Eisenstein, 120 años de redimensionar el cine
El soviético Sergei M. Eisenstein es fundamental para entender las formas de montaje y el espectáculo que maneja hoy Hollywood. Este director de cine, que fue el preferido de Stalin, el dictador soviético, creó el ‘montaje ideológico’: sus películas apuntaban a la mente de las personas, tal vez por eso Stalin no quiso dejarlo escapar.
En sus filmes, las imágenes se unen por asociaciones de ideas hasta generar un sentido que permita al espectador asociar símbolos y metáforas.
Una de estas imágenes clásicas para la historia del cine es la del coche que cae por las escaleras mientras una multitud yace muerta, en El acorazado Potemkin.
Sus películas no se enfocaban en un protagonista, a pesar de que era detallista con ciertos personajes. Su obra se centra en las masas, en los trabajadores, en el pueblo.
En El acorazado Potemkin, Eisenstein fundó una nueva narrativa cinematográfica y de montaje que continúa siendo estudiada en todas las academias de cine del mundo.
Su filme no pasó desapercibido dentro de casa y tampoco fuera.
En 1931, viajó a México con el propósito de rodar una película. A pesar de que inicialmente pensó en grabar con Hollywood, una industria que acudió a él pero que luego le cerró las puertas por ‘comunista’.
Robert J. Flaherty, realizador de Nanuk, el esquimal, le sugirió al soviético que viajara a Guanajuato para aproximarse a aquello que tanto le interesaba: la gente. Pero esta vez también para descubrir las costumbres de las personas que conviven con la muerte, como un ritual.
Eisenstein estuvo 14 meses en Guanajuato, un periodo en el cual rodó más de 50 kilómetros de película que no logró terminar nunca.
El cineasta británico Peter Greenaway utiliza aquella historia para descubrir aspectos de la vida del cineasta que nadie quiso resplandecer, entre ellos su posible homosexualidad.
A través del filme Eisenstein en Guanajuato, que a decir del director está lejos de ser una biopic convencional, se adentra en el tiempo que pasó el soviético en el extranjero y sus intentos por sacar adelante un registro sobre la revolución mexicana a la que llamaría ‘¡Que viva México !’.
De acuerdo a Greenaway, en México, Eisenstein “estaba alejado de la paranoia, de la persecución estalinista y de excentricidades políticas realmente extrañas, y se enfrentaba a una sociedad nueva y diferente. Hay muchas pruebas de que se liberó y se hizo mucho más empático con las nociones de la condición humana”.
A pesar de que han pasado más de 80 años del viaje de Einsenstein a México y su posterior regreso a la mano derecha de Stalin, la película no contó con ningún respaldo ruso. Aun así, según registra una nota de The Guardian, el equipo de Greenaway se acercó a la fundación cinematográfica rusa para acceder al material de archivo para un segundo largometraje que se enfocaría en el tiempo que Eisenstein estuvo en Suiza.
Sin embargo, cuando descubrieron que el documental que retrata al cineasta en Guanajuato describe una relación homosexual se asustaron.
En su regreso a la Unión Soviética, el cineasta se convirtió inicialmente en un sospechoso para Stalin y sus dos películas siguientes fueron censuradas.
Cuando hizo Alejandro Nevski, en 1938, una epopeya patriótica por la que recibió el Premio Stalin pudo proyectar la trilogía Iván el Terrible’, basada en la figura del zar Iván IV. Solo entonces parecía que volvió a recuperar el favor del régimen.
A pesar de que Eisenstein tuvo que conformarse con volver a sus ataduras de creación en la Unión Soviética, para Greenaway se trata del “mejor cineasta que jamás hayamos visto”.
Él, como muchos, lo descubrió siendo estudiante de arte, en Londres en la década de 1960, y desde entonces quiso saber todo de él. (I)
Datos
Inicios en el cine
Se aproximó a la actuación como director de escena del Teatro Obrero (1920), lo que lo impulsó a estudiar dirección teatral en la escuela estatal. Su primer trabajo fue un cortometraje para la obra teatral El sabio.
50 años tenía el autor cuando murió de un infarto que le produjo una hemorragia.
Últimos filmes
El lanzamiento de su filme Octubre tuvo que retrasarse 5 meses, pues en la postproducción León Trotski empezó a ser perseguido y él debió quitarlo de todos los planos de la película.