La editorial lumen editó la séptima obra de este tipo del autor italiano
Eco toma la ficción para sostener la teoría
Muchos de los periódicos que sobreviven a la era digital son para Umberto Eco una ‘máquina de fango’. No es la primera vez que lo dice, pero sí es la primera que en su faceta de novelista, trabaja la idea a la que le viene dando vuelta desde los 60. En ‘Número Cero’ (Lumen), la novela que presentó ayer de forma oficial y que ha sido editada en 35 países, construye la historia de un editor que monta un periódico que no se venderá en los kioskos. Este, es una herramienta de intimidación y soborno para sus adversarios.
Reunidos en un despacho confortable, Colonna -protagonista de la historia- y otros seis colegas preparan los que serán los Número Cero, las ediciones anticipadas del nuevo periódico, indagando en archivos que hablan de los secretos ocultos de la CIA, del Vaticano y de la vida de Mussolini.
El diario se adelantará a los acontecimientos a base de suposiciones y mucha imaginación, sin reparar en el límite que separa la verdad de la mentira, y chantajeando de paso a las altas esferas del poder. “Es que la noticia no existe, el periodista la crea”, dice uno de los personajes de la novela.
Con esta historia, Eco retoma la idea de que los periódicos funcionan de manera jerárquica. Considera que su poder no está en la difusión masiva, sino sobre quienes deciden.
El autor del ‘Cementerio de Praga’ considera que lo esencial de este sistema es que “para deslegitimar al adversario no hace falta que lo acuses de matar a su abuela o de que es un pedófilo: es suficiente con difundir sospecha sobre sus actitudes cotidianas”, dijo en una entrevista al periodista Juan Cruz.
Además, retoma una idea paradójica:“Cuando se habla del malo, todos los periódicos tratan de hacer creer que se está hablando de otros. Muchos diarios se han reconocido en Número Cero, pero han hecho como que estaba hablando de otro”.
A pesar de la crítica que hace Eco de los diarios y su funcionamiento, también ha abierto las posibilidades para mejorar su futuro. No cree que los periódicos deban desaparecer.Considera que la existencia de la prensa es todavía una garantía de la democracia, de libertad, porque la pluralidad de los diarios ejerce una función de control.
Su opción para salvar el periodismo y reorientar su concepción como agentes de democracia es convertirlos en más que críticos de la realidad cotidiana, sino también en la crítica de la realidad virtual. “Es un posible futuro para un buen periodismo (...) Un periódico que sepa analizar y criticar lo que aparece en internet tendría una función. En cambio, el diario funciona todavía como si la red no existiera. ¡Es como si no se ocuparan nunca de su mayor adversario!”, ha dicho Eco.
Con esta novela, Eco que a sus 83 años se declara un novelista joven, pues esta actividad es relativamente reciente en su vida, evidencia que tal vez la ficción es también una mejor forma para contar la realidad. (I)