Desde ayer inició la Feria del Libro en la capital colombiana, y los medios, sobre todo impresos, se han hecho eco de lo que representan las letras ecuatorianas en este evento: el país es invitado de honor. Las causas del desconocimiento por parte de los lectores colombianos son muy altas e incomprensibles y esta oportunidad ha servido para que medios de comunicación  hicieran  breves diagnósticos sobre nuestra literatura.

El matutino El Espectador señala que  Quito es una ciudad con dos caras, “sus plazas, iglesias monumentales y balcones que se asoman a las calles, deslumbran a los visitantes que caminan por su centro histórico. Pero sus claustros y calles esconden historias oscuras, de una ciudad por momentos gris y casi tenebrosa; una ciudad de riquezas aún ocultas, aún no compartidas”.

Destaca que la   ciudad  es un ejemplo perfecto de lo que ha sido la literatura nacional hasta el momento, y  el hecho de que muy pocos escritores ecuatorianos sean conocidos en Colombia “no significa que no los haya habido. Estaban ahí, produciendo constantemente. El problema era la falta de apertura al público de fuera del país”.

La nota destaca la masiva producción de literatura infantil en la que nombres como Varea, Iturralde y Alemán están presentes en el evento.  Otro importante diario de la capital es El Tiempo, el cual hace un análisis histórico de la literatura ecuatoriana desde sus inicios hasta  la modernidad. A su reportaje le ha denominado “Lo que hay que saber de Ecuador, país invitado en la Feria del Libro”.

La nota  toma el testimonio del narrador Abdón Ubidia, quien comentó que la  "fundación intelectual del país", se dio por  1860, con figuras como Juan Montalvo.   La revolución liberal que no se dio  en Colombia, en Ecuador originó una generación de escritores como Luis A. Martínez, autor de un libro emblemático titulado ‘A la costa’, que trata  la tensión entre dos regiones: la Sierra y la Costa, y el sueño de buscar un habitante que buscara esa revolución.

Luego vendría en Ecuador la  época dorada a partir de los años 30,  en la que sobresalen Jorge Icaza y José de la Cuadra, entre otros. Nombres que hasta hace poco eran desconocidos para los lectores cafeteros,  gracias a la Feria y a la apertura de los medios se pueden difundir: Vásconez, Pazos, Palacio, De la Cuadra,  Carrera Andrade, Jara Idrovo, Valencia y otros cientos de nombres tendrán su espacio en el estand más grande de la feria, cuya infraestructura costó alrededor de un millón de dólares. En otro artículo del mismo diario, el ensayista insigne del país, Juan Montalvo, tiene su espacio con uno de los pensamientos que tuvo con respecto a Colombia.

"Si algo les falta -dijo en un artículo- es buen juicio; son alborotados, anhelosos de lo imposible, progresistas a despecho del progreso, la mayor parte de ellos; los otros, por convicción o por contradicción, apenas si se mueven; unos quieren volar a toda rienda, otros moverse como tortugas, y se encuentran, y se chocan, y resultan heridos en la frente: de ahí la guerra, de ahí la sangre que no deja de correr en esas comarcas tan favorecidas por la naturaleza".

Finalmente, el diario venezolano El Universal también realiza una cobertura especial por la Feria bogotana,  que afianzará los lazos con el país.

Puntualiza que se traerán 2 mil títulos para un total de 20 mil libros (ecuatorianos); una delegación de 34 escritores; 45 editoriales, 30 comerciales y 15 universitarias; y que contará con un espacio de 3 mil metros cuadrados para exhibir muestras artísticas, culturales, gastronómicas y literarias.