Cuando la frase ‘Menos es más’, del diseñador alemán Mies van der Rohe, irrumpió en la escena, el arquitecto no solo se refería a estructuras físicas visibles. Era una profecía a una filosofía de vida, en la que los detalles, por mínimos que sean, pueden magnificar una obra de arte.

Bajo esa lógica, si las películas tienen a los cortos; y las novelas, al cuento; el teatro, también tiene su versión. Solo se necesita un formato de 15 minutos -quizás algo más- para juntar varios ingredientes tal como una receta de cocina: actores, escenografía, y una gran historia, que a través de sus diálogos cautiven al público desde el primer segundo.  

La magia de la actuación hará el resto, pues operará  como la ‘licuadora’ que fusione todos estos elementos. ¿El resultado?, una obra de microteatro, la tendencia minimalista mundial escénica que ya llegó a Quito.

La obra, que dura un cuarto de hora, en promedio, es presentada en una sala a una audiencia no mayor a 20 personas.

Se trata de una alternativa teatral para que los artistas compartan con el público y sin perder la esencia única que solo ofrecen las tablas.

La propuesta surgió en Madrid hace casi una década, y como un virus “contagió” a ciudades como Málaga, y Barcelona, en España; y luego se animó a cruzar el océano para instalarse en Buenos Aires, México, Panamá, Caracas, Bogotá y Lima, entre  otras ciudades.

A Guayaquil, el boom llegó en 2014, y con el tiempo nació el Pop Up Teatro (Urdesa), luego La Bota (Malecón del Salado), Shapó (vía a Samborondón), y otros, con gran aceptación.

La oferta incluye minisalas con diversas obras, mientras el público también opta por consumir alimentos, pues los microteatros del mundo cuentan con cafetería.

Y fue la aglomeración del público masivo en el puerto principal, lo que inspiró tanto al actor capitalino Alejandro Lalaleo (EnchufeTV); como a Gaby Giese, brasileña residente en el país, a soñar despiertos.

“Viajábamos mucho a Guayaquil por trabajo, nos gustó el formato, y ver a tanta gente en las filas”, recordó Gaby. Por ello, se dijeron: “Esta propuesta también debería estar en Quito, y si no hay, habrá que crearla”.

La obra El Ascensor, en el estilo de comedia romántica, dirigida por Alejandro Lalaleo, es una de las producciones en la agenda del microteatro. Foto: Alvaro Pérez / El Telégrafo

Microteatro en la capital
Y lo hicieron, al regresar, Lalaleo y Giese apostaron todo por abrir el microteatro, que se encuentra ubicado en la calle Yánez Pinzón N25-106 y la avenida Colón, en pleno centro norte de Quito.

El sitio cuenta con 5 salas disponibles con funciones de miércoles a sábado desde las 20:00 en adelante, pero el bar cafetería atiende desde la 18:00 al público.

La primera temporada de abril presenta 4 obras: Los 7 días, con Julia Silva y Diego Coral; Aire de París, con Catalina Gómez Jurado, y Marilú Vaca; El Ascensor, con Silvio Villagómez, y Carla Yépez; y Baravibus, el Viaje del Mago.

Todos los actores son profesionales con trayectoria en teatro, cine y televisión.  

Como la actriz y cineasta quiteña Julia Silva, que recibió su formación escénica en Argentina. La intérprete actúa con Diego Coral en Los 7 Días.

La trama ubica a una pareja perdida en la cotidianidad, pero cuando el esposo llega a la casa y come un pedazo de pastel, todo se torna diferente. “Es una obra de Francisco Miñaga, la idea también es apostar por la dramaturgia ecuatoriana”, dijo Julia.

En las producciones, el público está tan cercano a los actores, que genera la ilusión de que se rompe por un minuto la ‘cuarta pared’.

En cambio, en la obra El Ascensor, dirigida por el mismo Alejandro Lalaleo, plantea que las casualidades no existen.  

El sketch fue del agrado de Paulina Moncayo, una de las primeras asistentes que lo presenció. “Es interesante como nueva alternativa para Quito. El Ascensor. Me pareció excelente, es una comedia romántica”, dijo sonriente.

Para Alejandro Lalaleo, el Microteatro ha modificado las formas de ver el arte. “Esto va a cambiar a la ciudad, es la oportunidad perfecta”, y añadió que el sitio también cuenta con una oferta gastronómica, y de bebidas. “Queremos que sea un plan de fin de semana, y que vengan con amigos”.  

Dicen que “menos es más’, pero en el macromundo del microteatro, es la unidad máxima de la dramaturgia. Y no hay público mínimo. (I)