La decimoséptima edición del Festival de Cine Documental (EDOC) -que se inauguró el último miércoles con sala llena en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura- estuvo dedicada a Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra, quienes fueron asesinados por el Frente Oliver Sinisterra -liderado por alias “Guacho”- luego de secuestrarlos el pasado 26 de marzo.

“Los tres fueron a la frontera norte a cubrir los recientes hechos de violencia que ya habían dejado como saldo cuatro militares fallecidos en diversos atentados perpetrados, al parecer, por grupos irregulares que habían dado la espalda a la paz. Solo el tiempo dirá si recordaremos este lamentable episodio de nuestra historia como un triste incidente aislado, o como el inicio de una espiral de violencia del que será difícil salir”, dice el editorial de la revista de los EDOC. 

Alfredo Mora Manzano, director del festival, fue quien inauguró el encuentro documental y dedicó esta edición a los trabajadores de diario El Comercio, mientras en una pantalla se proyectaba el rostro de ellos bajo el lema #Nosfaltan3.

El auditorio estalló en aplausos luego de este homenaje y el director del EDOC también pidió públicamente por el pronto retorno de Óscar Villacís y Katty Velasco, ciudadanos ecuatorianos que también están secuestrados y de quienes se desconoce su paradero hasta ahora.

Una hora antes de la inauguración del encuentro fílmico, prevista para las 19:00, ya se agolpaba en los exteriores del Teatro Nacional una extensa fila de espectadores.

La entrada fue gratuita hasta llenar aforo.

Los EDOC empezaron con la proyección de la tragicómica película Muchos hijos, un mono y un castillo, del cineasta español Gustavo Salmerón, quien antes de la función saludó al público quiteño a través de un video.

La película narra la historia de Julia, madre del director y una especie de matriarca que, desde que era niña, tenía tres grandes sueños que logró cumplir: tener muchos hijos, un mono y un castillo.

A sus 81 años, uno de sus hijos necesita encontrar la vértebra de su tatarabuela asesinada, perdida entre las miles de cajas raras que Julia -una mujer de una creatividad, picardía y lucidez únicas- ha coleccionado durante su vida. En estos objetos también se deposita toda su historia.

Julia encontrará nuevos sentidos y en ella, a su vez, se retrata la disputa por la memoria histórica de España. Mediante un video también saludó al público.

“El documental tiene varias cosas que lo vuelven inolvidable (gallinas con patas peludas correteando por un patio, armaduras en la sala, un nacimiento que persiste sobre una mesa bajo el calor del verano, frescos de la familia en las paredes de un castillo del siglo XVII), pero una de las principales es la naturalidad con la que la cámara capta a sus personajes”, comenta Gabriela Alemán en la revista del EDOC.

Durante la inauguración, Mora Manzano destacó la presencia del cineasta mexicano Everardo González, a quien se le dedicará una retrospectiva en esta edición.

Su más reciente película, La libertad del diablo, retrata algunas historias de las víctimas que ha provocado el crimen organizado en México.

Estefanía Arregui, productora de los EDOC, señaló que habrá 17 estrenos nacionales y se refirió a algunos de los invitados internacionales, entre los que destaca la estadounidense Debra Zimmerman, directora ejecutiva de la organización Women Make Movies, una compañía que se dedica a producir y distribuir películas sobre mujeres.

Debra Zimmerman dará dos clases magistrales -en Quito y Guayaquil- respecto a las oportunidades de distribución, marketing y financiamiento de documentales en Estados Unidos para cineastas latinoamericanos.

Los EDOC se inauguraron ayer en Guayaquil, en Muégano Teatro. Allí también se proyectó Muchos hijos, un mono y un castillo. (I)