Con la presencia de Aleida Guevara, hija del Che Guevara, y de Camila Vallejo, una de las líderes de las movilizaciones juveniles en Chile, empiezan los eventos por el aniversario de la Revolución Alfarista.

Tal como lo confirmó la ministra Coordinadora de Patrimonio, María Fernanda Espinosa, el Ecuador le dará a Alfaro el grado de General, que hasta el momento, únicamente, se lo había entregado la República de Nicaragua.

Además se realizará el encuentro Joven Luz Alfarista, que congregará a jóvenes de Chile, Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Uruguay, Venezuela y Ecuador.

El encuentro se iniciará hoy, a las 19:00, en el Centro Cívico con una cantata sobre la trayectoria revolucionaria de Eloy Alfaro, Carlos Concha, Luis Vargas Torres, recogida en las provincias de Manabí y Guayas.

En la cantata intervendrán 7 bailarines, 20 músicos, 2 amorfineros, entre otros, a partir de una investigación de Juan Mullo Sandoval.   

El miércoles arrancará la jornada de conferencias temáticas desde  las 09:00 hasta las 19:00, en la que se  tratarán temas como: desarrollo sustentable y buen vivir, educación superior laica, de calidad y gratuita; organización política e integración latinoamericana, interculturalidad y culturas juveniles. Acto seguido, a las 20:00, se hablará sobre la oferta del cine y las expresiones juveniles.

El jueves 7 de junio, en el foro joven luz alfarista, se proclamará la declaración de los jóvenes participantes, acompañada de un concierto con el que se cerrará esta jornada de  intercambio de ideas.

La decisión de otorgarle el grado de general a Alfaro -hoy, a las 09:00, en Ciudad Alfaro- es producto del agradecimiento a la Revolución Alfarista, la cual tuvo como uno de sus ejes principales la educación,  tan importante como la espada revolucionaria. El modelo desarrollado bajo la  gestión de Alfaro cambió radicalmente el esquema pedagógico predominante y se mantuvo vigente hasta la mayor parte del siglo XX.

En los dos periodos revolucionarios (1897-1901 y 1906-1911), Ecuador dejó atrás el imperio de la educación religiosa que privilegiaba a las élites y, a cambio, fomentó el laicismo, la universalización, la actualización de contenidos, las becas y el desarrollo de nueva infraestructura.

Se creó, además, el magisterio nacional y se inauguraron varios establecimientos: el Bolívar de Tulcán (el primero de educación laica), Militar Eloy Alfaro, Manuela Cañizares, Mejía, Montalvo (en Quito) y el Vicente Rocafuerte de Guayaquil, entre otros.

Antes del triunfo de la revolución liberal en 1895, la mayoría de la población estudiaba a través de tutores. Como relata el historiador Juan Paz y Miño, “la razón era la distancia entre las casas y   los centros educativos, aunque tampoco existía un criterio que fomentara la necesidad de los estudios”. El propio Alfaro se educó gracias a la presencia de un tutor en Montecristi.

Desde 1906, la educación, como establece la Carta Magna de la época,  incluye a los indígenas, a pesar de que se encontraban “sujetos” a las haciendas por las deudas de concertaje.

La revolución también entró a las aulas. Se potenciaron materias como: Castellano, Matemáticas, Álgebra, Ciencias Naturales, Historia, Cívica, entre otras. Los cambios instaurados fortalecieron el enciclopedismo originario de Francia.
Para la historiadora de la Universidad Católica de Quito, Carolina Larco, otros cambios importantes fueron las reformas en la estructuración del aula, que, paulatinamente, incorporaron  el pupitre individual sobre esas bancas alargadas en las que convivían hasta tres estudiantes. “Así mismo es importante la inclusión de la gimnasia, que rompe directamente con el modelo religioso que considera al cuerpo como el templo de Dios”.

Otros colegios fundados en el gobierno de Alfaro fueron: el  Mercantil de Bahía, el Colegio de niñas en Calceta y el de niños en Rocafuerte (todos en Manabí), así como el instituto Vargas Torres de Esmeraldas.

Además se establecieron escuelas primarias en los cuarteles para que los soldados rasos se prepararan.