué pasa con los festivales de cine? Una queja patente es que no hay espacios para realizarlos...
Nosotros hemos apoyado  los festivales de cine de los últimos tres años porque hay que recordar que algo es lo que hacemos desde el interior del Municipio y del área de cultura, y otra cosa es lo que apoyamos para que pueda ser hecho. El festival de cine que apoyamos es el que se da en el marco del FAAL. Incluso se creó una ordenanza de fomento a la cultura que permite que más de 11 instituciones culturales sobrevivan, a algunas de las cuales ni siquiera el Gobierno les da dinero como la CCE Guayas, que no sobreviviría si no fuera por el aporte municipal, como la Orquesta Sinfónica,  el conservatorio Antonio Neumane. E incluso el Teatro Centro de Arte tiene un aporte municipal para  pagar la luz.

Pero el Estado remunera a los músicos de la Orquesta y aparte hay un presupuesto asignado para la Casa de la Cultura, ¿cómo probar eso que dice?
Porque los recursos que el Municipio les ha dado no fueron entregados porque se los ofreció. Fueron entregados porque ellos los pidieron, porque no les alcanzaba la plata. La Orquesta lo pidió hace más de 12 años, la CCE Guayas hace 8 ó 9. Estamos hablando de entre $20.000 y $40.000.

¿Qué significa  arte para la Dirección Cultural?
Una manifestación del espíritu humano donde se pone en juego lo estético y mucho más allá, lo filosófico. El  abanico de posibilidades en el arte es tan extenso y por eso hay una implicación filosófica.
 
¿Y cómo conceptualiza el arte contemporáneo?
Es una búsqueda. Así como en otras ocasiones el espíritu humano ha hecho y ha generado como en el siglo XX más de 20 ismos, el arte contemporáneo es la última de las búsquedas en las que el ser humano se ha embarcado para tratar de representar las inquietudes de su espíritu.
 
¿Cómo ha sido la acogida de artistas contemporáneos en el Museo de Guayaquil en este tiempo? Se dice que es una relación un tanto incómoda...
El arte contemporáneo ha progresado en los últimos diez años en Guayaquil gracias al Museo Municipal, no es gracias al MAAC ni a la Casa de la Cultura ni a otras entidades que han trabajado muy intensamente en este campo, pero desgraciadamente no han tenido los recursos, ni la logística, ni el apoyo oficial necesario para su desarrollo.

¿Quién comienza a traer críticos internacionales para que crezca el nivel conceptual del arte contemporáneo en Guayaquil? El Museo Municipal. Acá se trabaja en este arte con solamente dos o tres críticos nacionales que tienen un conocimiento bueno, pero no tan actualizado con lo que está pasando en el mundo. Solo con eso se tiene un desarrollo mediocre del arte contemporáneo, uno de aldea, de ciudad chiquita. Lo único que hemos objetado aquí es la pornografía porque  no es arte, y  te lo puede decir cualquier crítico internacional.

¿Entonces este tipo de censuras va a influir en la acogida que tenga el futuro Museo de Arte Contemporáneo?
Esto no es censura, solo que eso no es arte.
 
Pero entonces, repito, ¿cómo se entendería el arte contemporáneo en el museo, sabiendo que en este  juegan lenguajes estéticos distintos?
Si te ponen un cuadro donde un hombre y una mujer están teniendo sexo, de manera completamente visible, eso no es arte; no es un cuadro bonito.
 
El arte contemporáneo no está concebido para que responda a una moral o ética...
No, no, no. Eso es una equivocación, un error. Va más allá de los convencionalismos, pero  el arte contemporáneo no puede entenderse como algo que pueda romper con la moral. No sé cómo se puede tener una sala de exposiciones donde puedas llevar a tus hijos y haya una escultura en donde esté una persona de color violando a un niño.

Para eso hay un público específico al que estará dirigido el museo, ¿en este caso cuál será?
Los museos deben estar al alcance de todos. El de arte contemporáneo, como rompe paradigmas sin llegar a ese extremo, va a ser uno donde habrá lugares para gente con criterio formado, porque hay cuadros que sin necesidad de tener pornografía son muy duros en sus mensajes.

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